Frente a este nuevo escenario, el gran dilema para la sociedad colombiana -como para las demás democracias contemporáneas- es distinguir entre los ‘likes’, la empatía digital que generan estos personajes, y la formación o experiencia necesarias para ocupar cargos públicos de representación popular que conllevan enormes responsabilidades y son determinantes para el futuro del país.
Hoy, el país se ve constantemente retado a decidir en qué enfocar su energía, pues el Gobierno ha hecho un excelente trabajo en convertirse en el centro de atención nacional e incluso regional. Ante esta realidad, a los colombianos nos corresponde adoptar la estrategia de la defensa incondicional de la democracia, retomar la agenda del sentido común y evitar caer en la trampa del caos noticioso en que se ha convertido el país.
A organizaciones como la Fundación Ser para Ser hay que apoyarlas y visibilizarlas, porque con su trabajo aportan a la construcción de una ciudad y de un país que tengan la valentía de soñar. Son esenciales para fortalecer la cohesión social y promover una visión de desarrollo incluyente.
El Caribe se convertiría así en la primera RET del país, un logro que no se ha gestado de un día para otro, sino que responde a la visión de los constituyentes de la región, quienes defendieron en la Asamblea Constituyente un esquema de descentralización regional que quedó finalmente plasmado en la Constitución.
El reconocimiento del Estado de Palestina por parte de Francia, España, Canadá y el Reino Unido envía un mensaje inequívoco: la comunidad internacional no respalda las acciones de Israel y ha llegado el momento de impulsar de manera decidida la solución de los dos Estados.
Acarrea efectos reputacionales que pueden impactar la percepción del país ante inversionistas extranjeros, afectar el turismo -tan sensible a este tipo de decisiones- y repercutir en el día a día de los colombianos en el exterior.
Hoy, frente a esta nueva situación, es imprescindible que las autoridades ambientales —Corpamag, Invemar y el Ministerio de Ambiente— actúen de manera articulada, rápida y eficaz, protegiendo tanto al ecosistema como a las comunidades.
En este contexto, quiero destacar la iniciativa Mujeres por la Democracia, una organización colombiana que busca ampliar la participación femenina en la política, generando espacios para líderes nuevas y consolidadas, y ampliando el espectro de la conversación política para las colombianas.
Aunque a la fecha se desconoce cuál es el verdadero plan de Estados Unidos —si es que existe—, el gobierno de Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, férreo opositor del régimen, perderían toda credibilidad si llevaran a cabo este gran despliegue naval sin lograr, al menos, negociar la transición hacia la democracia en Venezuela.
La seguridad de Colombia está en cuidados intensivos, y el llamado a fortalecerla debe ser unánime. Si en adelante el país quiere explorar nuevos procesos de paz, deberá hacerlo sin resquebrajar el orden público ni dejar al país a merced de los violentos.