El Heraldo
Para prevenir el Síndrome del Burnout los trabajadores deben gestionar su tiempo, distribuirlo entre sus actividades laborales y personales cómo cumplir sus tareas profesionales y hacer ejercicio. 123rf
Salud

Síndrome del Burnout, cuando el estrés “quema” la motivación

Baja autoestima, poca capacidad para concentrarse e insomnio experimentan quienes llegan a manifestar el llamado mal del “trabajador quemado”, muy común en el aislamiento.

Jornadas de trabajo más extensas que lo acostumbrado debido a compromisos laborales que demandan más atención son algunas de las situaciones que han experimentado muchas personas en Colombia debido a la pandemia por COVID-19.

La cuarentena conllevó a que trabajadores como Isamar Naranjo tuvieran que laborar desde casa. Al principio, la joven vio esta situación como una oportunidad para tener más tiempo para ella y su familia, y a la par dedicarse a algunas cosas del hogar.

Desde el 25 de marzo Isamar convirtió su cuarto en una oficina. El clima laboral ahora lo tenía que poner ella en casa, eso sí, con un poco de influencia remota.

Cuando pensaba que el tiempo que se ahorraba en transportarse desde su casa hasta la oficina lo podría utilizar para hacer más ejercicios o compartir tiempo con su familia las constantes peticiones de los clientes y las llamadas permanentes desde su trabajo le hicieron caer en cuenta que no había nada más alejado de la realidad.

El trabajo llegó a duplicarse para esta joven especialista en comunicaciones corporativas porque ahora tenía que rendir más informes que antes. “La carga laboral se multiplicó porque no solo debo atender a mi jefe, sino a cada cliente que tengo a mi cargo”, explica.

La presión que llega a sentir por la cantidad de trabajo demandada ha llevado a esta comunicadora a experimentar migrañas, para ella insoportables. “Hubo un momento en el que los dolores no se me quitaban con nada. Acudí a una cita telefónica y me recetaron codeína y acetaminofén”.

Su piel también le ha dado señales de que las cosas con su salud no están muy bien. Isamar sufre de dermatitis atópica, un trastorno dermatológico que la lleva a presentar salpullido rojo y comezón.

Este mal no lo había manifestado en su niñez, cuando es por lo general que se desarrolla, se dio de un momento a otro. Su dermatóloga concluyó que el detonante fue una baja en sus defensas producto del estrés.

“La dermatitis es súper incomoda porque suelen salir brotes en la piel muy rojos que pican y duelen”, advierte. 

En cuarentena, debido a la sobrecarga laboral, su condición dermatológica se ha agudizado. A todas estas manifestaciones de su cuerpo se suman sentimiento de impotencia, agotamiento y fracaso, baja autoestima, sensación de poca realización personal, estado permanente de nerviosismo, dificultad para concentrarse, taquicardias, insomnio, aburrimiento e impaciencia.

Para sobrellevarlas escucha música relajante y trata de tomar un respiro del trabajo, descansar por lo menos 15 minutos cuando ya se siente muy abrumada.

 

Temas como demasiada carga laboral, presión, angustia ante un posible contagio, desesperación por posible desempleo y no tener recursos para cubrir los gastos, hacen que las personas se enfermen

Luis Estrada, un joven ingeniero de sistemas, experimenta sentimientos similares a los de Isamar, aunque en menor escala.

Un tiempo después de iniciar su proceso de teletrabajo, Luis ha experimentado insomnio, dolores de cabeza, impaciencia y aburrimiento.

Reconoce que los primeros días fueron duros y que le costó un poco adaptarse a llevar el trabajo a casa. A esa situación le suma el hecho de no poder salir y la frustración que esto le significa.

El estrés y la ansiedad laboral, en el caso del ingeniero, aparecieron 15 días después de adaptarse a este nuevo escenario. Las llamadas de su jefe pidiéndole apoyo fuera del horario de trabajo en la actualidad lo llevan a sentirse un poco abrumado.

“Uno antes entraba a las 8 de la mañana y salía a las 5 de la tarde. Uno después de salir de la oficina se despejaba de todo y ya solo pensaba en la familia. Ahora ya es muy distinto porque uno está trabajando desde las 8:00 a.m. hasta lo que dé”, afirma.

Siente que toda esta situación, sumada a la sobrecarga, lo induce a sentir que lleva una vida muy monótona. “Yo tengo mi computador en el cuarto, entonces ya casi no salgo de este círculo de levantarme de la cama y sentarme en el pc. Siento que mi mente todo el tiempo está laborando”.

En líneas resumidas, Estrada visualiza su cuarto como una sucursal de su empresa por lo que ahora cree que está todo el tiempo en ella. “Tengo esa sensación de que mi mente solo trabaja”.

“Sobrecarga de contenido”. De acuerdo con la psicóloga especialista en salud ocupacional Luana Polo Cortés, lo experimentado por estos dos trabajadores encaja en lo que se conoce como Síndrome de Burnout o trabajador quemado.

“Debido al aislamiento prolongado que vivimos o por las extensas horas de trabajo en casa que gran número de personas deben realizar se puede registrar el Síndrome de Burnout. Esta enfermedad está asociada a la sobrecarga de contenido que recibe una persona en su trabajo, conllevando a que exista un desgaste físico y emocional”, explica la experta.

Para Polo, las señales manifestadas tanto por Isamar como por Luis pueden generar la aparición de depresión, ansiedad e insomnio. Dicho cuadro puede llevar a que ellos o cualquier persona que experimente lo mismo se vea afectada a nivel cognitivo, emocional y físico, “desencadenando el deterioro progresivo del desempeño laboral, social y familiar”.

La psicóloga explica que  este síndrome ya se ve reflejado en la situación actual del país y el mundo.

“Temas como demasiada carga laboral, presión, angustia ante un posible contagio, desesperación por posible desempleo y no tener recursos para cubrir los gastos, hacen que las personas se enfermen”, describe.

De acuerdo con la especialista, para prevenir la aparición de este síndrome, los trabajadores deben aprender a gestionar mejor su tiempo y distribuirlo de tal manera que tengan espacios para la realización de sus actividades y puedan compartir con sus seres queridos en casa.

También sugiere una alimentación balanceada basada en consumir frutas y verduras, no excederse con las grasas y los azúcares y tomar agua de manera regular.

La gestión del sueño, recalca Polo, es fundamental. “Dormir como mínimo 7 horas y máximo 9 es lo ideal para tener el tiempo de descanso adecuado”.

Hasta el momento no se tienen cifras exactas de cuántas personas puedan estar padeciendo este mal o estén manifestando alguna señal, ya que algunos especialistas al ser consultados por sus pacientes suelen diagnosticarlos como un cuadro de estrés.

En 2019, la Organización Mundial de la Salud reconoció como enfermedad el Síndrome de Burnout, aunque en el año 2000 ya había sido declarada como un factor de riesgo laboral.
El organismo internacional describe esta enfermedad como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”.

En caso de que usted llegue a presentar algunos de los síntomas descritos anteriormente, los expertos recomiendan comunicarse con su EPS y explicarle de manera clara al especialista la situación que está atravesando. Esto ayudará al profesional de la salud a identificar los niveles de riesgo psicosocial asociado a demandas del trabajo y tomar las medidas pertinentes para evitar que el padecimiento pueda agudizarse.

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