El Heraldo
Jeisson Gutiérrez
Sociedad

Cécile Lavergne: Una francesa con esencia barranquillera

En entrevista con EL HERALDO, esta mujer conversó acerca  de sus motivaciones por el trabajo social y cómo se enamoró de La Arenosa.

Robin Hood, conocido como el ‘héroe de los necesitados’, es el mítico personaje de las baladas inglesas que robaba a gobernantes y eclesiásticos acomodados para repartir el botín entre los menesterosos y enfermos, pero también ha sido la fuente de inspiración de Cécile Lavergne, una franco – colombiana que hace 15 años se enamoró de Barranquilla y ha decidido dedicar su vida al servicio de los menos favorecidos.

Aunque afirma no haber recibido el don del servicio el día de su nacimiento, si reconoce que fueron sus padres quienes a través del ejemplo la invitaron a llevar una vida significativa. 

Cécile, recuerda que su padre era uno de los periodistas más reconocidos en la época de los 80’ en Francia, prestigio que le permitió fundar dos emisoras y el primer instituto de enseñanza periodística de Europa.

Sus buenas relaciones y voluntad, no solo le ayudaron a incidir en la comunicación, sino que también lideró un proyecto que recolectaba los medicamentos que estaban próximos a vencerse para enviarlos por avión al África, esto con el fin de que fuesen aprovechados en las misiones médicas.

En uno de esos viajes, llega a sus vidas una mujer que padecía de VIH y una niña afro contemporánea con Cécile, entre 4 y 5 años, llamada Manuela, esta no hablaba francés y venía de muchas carencias.

Al convivir juntas, los padres de Cécile le preguntan a su hija cuál era su juguete favorito, al ella señalarlo, estos le invitaron a que se lo regalara a Manuela, ya que esta no tenía ‘nada’.

Después de escuchar esto, Cécile, siendo niña, quedó en silencio. Sin embargo, decidió aceptar la sugerencia que le habían hecho, y la recompensa de ver la felicidad de Manuela, le gratificó.

Fue en ese momento, en el que ella dice haber encontrado su propósito de vida.

Rodeada de una vida modesta, el tiempo transcurrió y después que su padre falleciera cuando ella tenía solo 15 años, era claro que debía seguir preparándose si quería cumplir su sueño: transformar vidas.

Una vez egresada de la escuela secundaria comienza  a estudiar Politología en la Sciences Po Aix, en donde el pensamiento crítico y las acciones comunitarias la llevaron a replantearse la forma en la que se percibe la política, considerándola no como la acumulación de riquezas, sino como un mecanismo activo de transformación social.

Era barranquillera sin saberlo

Lavergne, llega por primera vez a Colombia en el 2007 con el propósito de cumplir su periodo de prácticas profesionales en la Embajada de Francia, después de seis meses regresa a Toulouse, su ciudad natal, y tras terminar sus estudios en 2008, es contratada por la Unión Europea para ser evaluadora de un proyecto de atención integral a 20.000 familias desplazadas del departamento del Atlántico.

Al llegar a la costa su conexión con Barranquilla fue natural, la música, los ritmos, la alegría y sobretodo el Carnaval hicieron que Cécile, se enamorara de la que ciudad que ahora considera su hogar.

“A mí me fascina el sentido satírico del Carnaval y hago parte de una comparsa que se llama: Disfrázate como quieras; que para mí es perfecta, porque soy muy ocurrente y siempre intento hacer críticas a través de la forma como me visto”.

Uno de sus disfraces favoritos lo llevo hace un par de años y era una manifestación que tenía un mensaje dirigido a la conciencia electoral, y es que junto a un grupo de amigas se vistieron de pilas gigantes que llevaban letreros que decían: “¡Pilas con tú voto!”.

“Siento que dentro de mi personalidad llevaba cosas de aquí de Barranquilla desde que era muy pequeña. Mi papá era muy amigo de los músicos antillanos y cuando llego a La Troja en 2009 escuchaba y veía a la gente bailar música en francés que yo me sabía y yo solo me decía: yo soy de aquí también”.

