El Heraldo
El presidente Nicolás Maduro y su esposa, Cilia Flores, durante un acto en Caracas.
Política

La Ley del Montes | ¡Ojo con Maduro en el 22...!

Nunca antes Venezuela había tenido tanto protagonismo en unas elecciones en Colombia. 

A Nicolás Maduro no hay que creerle nada de lo que dice. Absolutamente nada. Es un mentiroso compulsivo. Un timador de siete suelas. Cuando Maduro dice que no meterá sus narices en las elecciones en Colombia es porque ya las metió. O mejor: las está metiendo.

A Maduro le conviene tener un gobierno amigo de este lado de su frontera. Y un gobierno amigo de Maduro es aquel que ahora en tiempos de campaña le habla pasito y no se atreve a llamar a su régimen como lo que es: una dictadura. La peor de América Latina, después de la que encabeza Daniel Ortega en Nicaragua, quien cerró las universidades privadas que no piensan como él y no reproducen su modelo político y económico. Dentro de poco Maduro hará lo mismo. Y todos los gobiernos que Maduro ayude a elegir replicarán el modelo perpetuador de pobreza y cercenador de libertades que encarna el Socialismo del Siglo XXI.

Un gobierno colombiano amigo de Maduro sería aquel que desde ahora en tiempos electorales no se atreve a decirle que es un dictador. Y no solo no lo llama dictador sino que –para disfrazar todas las tropelías que comete contra la oposición– se atreve a calificar como “dictador” a Iván Duque, elegido popularmente y pordebajeado como ningún otro presidente por la oposición. De esta forma –igualando por lo bajo– los amigos de Maduro ponen en el mismo nivel un gobierno democrático como el colombiano con un gobierno despótico como el de Maduro.

En sus recientes declaraciones en el programa de televisión “Con el mazo dando”, que conduce su cómplice y amigo Diosdado Cabello, Maduro se despachó contra el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, y el mandatario del Perú, Pedro Castillo, a quienes respondió sus declaraciones en las que –por separado– ambos cuestionaron el régimen venezolano. “Todos los días hay una campaña contra Venezuela. Por ahí ha surgido una izquierda cobarde que basa su discurso en atacar el modelo bolivariano exitoso, victorioso, y en atacar el legado histórico y en atacarme a mí como presidente”, declaró Maduro en su entrevista con Cabello.

“Es una izquierda derrotada y cobarde frente al imperialismo –sostuvo Maduro– que quiere ponerse un barniz para que las oligarquías perdonen a sus representantes y lo peor de todo es que no los van a perdonar, a ninguno”.

La munición gruesa de Maduro apunta al nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, quien había declarado hace poco que “Venezuela ha vivido un retroceso democrático brutal y yo espero lograr una izquierda democrática. El éxodo de seis millones de venezolanos es la prueba más fehaciente de ello”.

Por su parte Pedro Castillo, presidente del Perú, también se refirió a los modelos políticos y económicos de Cuba y Venezuela, sobre los que dijo de forma categórica: “No me gustaría que Perú se convierta en uno de esos modelos”.

Aunque Maduro no se refirió a Petro, el candidato presidencial de la Colombia Humana se sintió aludido y respondió en Twitter: “Le sugiero a Maduro que deje sus insultos. Cobardes los que no abrazan la democracia. Saque a Venezuela del petróleo, llévela a la más profunda democracia. Si debe dar un paso al costado hágalo”, escribió Petro.

¿Por qué no hay que creerle a Maduro? ¿Qué hay detrás de su arremetida contra gobiernos de izquierda?

Ser amigo de Maduro es un lastre para cualquier candidato o presidente

La Revolución del Siglo XXI es un lastre para cualquier candidato o gobierno de izquierda democrática en América Latina. Por eso todos le huyen. No es rentable en términos electorales ser amigo de Maduro y sus secuaces. Por eso algunos candidatos les muestran los dientes, aunque con timidez. Pero tampoco pelean con Maduro, porque necesitan de sus multimillonarios recursos y sus buenos oficios. No nos llamemos a engaños: en Venezuela el pobre es el pueblo que aguanta hambre y tiene que salir huyendo despavorido por sus fronteras. Las cabezas poderosas del régimen son archimillonarios y viven como reyes, que lo diga la hija de Hugo Chávez y su familia. Y los buenos oficios de Maduro también serán necesarios cuando haya que negociar –una vez más– con las Farc y el ELN, cuyos jefes operan desde territorio venezolano. Maduro será, pues, de mucha utilidad, como lo fue en tiempos de Juan Manuel Santos. Así que por mucho que vocifere contra esa “izquierda cobarde” no logrará ocultar su peligrosa relación de conveniencia con quienes hoy ataca con evidente propósito distractor.

