Pobreza en Colombia
Tenemos 6,9 millones de personas en pobreza extrema, lo que significa que esas personas no tienen ingresos para cubrir sus necesidades básicas en alimentación, vivienda, salud, educación y otros servicios esenciales.
Tenemos 6,9 millones de personas en pobreza extrema, lo que significa que esas personas no tienen ingresos para cubrir sus necesidades básicas en alimentación, vivienda, salud, educación y otros servicios esenciales.
Sus ideas estaban centradas en la seguridad, en la confianza y la recuperación del tejido social del país. Estas ideas son las que hemos venido repitiendo hasta la saciedad para recomponer a Colombia.
Nunca en estos 3 años hemos visto de parte del jefe de Estado y su gobierno, perspectivas positivas, nunca ha habido frases de optimismo. Todo lo que existe es pesimismo y amagos de destrucción.
Lo grave del asunto no solo está atado a lo absurdo del proyecto, sino al engaño de Petro y Montealegre a las estructuras criminales. No les han dicho que para pasar ese proyecto se requiere que sea a través de leyes estatutarias o incluso de actos legislativos porque el proyecto desconoce múltiples normas constitucionales.
Colombia ha sido víctima de esto en estos tres años de gobierno donde se han presentado ya dos iniciativas para indultar y amnistiar a los criminales para sacarlos de la cárcel. No avanza una sociedad donde el ejemplo es el crimen y donde se premia y justifica el delito y la delincuencia.
Estas reflexiones nos sirven para vivir y entender que siempre es mejor tener la pelota porque así no nos pueden marcar goles, que los espacios vacíos deben aprovecharse, que la excelencia no es un acto aislado, sino un hábito y que los resultados solo llegan por la disciplina y el esfuerzo individual y colectivo.
En primer lugar, existe una falsa lucha contra la corrupción. El gobierno pretende mostrarle al país que bloquear al contratista es parte de su estrategia contra la corrupción cuando la verdad hace parte de la animadversión contra el sector privado y seguramente de la necesidad de tener un negocio millonario en sus manos.
No nos queda más que solicitarle al gobierno de los Estados Unidos que los colombianos no nos sentimos representados por el presidente Petro y su gobierno y que no proceda a sancionar ni económica, ni políticamente al país por lo realizado por Petro y su banda.
Las condenas serán en contra de las entidades y deberán repetir contra los funcionarios responsables por el daño causado. Para ese momento, Petro ni se acordará del nombre de sus ministros y ejecutores de esta política, ni le interesará. Allá cada uno que contrate su abogado y pierda su patrimonio.
Lo que queda es simple, denunciar penalmente al presidente Petro y a sus ministros por los delitos de prevaricato por acción, abuso de la función pública y usurpación de funciones públicas al haber firmado el decreto que materializó un golpe de Estado.