Entre las canciones que destacaba haber reconocido esa noche en el popular sitio  se encuentra El Horóscopo de Henri Debs, que en una mezcla de sonidos antillanos y africanos crea una pieza de salsa no comercial con un estilo Beguine.

15 años de servicio social
 
Durante 15 años, Cécile ha tenido todos los visados posibles para mantenerse en el país. Sin embargo, recientemente celebró que por medio de un trámite especial logró recibir la ciudadanía colombiana por Mérito de manos de la Cancillería.

Este estatus migratorio no solo la llena de una inmensa alegría, sino que es resultado del trabajo comunitario que desarrolla en los sectores más vulnerables de Barranquilla desde que llegó a la ciudad.

“Mi trabajo social no discrimina de una razón social, aunque ahora la tengo. Realmente, el trabajo que hago con mi equipo siempre ha estado enfocado a creer en aquellos en los que nadie lo hace y llegar a lugares a los que nadie quiere llegar”.

Con esta premisa, Lavergne ha delimitado su zona de acción en los barrios Rebolo, la Loma, La Bendición de Dios, Villas de San Pablo y Pinar del Río. También dijo que escoge estos lugares porque han tenido poca intervención social, lo cual le permite establecer los primeros acercamientos con la comunidad.

“Para mí lo mejor es poder trabajar con comunidades que sean ‘vírgenes’, porque a veces sucede que llegamos a lugares donde han trabajado otras fundaciones u ONG y les han prometido tantas cosas y no les cumplen. Eso complica un poco la misión porque hay una confianza traicionada”.

También aseguró que uno de los mayores retos, pero que al mismo tiempo le genera mucha pasión, es el trabajo con jóvenes que pertenecen a las pandillas. 

Su idea es trabajar especialmente con jóvenes, ya que desde su experiencia, las fundaciones y ONG generalmente se enfocan en desarrollar programas que benefician a la población infantil, porque les parece un campo más sencillo. 

Sin embargo, a los jóvenes, por ocasiones, se le considera como un caso ‘perdido’.

Y aunque muchas personas creen que  es millonaria, ella sin vergüenza alguna los desmiente, asegurando que los recursos que consigue para los jóvenes son fruto de tocar las puertas de los que sí son ricos.

“Yo no soy rica, ojalá lo fuera para no tener que correr tanto, pero la gente siempre me pregunta de dónde saco el dinero, y es ahí donde el símil con Robin Hood toma sentido, yo no robo como lo hacía él, pero por mi trabajo tengo contacto con personas que tienen mucho dinero y lo que hago es llegar a esos espacios de riqueza e intento trasladarlos por medio de buenas acciones a los lugares donde no hay nada”.

‘Cleo’, la ONG que lidera

En todo este camino que ha emprendido Cécile, la vida la ha invitado a dar un paso al frente, ya que aunque lleva 15 años trabajando con comunidades en Colombia, fue solo hasta 2017 que se atrevió a ir a la Cámara de Comercio a registrar ‘Cleo’, la ONG que lidera para beneficiar a cientos de jóvenes.

Actualmente, el programa bandera de Cleo es deportivo y en la cancha de Villas de San Pablo, todas las semanas practican alrededor de 500 jóvenes, que hacen parte del proceso de rehabilitación integral.

Han sido muchas las historias que han encontrado a través de estas buenas acciones, sin embargo, para Cécile, una de las más significativas es la de unos de sus ‘muchachos’, que a los 17, cuando comenzó a trabajar con ella, aún era analfabeta, y desde ‘Cleo’ y en particular Lavergne, se dedicó de lleno a enseñarle a leer y a escribir durante tres años. 

Hoy, este hijo consentido de esta francesa, no solo goza del beneficio de ser letrado, sino que hace un par de semanas le dedicó a ella él triunfó de haberse graduado como bachiller académico de un programa de validación nocturno. 

Finalmente, Cécile es una apasionada por la innovación social, y una creyente del poder transformador de la fe, esa que permite pensar que todo podrá ser diferente.

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