
Fiscalía pidió la máxima condena contra otro implicado en crimen de estudiantes de Uniandes

El fiscal especializado contra bandas criminales Cesar Sarmiento Niebles pidió esta mañana la máxima condena de 60 años de cárcel contra Víctor Hinestrosa Mena, alias El Blanquito, uno de los implicados en el crimen de los estudiantes de la Universidad de Los Andes, Mateo Matamala y Margarita Gómez, asesinados el 10 de enero del año pasado en San Bernardo del Viento. Sin embargo, la defensa dijo que apelará la solicitud del ente acusador.
Solo falta la lectura del fallo condenatorio por parte de la juez que maneja el caso mientras que mañana será leída en un juzgado de Lorica, la codena contra Cristian Bravo Núñez, el primer capturado en el proceso investigativo, confeso miembro de la banda criminal Los Urabeños y quien según los elementos probatorios de la Fiscalía habría sido quien transportó en una moto a los estudiantes hasta el paraje solitario donde fueron acribillados.
Alias El Blanquito está sindicado de haber sido uno de los autores materiales del asesinato, cometido frente a la finca San Francisco, a solo tres kilómetros del perímetro urbano de San Bernardo del Viento.
El 19 de febrero de 2011 un juez de control de garantías de Montería dictó medida de aseguramiento contra Hinestrosa Mena, tras sindicarlo de los delitos de homicidio en concurso homogéneo, concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego, todo eso, mientras hacía parte de la banda criminal Los Urabeños, a cuyo máximo cabecilla, Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán se le sindica de ser el autor intelectual del asesinato de los universitarios.
Para la fecha la Fiscalía dijo que alias El Blanquito habría sido la persona que disparó contra los biólogos Mateo Matamala y Margarita Gómez.
Un fiscal especializado contra bandas criminales le presentó al juez indicios relacionados con entrevistas a testigos que señalaron a Hinestrosa como el hombre que corrió con una pistola en la mano, en compañía de otro sujeto, minutos después del crimen de los universitarios.
Por Eduardo García