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Como un acto emotivo, así se puede resumir el reencuentro póstumo entre el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes Barcha, cuyas cenizas fueron depositadas junto a las de Gabo en el Claustro de La Merced, de la Universidad de Cartagena.

La Ciudad Amurallada, esa que también fue cómplice de su amor, y en la que habitaron una casa ubicada en la calle de la Serrezuela, se convierte ahora en testigo de cómo el amor va más allá de lo terrenal.

El pasado viernes a las cinco de la tarde el hijo mayor de la pareja, Rodrigo, luego de su paso por el Carnaval Internacional de las Artes en Barranquilla, se dirigió hacia la capital bolivarense para cumplir uno de los últimos deseos de su madre: seguir al lado de su gran amor.

Katya González, ahijada del célebre escritor magdalenense, entregó detalles de la ceremonia que duró una hora y media y de la recepción que se extendió hasta las 11 de la noche en la casa color terracota de la calle Serrezuela.

En el acto oficial hubo discursos que dibujaron muy bien a La Gaba, como la llamaban sus familiares y amigos. También sonaron vallenatos en guitarra, especialmente los clásicos: Mercedes y La diosa coronada, los favoritos de la hija del boticario de Sucre que murió el 15 de agosto de 2020.

'Fue un acto muy emotivo, estuvieron presentes sus hijos, nietos y la mayoría de familiares de Gabo y Mercedes. También vinieron amigos de México, Cuba, España y Panamá, para acompañarlos en una ceremonia muy privada, pero a la vez numerosa, porque asistieron 137 personas', inició contando González.

Del grupo de amigos se destacan celebridades como la cantante Tania Libertad, peruana nacionalizada mexicana, que fue muy cercana a la pareja en Ciudad de México. La ganadora del Grammy Latino a la Excelencia Musical, fue una de las que compartió algunas fotografías del evento en sus redes sociales.

'Muy contenta de haber acompañado a nuestra querida y recordada Gaba a su encuentro eterno con su Gabo. Gracias a su familia y amigos por tanto amor', escribió la intérprete de Cielo rojo.

Los invitados que también se sumaron desde distintas ciudades colombianas, tuvieron la oportunidad de visitar en el claustro La Merced un cuarto dedicado a Gabo y Mercedes, en el que se encuentran algunas fotografías de ellos y también algunos vestidos que usó el creador de Cien años de soledad.

'Esta decisión la tomó mi madre, ya fallecido mi papá, ella de alguna manera sabía que el lugar donde quería reposar era aquí, en Cartagena; ella no buscó en ningún otro lugar, si vio diferentes lugares aquí y tuvo la fortuna de caer en este lugar tan increíble, que además, lleva el nombre de ella', dijo Gonzalo, el hijo menor de la pareja.

Tanto Gonzalo como Rodrigo fueron los encargados de tomar la urna con las cenizas de su madre y depositarlas en el monumento ubicado en el Claustro de la Merced, el cual ahora se encuentra a disposición de todos los turistas para visitar las exequias de los célebres esposos.

Escoger este Claustro como su eterna morada no fue una casualidad, la cercanía y conexión con la ciudad y el lugar mismo, llevaron a Mercedes a no cuestionar que este sería su lugar de descanso. Allí vivieron su idilio y esta ciudad inspiró al Nobel a escribir las obras El amor en los tiempos del cólera y El amor y otros demonios.

'Ellos siempre fueron colombianos, México fue su segunda casa, su patria adoptiva, pero ellos nunca rompieron sus vínculos con Colombia (…) Siempre regresaban a Colombia y con el paso del tiempo pasaron más y más tiempo aquí' explicó su hijo mayor Rodrigo García Barcha.

Recuerdo de sus familiares

En su discurso, Rodrigo le puso algo de humor a la ceremonia al recordar que su madre 'cuando te hablaba generalmente te felicitaba por algo, pero al mismo tiempo te regañaba, eso era porque era muy buena consejera'.

También destacó sus luchas junto a su padre y lo importante que fue en su vida, ya que donde quiera que vivieron, siempre mantuvo ese ser Caribe vivo y lo demostraba en los fogones, y aunque no cocinaba mucho, daba instrucciones para que les prepararan mote de queso, arroz con coco y dulce de mango.

Uno de los momentos más especiales se vivió cuando se escucharon las palabras de sus nietas. Las primeras escritas por Emilia, que no asistió al evento, porque tal y como lo expresó en su discurso 'no le gustan las despedidas'.

Fue su padre Gonzalo el encargado de leerlas, Emilia fue quien clasificó y puso a la venta el guardarropa de Gabo y Mercedes en México.

'Abue’ hay un inmenso vacío en nuestras vidas, pero todo lo demás sigue prácticamente igual (…) Tus nietos siguen siendo un desorden, pero adorables y tus nietas impecables como siempre (…) y tus amigos igual de fiesteros que siempre, y si no me crees espérate esta noche. Quizás lo único que ha cambiado es que tu clóset está vacío, pero no te preocupes le dimos una segunda vida y ayudamos a mucha gente, al igual que tú en vida te propusiste ayudar a tantos'.

González contó que las palabras que más me le llegaron al alma fueron las que pronunció Inés, la hija de Rodrigo, ya que explicó lo maravilloso que era ver televisión junto a Mercedes.

'Me tocó mucho el corazón porque hizo alusión a lo bello que era ver telenovelas juntas, noticieros y especialmente el programa Caso Cerrado, algo que yo también hice muchas veces con Mercedes. A mí no me da pena decir que me encanta Caso Cerrado y eso fue gracias a ella'.

Busto en su honor se develará este mes

La arquitecta barranquillera Katya González, hija de Ricardo González Ripoll, el mejor amigo del colegio de Gabo, también explicó que Gonzalo, que es tipógrafo y diseñador gráfico con larga experiencia en la imprenta y en los títulos de crédito del cine, fue el encargado de diseñar las tarjetas de invitación, y de informar que a finales de este mes se realizará una ceremonia pública en la que será develado el busto de su madre, que yacerá junto al que desde 2016 fue hecho en bronce con la imagen de su padre.

De esta manera, no solo los restos de Gabo y Mercedes permanecerán unidos, sino que habrá unas imágenes que representarán su amor, proyectándolo a generaciones futuras que muy seguramente tras leer las novelas del escritor cataquero, visitarán el Claustro de La Merced para también ser testigo de cómo una relación puede enmarcarse en la eternidad.

Gabo y Mercedes se casaron el 21 de marzo de 1958 en la Iglesia del Perpetuo Socorro de Barranquilla, y aunque el sacerdote les dijo que estarían juntos 'hasta que la muerte los separe', quedó demostrado que ni la parca pudo impedir que siguieran unidos.