Atlántico

Palmarinos piden agilizar obras de protección del río Magdalena

Campesinos permanecen en sus viviendas inundadas. Desde la Gobernación del Atlántico se anunciaron medidas para mitigar el impacto de la fuerza de las aguas.

La mirada de Daber De la Rosa refleja angustia y miedo. Al escuchar voces de personas desconocidas se levanta de su taburete y con sus gastadas chanclas en la mano, atraviesa las inundaciones hasta llegar al poco espacio de tierra firme que aún queda en la vía principal de la vereda San Joaquín, en Palmar de Varela. El agua le llega un poco más abajo de las rodillas.

Ha vivido en su parcela 20 años, y aunque las inundaciones lo han bordeado en cada época invernal, siempre salía bien librado. Hoy, el poco espacio de su casa de barro y cuyo techo es de plásticos, se ha convertido en una pequeña isla que, por consecuencia de las desbordamientos y filtraciones de agua del río Magdalena, ya hace parte de la ciénaga La Luisa.

Antes de la emergencia invernal, Daber se dedicaba a los oficios varios en las parcelas vecinas, y cuando se le permitía, con un remendado trasmallo realizaba cortas jornadas de pesca y así conseguía alimentos para subsistir.

“Sobrevivimos como podemos, no tenemos la fuerza para trabajar porque todo está hundido. Llevamos dos meses viviendo en el agua, con lo que nos regala Dios”, manifestó el campesino de 72 años, con mientras limpia el sudor de su rostro con sus maltratadas manos.

La soledad reina

A raíz de las fuertes inundaciones, 158 de las 160 familias campesinas que habitaban esta zona decidieron marcharse. Daber optó por no abandonar el ‘rancho’ que tanto esfuerzo le ha costado construir, lo acompañan dos perros que se han convertido en sus fieles aliados para atravesar las inundaciones.

“Acá estamos solos, abandonados porque nadie nos ha brindado ayuda. No podemos irnos y dejar esto solo, han sido muchos años de trabajo, si ya perdimos los pocos cultivos que teníamos, no podemos perder los ranchos”, dijo el campesino.

La historia se repite

Metros más cercanos de donde se presentó la fracturación del ‘Box culvert’ o jarillón de protección el pasado sábado, está la parcela de Eduardo Enrique Durango Morales, un adulto mayor de 78 años y que, junto a Daber, se rehúsa a abandonar su inundada casa.

Mientras intenta prender un fogón de leña, don Eduardo, como es conocido en esta zona, asegura que desde las inundaciones presentadas en el 2010 han vivido en zozobra cuando se avecinan las épocas invernales.

En esta oportunidad, sus cultivos de plátano, maíz, ají, guayabas y otros alimentos, se ahogaron. “Tengo 13 años de estar cuidando esta parcela. He vivido tres inundaciones aquí, pero esta ha sido la más fuerte. Ahora para sobrevivir, todo el que pasa por esta zona nos deja cualquier ayudita y así hacemos, porque estamos totalmente abandonados”, expresó el adulto mayor mientras se apoya en una de las cercas que aún permanecen en firme.

Soluciones improvisadas

Una vez la vivienda de Eduardo quedó totalmente inundada, no tuvieron otra alternativa que armar hace dos semanas unos improvisados cambuches en toda la orilla de la vía, sin embargo, por las fuertes lluvias y el aumento del nivel del río Magdalena está zona también se está inundando.

“Nosotros en este punto no recibimos ningún tipo de ayudas, nos ayudamos entre los vecinos que quedamos, pero estamos en condiciones difíciles. Todo está inundado y en los cambuches que construimos nos resguardamos por unos días, pero por las lluvias de los últimos días el agua ya se está metiendo”, puntualizó.

A pesar de las precarias condiciones en las que se encuentran estas familias, aseguran no poder salir de la zona por temor a dejar perder sus viviendas y los pocos animales que, aun estando todo el tiempo en el agua, han logrado sobrevivir.

Gobernación del Atlántico atiende la emergencia

Hasta el lugar de la emergencia se trasladaron funcionarios de la Secretaría de Infraestructura del Atlántico, Secretaría del Interior y Subsecretaría de Prevención y Atención de Desastres, con el fin de evidenciar la socavación que se venía presentando en el sector conocido como ‘La Playa Vieja’, que comunica con las veredas San Joaquín y La Loma, sitio exacto donde se presentó esta emergencia.

De acuerdo con lo manifestado por las autoridades, este dique perimetral del sistema lagunar protege al municipio de Palmar de Varela, y se está analizando la situación para determinar las acciones a ejecutar.

Desde la Secretaría de Infraestructura del Atlántico, se evalúa la posibilidad de tapar el punto donde se presentó la filtración del caudal, teniendo en cuenta la reconstrucción del ‘Box culvert’ que colapsó por la presión del agua.

“Es importante mencionar que se debe aislar la zona para empezar las obras de mitigación. Trasladaremos hasta el sitio equipos de maquinarias amarillas con la finalidad de recomponer el alud y darle más fácil acceso a los vehículos en los que se va a transportar el material”, manifestó Candelaria Hernández, subsecretaria de Prevención y Atención de Desastres del Atlántico.

Añadiendo también que, “hay que tener en cuenta que este es un sistema lagunar, por tanto no se debe construir en ciénagas o en cuerpos de agua que en época invernal se inunden, para que no corran peligro sus vidas ni de vean afectados sus enceres”.  

Eduardo Durango improvisó un cambuche. ORLANDO AMADOR
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