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Salud

¿Cómo identificar y prevenir casos de acoso escolar? Habla experta

Olga Lucía Hoyos, docente y doctora en Psicología, responde las principales inquietudes alrededor de esta problemática.

El caso de Drayke Hardman, un niño de 12 años que decidió quitarse la vida en Utah, Estados Unidos, tras sufrir de acoso escolar por parte de varios compañeros, vuelve a poner sobre la mesa la problemática del bullying.

En una entrevista publicada por la Universidad del Norte, en Barranquilla, la docente y doctora en Psicología, Olga Lucía Hoyos, asegura que en Colombia “llevamos más de 20 años hablando de este tema y aún nos cuesta entender y aceptar su importancia”.

“El acoso escolar o bullying es un problema de salud mental. (…) Se refiere a un tipo de relación perversa (no es sana, no es normal) en la que uno o varios sujetos agreden a otro con intención de hacerle daño, de manera reiterada en el tiempo, creando una situación de desbalance de poder”, indicó la académica.

Sobre las señales que se deben tener en cuenta para identificar si existe acoso escolar, Hoyos manifestó que, aunque no es fácil reconocer este tipo de casos, “de manera general, debemos prestar atención a la atmósfera moral del curso”.

Señaló que se debe estar atento a qué tanta tolerancia a la violencia hay entre los niños, pues ese podría ser un primer indicador de la posibilidad de que se presenten casos de bullying.

“Si se trata de una posible víctima, debo estar atento a que aparezcan comportamientos de evitación para ir a la escuela, con excusas como ‘tengo dolor de cabeza, tengo dolor de estómago, me siento mal’”, agregó.

Otro indicador, sostuvo la docente universitaria, puede ser que el niño o la niña quiera llegar de último al colegio para no compartir con los compañeros e ir directamente al salón de clase. Igualmente podría ser señal de alarma que a la salida reclame a sus acudientes de llegar más temprano por él.

En cuanto a cambios físicos, “estar atentos a los golpes, daños en la ropa, la pérdida de materiales del colegio o daño a las pertenencias”, añadió.

Igualmente dijo que se debe estar atento a los cambios de comportamientos de los niños.

“Si deja de hacer cosas que le gustaban. No querer encontrarse con amigas y amigos. Su estado de ánimo cambia. Suele estar más triste, evasivo o irritable”, puntualizó Olga Lucía Hoyos.

Respecto al rol de los adultos en este tipo de situaciones, la experta dio varios consejos a los padres de familia en caso de que su hijo sea el acosador o victimario.

“Si se trata de un agresor o agresora, lo primero que debemos hacer es darnos el permiso de escuchar lo que profesores u otros padres tengan que decirnos. Sólo así podremos ayudar a nuestro hijo, porque el agresor también necesita ayuda”, expresó.

Recomendó no minimizar la situación, pues el bullying no se trata de un juego ni de una broma.

Indicó que “no hay un perfil definido para el agresor, pero con frecuencia se muestra poco empático ante el dolor de los demás. No asume responsabilidad por sus actos y trata de culpar a los demás de ellos. En general, le cuesta decir algo bueno sobre los demás y muestra tolerancia a la violencia”.

Para Hoyos la mejor forma de abordar un caso de acoso escolar es la prevención, pues recordó que esto afecta el desarrollo del niño o la niña.

“Hay que trabajar la atmósfera escolar, respeto a la diferencia, reconocimiento, expresión y gestión de emociones. Trabajar sobre las creencias irracionales (es una broma, ser sapo, entre otras), fortalecer la empatía afectiva, no sólo la cognitiva”, anotó.

Asimismo, hizo una invitación a cuidar “el lenguaje de crítica permanente al otro” dentro del núcleo familiar.

“Seamos sensibles y compasivos con los otros. La familia modela y nuestros hijos aprenden de nosotros. Revisemos también nuestras creencias irracionales y prejuicios”. 

Resaltó que cuando los casos de bullying no son intervenidos se manda un mensaje de que agredir está bien.

“Se piensa que no hay sanciones para el que agrede y algunos lo intentarán. Lo que hemos encontrado es que se incrementa la falta de solidaridad y aparece mayor tolerancia a la violencia”, se lee en la entrevista publicada por Uninorte.

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