Barranquilla

Elis, ‘la enfermera de la torre 38’

En Villas de San Pablo, la mujer de 40 años se ha desempeñado como una guía para sus vecinos en temas de salud. Durante la pandemia también realizó una “ardua” labor.

En más de una oportunidad, la pequeña sala de su casa se ha convertido en un improvisado consultorio médico. No importa la hora en que sus vecinos toquen la puerta, siempre les brinda los primeros auxilios y una cálida sonrisa, que reconforta a los enfermos de turno.

Aunque su cara es conocida para muchos de los habitantes de Villas de San Pablo, su nombre de pila puede pasar desapercibido. Al preguntar por Elis Carretero es posible que haya algunas respuestas negativas y hasta señas de duda. Caso totalmente distinto al referirse a ‘la enfermera de la torre 38’, un tierno apelativo que podría traer a la mente a un personaje de una afamada serie cómica mexicana

Toma de presión, aplicación de inyecciones o curación de heridas son algunas de las actividades que –casi que a diario, en paralelo a sus obligaciones laborales en un centro hospitalario de la ciudad– hace por el bienestar de sus vecinos, sin pensar en una remuneración económica. Su pago por este trabajo es el reconocimiento y el cariño que recibe por parte de los habitantes de este sector.

“A veces estoy necesitada, pero llega una persona a pedirme el favor de aplicarme la inyección y lo hago. No pienso en mi necesidad, sino en la necesidad de otra persona. No le cobro, se va la persona feliz y yo me quedo contenta, porque es algo que me nace”, expuso.

Su trabajo con la comunidad lo alterna con sus responsabilidades en un centro hospitalario de la ciudad. johnny González
Sus inicios

Elis nunca olvida el primer paciente que atendió en Villas de San Pablo. Fue poco tiempo después de instalarse en su apartamento, ubicado en la manzana 19 de este macroproyecto de interés social liderado por la Fundación Santo Domingo. De eso ya han transcurrido más de ocho años.

De acuerdo con su relato, su “debut” fue con un joven que fue golpeado por un policía, causándole una herida abierta en su cabeza. Varios integrantes de la comunidad lo llevaron hasta su vivienda, puesto que era la única enfermera residenciada en el lugar.

“Mi hija siempre andaba pateando bola en la calle y fue la que la trajo hasta acá. Yo tenía una sutura acá en la casa que me había traído del hospital y me la gasté con él. Yo pensé que me iba a pagar la sutura, pero solo me dio las gracias”, recordó la mujer de 40 años, quien es oriunda de Campo de la Cruz.

Elis realiza un chequeo de las pulsasiones de su vecina Yanelis Vargas. johnny González
En Pandemia

Durante los días de confinamiento, Elis no tuvo descanso. A sus vecinos siempre los tuvo pendiente y, cuando presentaban quebrantos de salud, nunca dudó en brindarles ayuda. 

En medio de las “maratónicas” jornadas de apoyo a su comunidad, la auxiliar de enfermería se contagió de covid. Tras su recuperación no dudó en seguir  atendiendo a aquellos enfermos que en muchas oportunidades no contaban con la oportunidad de trasladarse hasta un centro asistencial.

Lo que más recuerda de este periodo es la atención que brindó a una persona de la tercera edad que fue sometida a una cirugía mientras que sus familiares batallaban contra aquel enigmático virus.

“Yo le brindé atención en muchos ámbitos. Me dediqué al 100 % a su cuidado hasta que falleció. Todavía la recuerdo con mucho amor y la extraño, porque le tocó partir”, sostuvo.

Entre los habitantes de los distintos bloques de Villas de San Pablo no hay más que agradecimiento por la labor desinteresada que Elis ha venido desarrollando por años.

“Ella es una persona muy colaboradora, a todos los que llegan a su casa siempre los atiende. Es una persona muy servicial”, sostuvo  Yanelis Vargas, una de sus vecinas.

Incluso, rememoró que en una oportunidad la enfermera le brindó atención a una de sus hijas y se negó a recibir dinero a cambio: “Es algo que hace con todos y nosotros lo valoramos mucho”.

Por eso, Elis asegura que esta labor es una forma de devolverle a la ciudad que le abrió las puertas y le ha permitido salir adelante.

Barranquilla me ha dado mucho. Me acogió y esta es una forma de retribuirle todo lo que me ha dado. No solo ayudo a mis vecinos, también a las personas de otros barrios”, puntualizó.

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