El Heraldo
Mujeres en Atlántico piden al Estado celeridad y justicia en los procesos aún sin resolver. Johnny Olivares
Atlántico

La academia, instrumento para abordar la violencia de género

Frente a las alarmantes cifras de maltrato contra la mujer, expertas hacen una radiografía de la actual situación en Atlántico. Piden crear políticas públicas.

Se hace imperativa una política pública para contrarrestar de manera urgente la violencia de género en el país. Esa fue la conclusión a la que llegaron las expertas consultadas por EL HERALDO frente a la cruda situación que viven las mujeres en el Atlántico por cuenta de este fenómeno. 

Las cifras exponenciales son la verdadera preocupación para el Observatorio de Violencia contra la Mujer en el departamento cuando, entre el primero de enero al 8 de marzo de 2023, registró 10 homicidios. El organismo dijo que en lo corrido de este año, en Soledad se han registrado cinco casos,  que al compararlo con el mismo periodo de 2022 se observa un incremento del 150%.

Ante este panorama, las expertas hicieron un análisis sobre cómo podría hacerse frente a este flagelo desde la academia y de cómo esta actúa como agente transformador en la sociedad. 

Lo qué dicen las expertas

María Auxiliadora González, directora del Instituto de Desarrollo Político e Institucional (Idepi) de Uninorte, aseguró que no hay un solo papel que la mujer deba cumplir o una única forma de desarrollarse en la sociedad. En ese orden de ideas, cree que el papel de las mujeres es lo que estas en libertad decidan con su proyecto de vida.

“Lo primero es reconocer a las mujeres como ciudadanas de primera categoría, desarrollando mecanismos para balancear la división sexual del trabajo y reconocer económicamente y socialmente las tareas del cuidado no remuneradas. Por otro lado, fortalecer los mecanismos judiciales y de protección para atender las violencias basadas en género”, indicó González.

Así mismo señaló que aunque las cifras son preocupantes, no es un problema nuevo, pues el feminicidio tiene muchos componentes causales que hacen que sea un problema complejo.

“Es necesario que la instituciones tengan voluntad política, presupuestos, personas expertas con perspectiva de género e instituciones concentradas en asistir a las mujeres del departamento en situaciones de vulnerabilidad”, sostuvo.

A su turno, Viriana Molinares, magíster en Desarrollo Social de la Uninorte, enfatizó que desde la academia todos los días trabajan por cambiar estereotipos, imaginarios y por mostrar el alcance del derecho a la igualdad desde las diferencias de los cuerpos, creencias y convicciones.

“El trabajo de la academia es silencioso, pero ante el conflicto estructural e histórico que representa la violencia sobre las mujeres, vamos impactando en los micro universos con los que trabajamos mostrando que podemos cambiar la realidad de violencia por la realidad de la inclusión, la compasión y el amor”, expresó la experta.

Para Emma Doris López, coordinadora de la primera Cátedra Unesco de Iberoamérica en prevención de violencia contra la mujer de Unisimón, precisó que el objetivo de la academia es promover un sistema integrado de investigación, formación, información y documentación sobre políticas públicas de prevención de violencias contra las mujeres.

Explicó que con la Cátedra Unesco se busca crear espacios de diálogo con organizaciones civiles defensoras de derechos humanos y profundizar en el debate sobre las políticas públicas para prevenir y desestructurar las violencias contra las mujeres.

Ruht Pareja, de Red de Mujeres, sostuvo  que espera que desde la institucionalidad se articulen las políticas públicas en beneficio de la mujer, pues merecen todo el respaldo del Estado.

Las expertas señalaron que la problemática de los feminicidios debe abordarse desde la visibilidad, investigación y pedagogía.  Visibilidad porque es necesario que siga siendo un punto importante en la agenda pública y no se puede obviar de ninguna manera dentro de las narrativas de instituciones,  medios de comunicación y la opinión pública.

Investigación, puesto que hay muchas aristas que causan este crecimiento exponencial del feminicidio.

Y pedagogía, porque aún hay elementos que necesitan un mayor análisis reposado por parte de la academia para poder entender la problemática desde los social, psicológico, político, legal, entre otros.

 Por lo tanto, la academia —dijeron– es el ente que debe dar un insumo para generar conocimiento y recomendaciones para mitigar el crecimiento de estas macabras cifras en el Atlántico.

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