El Heraldo
Un vehículo de carga pesada transita por el kilómetro 19 del corredor vial que comunica a Barranquilla con Ciénaga, en el Magdalena. Josefina Villarreal
Barranquilla

Vía a Ciénaga, un estratégico corredor amenazado por la erosión

Líderes gremiales, expertos y congresistas explican la importancia de este corredor vial para la región Caribe y el país.

La erosión costera sigue siendo una amenaza latente para la vía que comunica a Barranquilla con Ciénaga, especialmente en los kilómetros 19 y 20, a pesar de las acciones que las autoridades han puesto en marcha para evitar que el mar se lleve la banca de la carretera  y deje incomunicada a la región Caribe.

A principios de este año, el Instituto Nacional de Vías (Invías) puso en marcha un plan de tres etapas para atender la problemática que se presenta en este corredor vial para “mantener la movilidad segura y la conectividad de la región”.

La primera etapa contempló la contención del riesgo de la erosión costera en los kilómetros 19 y 20 con el fortalecimiento del enrocado existente, para de esa forma mantener las condiciones estables de dicha barrera de protección y así soportar el embate del fuerte oleaje.

En la segunda fase, que actualmente se encuentra en ejecución, se avanza en la construcción de un enrocado multicapas. Dicha estructura cuenta con cinco metros de base y una entre 3 y 4 metros.

En la primera fase de dicho plan se destinaron cerca de $250 millones –incluyendo la atención en el kilómetro 20–, mientras que en la segunda fase se adelanta una inversión por cerca de $9.500 millones.

Por su parte, la tercera fase –que se encuentra en la etapa de estudios y diseños– contempla la construcción de viaductos con una inversión de $700.000 millones. De esta manera se busca consolidar una “solución definitiva y sostenible frente a la erosión de la vía”.

Empero, durante las últimas semanas se han emitido varios llamados de atención ante la posibilidad de que el mar siga avanzando y se “trague” la vía, poniendo en riesgo la conexión de la región Caribe con el resto del país.

Dichas alertas están relacionadas con que por este corredor vial se registra un tránsito diario de 8.500 vehículos, de los cuales –según la concesión Ruta del Sol II–, el 52 %  corresponde a automóviles, un 14 % más corresponde a buses y el 34 % restante son tractomulas.

Máquinaria adelanta labores en el sector. Josefina Villarreal.
Seguimiento de gremios

La importancia estratégica de esta vía ha llevado a que distintos gremios hagan un “estricto seguimiento” al plan que ejecuta el Invías para proteger la infraestructura vial.

Para Efraín Cepeda Tarud, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, actualmente no hay un riesgo latente en la vía debido a las obras que se vienen ejecutando, que han permitido frenar el avance de dicho fenómeno.  

“Tenemos constante comunicación con el Invías y nos han expuesto que la solución que se ejecuta es hasta que se construyan los viaductos. Están instalando el enrocado para fortalecer la zona de más alto riesgo”, expuso.

El líder gremial fue enfático al sostener que es necesario darle celeridad a la fase tres del plan, con el fin de abrir la licitación y, posteriormente, que se adjudique y dar inicio a las obras.

“Es una vía de vital importancia para todo el país, destacando que cerca del 80 % del abastecimiento que entra a Granabastos lo hace por esta vía”, agregó Cepeda en diálogo con EL HERALDO.

Héctor Carbonell, director del Capítulo Norte de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), destacó que se ha cumplido el cronograma que se ha establecido para la protección de la vía en los sectores más críticos.

“Se busca que la vía cuente con todas las condiciones pertinentes por su importancia logística para la Nación. Invías viene cumpliendo con lo pactado en los kilómetros 19 y 20, en medio de la segunda fase de la intervención a dicha problemática”, sostuvo.

Indicó que recientemente hubo una reunión en la que se conoció la intención de  la Concesión de presentar un proyecto de inversión privada –avalado por la Gobernación del Magdalena– para financiar la construcción de la doble calzada en los tramos pendientes y así complementar las obras de los viaductos.

Por su parte, Carlos González Bassi, experto en logística y comercio internacional, destacó que este corredor vial no solo sirve de puente para conectar los puertos de las tres ciudades más importantes del Caribe (Barranquilla, Santa Marta y Cartagena), sino que también es la principal arteria vial que comunica a Barranquilla con el interior del país.

Advirtió que habría un impacto negativo para el desarrollo de la Región si la vía desaparece por los efectos de la naturaleza: “La vía alterna, que está por el municipio de Sitionuevo, Magdalena, y es conocida como la Vía de la Prosperidad, no está en buen estado en la mayoría de sus tramos y es aproximadamente 14 kilómetros más larga, lo que encarecería los costos logísticos de desplazamiento de la carga entre las ciudades”.

Josefina Villarreal.
Preocupación de la bancada Caribe

El estado de esta vía ha sido una de las principales preocupaciones de la bancada caribe en el Congreso de la República. Una de las victorias que lograron fue la inclusión de las obras de los viaductos en el Plan Nacional de Desarrollo, es decir que el Estado será el encargado de financiar la construcción de dichas estructuras.

“Las inversiones se deben seguir haciendo para evitar que el mar se lleve la banca de la carretera sobre los kilómetros 19 y 20. Lo de fondo es la construcción de los viaductos y la extensión de la concesión para avanzar en la construcción de la doble calzada”, aseguró el senador Efraín Cepeda.

Para el congresista conservador es inviable que haya segunda calzada sin viaductos en los puntos donde el mar amenaza. Además resaltó que es necesario preservar el ecosistema de la Ciénaga Grande de Santa Marta, por la cual corre dicha carretera.

Por su parte, el representante César Lorduy dijo que la erosión costera en esa zona del litoral es uno de los problemas que “pese a estar súper y sobre diagnosticados pareciera ser de esos males inevitables”.

Agregó que a pesar de que el problema está “cantado” desde hace varias décadas, “lo único que hemos hecho hasta la fecha ha sido poner paños de agua tibia, que entre el mar y otros factores se han tragado más de $20 mil millones en los años recientes”.

Mientras que la representante Martha Villalba aseguró que esta es una situación que hemos venido alertando desde hace mucho tiempo atrás y que no es ajena para el Gobierno.

“Es importante que los tiempos y los trabajos de fondo se cumplan debido a que este es un sector muy transitado y que debe estar en óptimas condiciones porque de eso depende que no se frene el desarrollo y la competitividad”, dijo.

Mientras que la representante Karina Rojano sostuvo que este corredor vial tiene una incidencia importante en la dinamización de la productividad regional y nacional, lo que contribuye para impulsar la reactivación económica y social de la región Caribe y el país.

“Es urgente atender el aceleramiento de la erosión costera que amenaza la vía Barranquilla - Ciénaga, producto del fuerte oleaje. De esta manera garantizamos la movilidad segura y conectividad de la región”, puntualizó.

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