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De manera indefinida permanece cerrada la frontera entre Colombia y Venezuela en Paraguachón, a causa de una protesta de miembros de cooperativas de combustibles que operan en la región Guajira del vecino país.

Los indígenas wayuu manifestantes señalan que PDVSA y el Ministerio de Minas y Energía a través del convenio binacional, les está suministrando la gasolina y el ACPM a un precio que no es rentable para ellos.

El cierre del paso fronterizo se cumple desde las siete de la mañana del miércoles cuando los integrantes de las cooperativas Tronco Mara, Coopewa, Coopwuajira, Sumulivan, Watinsoo, Wayamuin y Macuirra, liderados por Emilia María Paz, atravesaron varios camiones para impedir el paso de vehículos de carga y de pasajeros.

'Son más de tres mil personas las que trabajamos en esto y si nos suben los precios, no podemos seguir en el negocio, porque nos perjudicaría mucho', aseguró la líder, quien indicó que están a la espera de una comisión que fue a Caracas a dialogar con funcionarios del gobierno nacional de Venezuela.

Son muchos los afectados. La costumbre de quienes desean protestar en la región fronteriza es impedir el paso de viajeros y vehículos para lograr la atención de las autoridades.

En mayo pasado indígenas venezolanos protestaron por el robo de tres camionetas, en marzo los afiliados a Ayatawacoop bloquearon el paso para presionar el despacho de combustibles que se había suspendido y unos días antes el gobierno venezolano también había ordenado el cierre por las elecciones presidenciales.

Esta situación tiene cansados a los cambistas, los vendedores de minutos, los comerciantes, transportadores, los que venden comida y a los habitantes de Paraguachón, quienes se quejan porque dicen que esto los ha perjudicado mucho, ya que bajan las ventas.

'Los viajeros pasan, pero van cansados, aburridos y no paran a comprar nada, ni a beber agua y mucho menos a cambiar bolívares', dijo uno de los cambistas conocido en el sector como Isenia.

Por su parte, Sandra Sierra, vendedora de minutos, asegura que con esas protestas siempre es más lo que pierden, porque nadie llega a llamar, solo piensan en llegar a sus destinos lo más rápido posible.

Otra situación que se presenta es el alza en el valor del transporte entre Paraguachón y Maicao, porque los dueños de vehículos que prestan este servicio se aprovechan, ya que normalmente cuesta 4 mil pesos y cuando está cerrada la frontera cobran entre 8 y 10 mil pesos.

Los colombianos están apoyando. Julio Moscote, uno de los directivos de la cooperativa de importaciónde combustible colombiano Ayatawacoop, afirma que no están protestando en contra del gobierno colombiano, pero si apoyando a los asociados de Venezuela, quienes tienen la intención de hacerse escuchar por parte del gobierno de Nicolás Maduro.

Por Sandra Guerrero Barriga