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La preocupación sigue reinando entre los habitantes de los bloques de la Ciudadela Metropolitana 20 de Julio. Lo que pareció ser una muestra del ‘ingenio criollo’, hoy se ha transformado en una verdadera problemática debido al alto riesgo que conlleva. Y es que por donde quiera que uno mire, se encuentran construcciones improvisadas, que escasean de sustento técnico, dejando abierta la posibilidad de una tragedia.

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La Sociedad de Ingenieros del Atlántico compartió a EL HERALDO un reciente informe, derivado de una visita hace un par de meses, donde se da de cuenta lo que ha ocurrido ante los ojos de los ciudadanos y autoridades: la proliferación de construcciones irregulares, algunas con bastante improvisación, cargando las estructuras de los bloques donde residen cientos de familias en ese populoso sector de la ciudad.

Y es que un recorrido –realizado por una comisión de tres ingenieros de la entidad– les permitió verificar lo que se ha vuelto una queja constante ante las autoridades, que no han logrado poner en cintura las muchas irregularidades que se atestiguan a simple vista.

En el texto titulado ‘Informe de recorrido en los bloques de la Ciudadela 20 de Julio’ se pueden detectar situaciones irregulares como la “creación de obstáculos, límite de acceso, cerramientos y levantamiento de predio en zona común”.

Además de conceptos preocupantes tales como “columnas sumamente esbeltas; continuidad de las losas de los espacios adosados” y “discontinuidad en las columnas”, entre otros aspectos.

Johnny Olivares En algunos puntos de la Ciudadela 20 de Julio se observan construcciones por fuera de los límites iniciales.

En el informe técnico se da cuenta de que “al recorrer el sector sur de los bloques de la Ciudadela 20 de Julio se observó, en la mayoría de los bloques, distintas alteraciones en la construcción de los mismos. En muchos de estos se observan adiciones y espacios adosados a los bloques en pisos superiores, sin ningún tipo de soporte o muy mal implementado”.

Y también señalaron que “varias unidades residenciales han extendido sus construcciones más allá de los límites designados, invadiendo áreas destinadas originalmente para la circulación peatonal y el uso común de la comunidad”.

Al respecto, recalcaron que “esta ocupación ilegal ha resultado en la reducción significativa del espacio de circulación, creando obstáculos y limitando el acceso donde se utilizan como patios o incluso nuevos apartamentos”.

Ingeniería peligrosa

Johnny Olivares En algunos puntos de la Ciudadela 20 de Julio se observan construcciones por fuera de los límites iniciales.

Néstor Escorcia, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, advirtió a este medio sobre los riesgos que pueden conllevar las muchas irregularidades que a simple vista se observan en este sector.

La preocupación es que se han violado todas las normas de urbanismo, y más que urbanismo, se han transgredido a unas prácticas peligrosas de ingeniería. Las edificaciones del primer piso han cerrado los espacios públicos y no permiten la movilidad, pero hay apartamentos, del tercer y cuarto piso, que sacan balcones en el aire sin ningún tipo de estudio estructural y otros simplemente los apoyan sobre parales o sobre postes o sobre tuberías sin ningún tipo de si la análisis”, explicó.

Mencionó, además, que “es posible que eso pueda convertirse en una tragedia el día que falle un elemento de esos. Los postes no son elementos estructurales y están propensos a fallar”.

Y añadió que “los postes están diseñado para cargar cables y no para una carga puntual encima de ellos; entonces no tienen el refuerzo del acero necesario para soportar y el concreto que tienen tampoco es suficiente, o sea no está diseñado estructuralmente para soportar el peso, ni por concreto ni por acero. Entonces, simplemente algo que está diseñado para soportar cables y le vas a meter el peso a un apartamento, lógicamente, eso se va a partir”.

En los últimos meses la Sociedad de Ingenieros del Atlántico ha sostenido reuniones con la Alcaldía de Barranquilla para analizar el tema y le han venido adelantando los estudios, para tratar de que a través de la secretaría de Control Urbano y Espacio Público se puedan adelantar las visitas no solo para multar a quienes estén invadiendo el espacio público, sino para “prevenir futuras prácticas irresponsables”.

“Estamos preparando un documento para para enviárselo a la Alcaldía. La última visita fue hace un par de meses”, señaló el ingeniero Escorcia.

Temor en la comunidad

Johnny Olivares En algunos puntos de la Ciudadela 20 de Julio se observan construcciones por fuera de los límites iniciales.

Pese a que se ha vuelto una práctica recurrente en el sector, no todos los vecinos se encuentran conformes, pues tienen conciencia que tantas alteraciones en las estructuras conllevan un riesgo.

Gino Ahmed Pérez Rincones, es pensionado, tiene 65 años y de esos, 35 han sido viviendo en el sector. Se ha quejado de la problemática y agrade a Dios que en la capital del Atlántico “no hay temblores”.

“Eso realmente está mal, porque esos balcones están en el aire. Aquí contamos con que la tierra no tiembla tanto como en otras partes, pero que sí temblara, eso se vendría abajo. Eso tiene aproximadamente como 15 años que todo el mundo está haciendo balcón abusivamente, sabiendo que eso le está restando estabilidad al edificio, prácticamente eso le resta estabilidad y es un peligro”, sostuvo el ciudadano a este medio.

Otro de los que manifiesta su preocupación es Emilio Escorcia Herrera, quien vive en el bloque de la cuarta etapa, desde 1986. Señaló que ya se ve el compromiso en las estructuras de algunos de los bloques.

“Hay un bloque que comenzó a hundirse. Vamos a ver que por las construcciones que le habían hecho, se fue hundiendo y comenzó a generarse filtraciones”, afirmó.

El ciudadano fue enfático al afirmar que además las respuestas que le dan los vecinos para quedarse frío: “La gente se va a quejar allá y le dicen a uno ‘pero construya usted en el piso de más arriba’. Y ya con eso quieren terminar la discusión”.

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Mientras la problemática sigue acrecentándose, los vecinos están a la expectativa de medidas por parte de la Alcaldía para el menos controlar la situación y evitar más construcciones en los bloques que puedan significar un riesgo para los habitantes del sector.