
Empezando porque el río Sinú, que es considerado el más rico biológicamente del planeta, está siendo trasgredido y afectado en sus riquezas, que son las mismas que en un 90 % aporta el Mar Caribe, todo debido a la operación de Urrá, parece que no todo es color de rosa en los 20 años de la hidroeléctrica.
El análisis los hizo el filósofa, ambientalista y coordinador del área ambiental de la corporación Nuevo Arco Iris, Paul Sánchez, quien advirtió además que el torrente es el único en el mundo que reúne ecosistemas de páramo, selva húmeda ecuatorial y manglares, es el Sinú.
“Los cordobeses y colombianos no saben que estamos perdiendo un patrimonio ecológico, cultural y biológico para esta generación. Urrá ha afectado todo esto y las únicas ganancias que tenemos es desplazamientos, muertes, desempleo. A estas alturas debería dar vergüenza festejar 20 años de destrucción, de desempleo y 20 años arrasando con uno de los parques naturales, considerado entre los diez más ricos del planeta”, dijo Sánchez.
A lo anterior agregó que efectivamente se consumó la sospecha de los expertos de la época en el sentido de que con la construcción del embalse se acabarían las especies ícticas del torrente, especialmente el bocachico.
La apreciación del ambientalista contrasta con la reciente aseveración del Presidente de Urrá, Alfredo Solano Berrío, tras afirmar en entrevista con este medio que, si bien es cierto se causó un impacto sobre la migración de los peces, recurso que según el ejecutivo casi no lo había en la cuenca del río, se han sembrado 27 millones de especies y habrían en el embalse unas 150 mil toneladas de carne de pescado.
Sánchez propuso que existen energías alternativas o sustentables que no hacen tanto daño como las hidroeléctricas, “porque éstas están mandadas a recoger desde hace más de 20 años. En países del país mundo ya no se construyen”.
DESAPARECIÓ PLANTA MILENARIA. Otros expertos aseguran que en el Parque Natural Paramillo, precisamente por la construcción de Urrá, desapareció una planta considerada fósiles vivientes que compartieron hábitat con los dinosaurios. La especie que estaba en el Paramillo se denominaba Samia, una de las 22 especies que por desgracia nació donde se inundó el parque para que funcionara Urrá.
Por Eduardo García
MONTERÍA.