La ilusión de Katherin Castillo Murillo por ser madre por segunda vez no se iba a derrumbar ante ninguna dificultad.
Esta joven dio a luz el 30 de diciembre al pequeño Joshua, un guerrero de la vida como ella misma lo llama.
El nacimiento de este pequeño marca un hito en la historia médica del país tras convertirse en el primer bebé que nace por parto natural luego de haberse sometido a una fetoscopia después de haber sido diagnosticado con espina bífida.
Madre e hijo fueron testigos de que el poder de los avances médicos sumados a la buena voluntad de aquellos que hicieron el juramento de defender la vida a como diera lugar puede ser capaz de 'materializar un milagro'.
A las 21 semanas de gestación, Katherin recibió un diagnóstico que cambiaría el rumbo de su embarazo. El 20 de agosto unos exámenes confirmaron las sospechas que su instinto maternal le indicaban.
'Mi bebé fue diagnosticado a las 21 semanas con espina bífida y malformación de chiari tipo II', afirma la madre de Joshua.
En sus planes no estaba practicarse una ecografía en 4D, pero esta era la única, en ese momento, que podía darle certezas sobre el estado de salud que tenía su niño en el vientre.
'A mí no me gustaba la idea de hacerme una ecografía en 4D porque sentía que era como invadir su intimidad. No era partidaria de hacerlo solo para saber cómo tenía la nariz o a quién se iba a parecer. Quería esperar la sorpresa de ver a quién se parecía'.