En las aguas del embalse El Guájaro, una represa de gran importancia para los habitantes del sur del departamento, circulan diferentes especies de peces como la mojarra, la arenca, y el barbul. Sin embargo, algunos viejos pescadores optimistas todavía tiran su atarraya en busca de un bocachico, que muy poco se deja ver por esos lados, pero que cuando aparece es una bendición para todos.
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Desde el año 2020, la Gobernación del Atlántico, en articulación con la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) ha tratado de cambiar esta dinámica a través del Plan +Pescao, el cual ha permitido la siembra de 38 millones de alevinos tanto de bocachico como de otras especies nativas como lisa, lebranche, anchova, sábalo y hasta róbalo en cuerpos de agua como el embalse del Guájaro y las ciénagas de Luruaco, Tocagua, El Rincón (Lago El Cisne) y El Uvero.
Para Luis Felipe Oliveros, pescador del corregimiento de La Peña, en Sabanalarga, tan solo la siembra de 1.5 millones de alevinos de bocachico en los últimos meses ha sido como un “regalo caído del cielo”, porque ahora puede ir a pescar y regresar con la suficiente cantidad de pescado para sostener a su familia por varios días.
“Desde hace unas semanas hicieron unas siembras de alevinos y se está recogiendo bastante, obviamente hay días malos porque la pesca no es fácil, pero el panorama es más alentador que en épocas anteriores. Hay que seguir sembrando más bocachico, cuando nos sale uno de esos es una bendición, porque comemos todos y se vende bien”, dijo.
Resaltó, además, que la iniciativa tiene que continuar con otras especies nativas en el embalse porque la corriente las atrae: “Es bueno que sigan haciendo esta siembra porque al bocachico, a la mojarra lora y a la corvina les gusta bastante está corriente del embalse y así las pescamos más fácil, fácilmente podemos estar pescando en varias jornadas hasta 8 kilos de esas especies”.
A pesar de todo el optimismo alrededor de la creciente siembra de especies nativas en los cuerpos de agua todavía quedan problemas por erradicar como la sobrepesca o el uso de artes ilegales para la caza de las especies.
Humberto Currea, vicepresidente de la Federación de Pescadores Artesanales del Atlántico, mencionó que la iniciativa del Plan +Pescao también incluye unas actividades de educación ambiental y reforestación de caños naturales para pescadores.
“Dentro de la política de conservación del medio ambiente que viene con el proyecto se van a llevar a cabo todos unos proyectos con los pescadores de reforestación, de limpieza de caños naturales que comunican a ciertos cuerpos de agua, por ejemplo, en Luruaco tenemos la laguna de Tocagua que es una zona ciega porque no conecta con otras vertientes, entonces si no le hacemos limpieza pues se corta el flujo en estas microcuencas y las especies que circulan por ahí se ven afectadas”, explicó.
Según este pescador nativo del municipio de Luruaco también hay que seguir promoviendo otro tipo de estrategias para lograr que los pescadores tengan todos los implementos para sus actividades.
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“Lo que pedimos ahora que están sembrando bastantes especies es que nos den más botes o lanchas para trabajar; ya nos han entregado algunas, pero hay que entender que familias enteras viven de esto y todo el mundo quiere su sustento”, señaló.
Una solución necesaria
La población del Atlántico vislumbraba hace poco un futuro desalentador en lo que respecta a la pesca de bocachico en los cuerpos de agua. De acuerdo con la CRA, la pesca total de esta especie en el Magdalena descendió cerca de 38 mil toneladas en el año 1978, lo que corresponde a una pérdida del 84 % y desde entonces sus capturas anuales han oscilado tan solo entre 3 mil y 7 mil toneladas.
En la actualidad la expectativa crece, pero todavía hay que esperar para que el panorama tenga un “gran cambio”. Para Jesús León Insignares, director de la CRA, la iniciativa del Plan +Pescao es una solución necesaria para garantizar la seguridad alimentaria en el departamento.
“Esta iniciativa responde a las necesidades expresadas por comunidades pesqueras locales, busca proteger la biodiversidad, restaurar el equilibrio ecológico de humedales estratégicos del departamento y garantizar el acceso sostenible a recursos pesqueros, como parte de un modelo de soluciones basado en la naturaleza”, declaró.
Es de anotar que, esta semana, el Dane y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reportan un incremento del 4.2 puntos porcentuales en la prevalencia de inseguridad alimentaria grave o moderada en el departamento al pasar del 35.8 % al 40 %.
De igual manera, Insignares recalcó que “este es un modelo colaborativo de alianzas entre instituciones y comunidades que reconocen el valor de nuestros recursos naturales y promueve su conservación a largo plazo. Lo que está en marcha es un plan clave para enfrentar la degradación de nuestros ecosistemas acuáticos y la pérdida de especies nativas”.
Por su parte, la subdirectora de Gestión del Riesgo y Cambio Climático, Ayari Rojano, especificó que “la siembra de bocachico se está realizando porque es una de las especies con mayor grado de vulnerabilidad por su alto aporte a la pesca comercial y de consumo”.
Puso de presente que: “la siembra de peces no solo impulsa la recuperación de poblaciones ícticas nativas, sino que también refuerza los servicios ecosistémicos asociados a los humedales, como la purificación del agua, la regulación del clima y el sostenimiento de cadenas alimentarias”.
El impacto
La Gobernación del Atlántico puso en marcha desde el pasado 12 de mayo la nueva etapa del Plan +Pescao en los diferentes municipios del departamento como Repelón, Luruaco, Sabanalarga, Manatí y Piojó, y Santa Lucía.
En el marco de esta nueva fase se proyecta beneficiar directamente a más de 3 mil familias de pescadores del departamento.
Al respecto, Humberto Oñoro, subsecretario Agropecuario del departamento, fue enfático en que el Plan +Pescao no solo va a repoblar la población de alevinos, sino que también va a darle las herramientas necesarias a los pescadores para realizar su labor.
“Vamos a fortalecer a todos los pescadores con reparación de sus embarcaciones y con kits de pesca que sin duda permitirán que la pesca sea una actividad más fácil para ellos”, manifestó el funcionario.
Entretanto, indicó que “la articulación con la Policía Nacional y la Autoridad Nacional De Acuicultura Y Pesca (Aunap) se van a desarrollar controles para la pesca ilegal que dificulta el desarrollo económico de las familias.
En su momento, la administración departamental recalcó que a la fecha se han visto impactados más de 10 mil pescadores por la implementación de esta estrategia.
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Pescadores piden igualdad de condiciones para pescar en el Atlántico
Pedro Arjona, quien lleva más de 50 años pescando en el embalse El Guájaro, indicó que hay irregularidades dentro de algunas asociaciones pesqueras que impiden pescar en condiciones adecuadas durante varias jornadas.
“Hay algunos líderes de pescadores que solicitan implementos de pesca y botes para sus asociaciones, pero muchos no reciben nada de estas ayudas, sino, más bien, que los mismos líderes se las apropian para ellos y luego las alquilan y sacan provecho. Eso no es justo. Desde la Gobernación hay que hacer algo para regular este tipo de prácticas y tener más controles sobre los que se aprovechan de los pescadores nobles del departamento”, aseguró.
Por otro lado, mencionó que hay que demarcar las zonas del embalse para evitar la sobrepesca.
“Existen casos donde algunas asociaciones privadas sin carnet oficial vienen y pone botes en cada zona del embalse, desde los diferentes municipios y reciben todo los peces y no dejan nada para el resto de nosotros”, dijo.