Venezuela y Rusia, ¿a qué juegan los nuevos mejores amigos?

Hace bien el gobierno de Estados Unidos en advertir sobre la posible injerencia del régimen de Maduro en las elecciones de Colombia. De hecho, la Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, en su reciente visita a Bogotá afirmó que su país está dispuesto a ayudar al gobierno de Iván Duque para que “no se involucren actores externos, ni fuerzas externas malignas que intervengan en esta elección”. En declaraciones a Blu Radio la funcionaria sostuvo: “Estamos trabajando arduamente en las cosas que podrían permitir que fuerzas externas malignas intervengan en esta elección, ya sea enviando dinero, con desinformación o con ataque cibernético a los sistemas estatales”. En su declaración, Nuland también recordó que en 2016 Estados Unidos fue víctima de la interferencia electoral rusa y que también lo volvieron a intentar en 2020. En ese sentido, la cada día más estrecha relación de Maduro con Rusia debería ser motivo más que suficiente para que Colombia tenga dispuesto –con la ayuda de Estados Unidos– un sistema de defensa que permita blindar los resultados electorales. Lo dicho por Nuland es de una gravedad extraordinaria y el gobierno de Iván Duque debe actuar con prontitud.

Muchas preguntas y pocas respuestas sobre Indra. ¿Qué dicen los candidatos?

Desde junio de 1998 la empresa española Indra es la que se encarga de suministrar sistemas para el escrutinio de las elecciones en Venezuela. Indra instaló 12.000 máquinas para facilitar el escrutinio en las elecciones que se llevan a cabo en el régimen que encabeza Maduro. Indra hace el recuento electoral en el 70 % del territorio venezolano. En ese país Indra se encarga de instalar el hardware, las aplicaciones que se necesitan, las máquinas escrutadoras y las papeletas de votación. Desde que opera Indra el chavismo no ha perdido una sola elección. Pues bien, a esa misma empresa Indra le fue adjudicado por parte de la Registraduría Nacional de Colombia el contrato para que haga en nuestro país lo mismo que hace en Venezuela. Ni más ni menos. El contrato fue adjudicado el 29 de diciembre del año pasado, pocas horas antes de culminar el 2021. Este año el candidato presidencial Gustavo Petro se reunió en Madrid con altos directivos de esa empresa, durante la gira electoral que realizó en España. Petro ha sido el único candidato presidencial que ha tenido la oportunidad de conversar con quienes están a la cabeza de la empresa que contará los votos en las próximas elecciones en Colombia. ¿Qué tienen que decir los demás candidatos? ¿No tienen nada que decir? ¿Qué tiene que decir el propio Petro, quien vive anunciando que habrá fraude en las próximas elecciones?

Maduro y Merlano, ¿llave electoral?

Desde Venezuela –país al que pidió protección– la prófuga exsenadora Aida Merlano decidió prender el ventilador en plena época electoral para salpicar a buena parte de la clase política tanto nacional como de Barranquilla. La condenada Merlano no solo arremetió contra miembros de la familia Char, entre ellos el precandidato Alejandro Char, sino contra el presidente Duque y los expresidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, entre otros. En total son 19 líderes políticos mencionados por la prófuga Merlano –condenada por la Corte Suprema a 11 años y 4 meses de cárcel por los delitos de “corrupción al sufragante, concierto para delinquir y porte y tenencia ilegal de armas de fuego de defensa personal”– quienes deberán comparecer ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes y la Fiscalía General. Tanto los miembros de la familia Char, como el expresidente Uribe, como el candidato Óscar Iván Zuluaga, anunciaron que iniciarán acciones legales contra Merlano para que se retracte de sus afirmaciones en las que los involucra. Merlano –por su parte– también denunció a miembros de la familia Char. Que la condenada Merlano reaparezca desde Venezuela en plena campaña electoral, sin duda, tendrá efectos en la actual campaña presidencial. Este es uno de los propósitos de Maduro, quien desea por sobre todas las cosas tener en Colombia un gobierno que le haga pasito, aunque le muestre los dientes. Punto.

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