El proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, a pesar de encontrarse en su etapa final, sigue generando una buena dosis de polémica, ahora alrededor del mecanismo idóneo para refrendar los acuerdos, discusión que encuentra a las partes en extremos distantes.
Por un lado está el Gobierno, empeñado en sacar adelante el plebiscito por la paz por el cual el presidente Juan Manuel Santos ya inició campaña activa y abierta, invitando a los ciudadanos a votar por el ‘sí’ –como lo hizo la semana pasada en Mompox, Marialabaja y Medellín–, en un proyecto que a la fecha se encuentra en revisión por parte de la Corte Constitucional.
Santos ha manifestado que el plebiscito va 'les guste o no a las Farc', palabras que no calaron de buena manera en la guerrilla, que calificó este mecanismo como una 'ligereza jurídica y un error político'.
Las Farc, por su parte, han venido adelantando en La Habana una serie de reuniones con líderes de la izquierda democrática nacional en las que el tema de una Asamblea Nacional Constituyente –su instrumento predilecto para la refrendación– ha sido central.
En este clima tenso los negociadores deberán abordar la discusión de cuál es el mejor mecanismo de refrendación, si el plebiscito, la constituyente o uno nuevo que surja de la mesa.
Para muchos este es un debate que más allá de aportarle al proceso crea nuevas trabas en la negociación que bien podría terminar sin necesidad de una refrendación.
Así lo defiende el exministro Mauricio Vargas, quien afirma que 'la refrendación sobra porque la paz está en cabeza del presidente de la República como su máxima responsabilidad, eso constitucionalmente hablando. Además este presidente fue reelegido con ese mandato'.
Para Vargas, someter los acuerdos a algún tipo de votación popular crea una polémica innecesaria entre las Farc y el Gobierno sobre cuál debe ser el mecanismo, además crea el riesgo de que el Gobierno pierda esa votación, porque en ese tipo de votaciones lo que la gente termina evaluando es cómo va el Gobierno y no la propuesta que se somete a votación.
Opiniones similares surgieron del reciente foro organizado por Naciones Unidas y la Universidad Nacional que trató sobre el tema de la refrendación. Según Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento de la Universidad Nacional, las conclusiones a que se llegaron es que ninguno de los dos instrumentos propuestos es óptimo para refrendar.
'El plebiscito propuesto por el Gobierno está mal planteado y muy probablemente la Corte Constitucional lo va a tumbar, y la constituyente tampoco sirve para refrendar, este es un tema complejo', sostiene Vargas.
Este debate ha sido trasladado por EL HERALDO a diferentes actores políticos y académicos del país para que expresen sus argumentos a favor o en contra de cada uno de estos instrumentos.

Plebiscito por la paz, el mecanismo ideal
El senador de La U Armando Benedetti, ponente del proyecto en el Senado, defiende la refrendación
...Lo primero que la gente tiene que entender es que la refrendación de un acuerdo de paz no es obligatoria, el presidente decide hacer eso para darle mayor legitimidad a la paz. El plebiscito es el mejor mecanismo para hacerlo porque se le está preguntando a la gente si quiere o no quiere los acuerdos de la paz, además es el puente perfecto entre la dejación de armas y la comisión legislativa que hará las leyes necesarias para la implementación de la paz.
El plebiscito va a terminar siendo aceptado por las Farc, es apenas lógico que haya diferencias porque en una negociación cada parte propone lo que más le gusta, pero en el 95% de las cosas que se han pactado en La Habana no estaban de acuerdo las dos partes al principio y lograron llegar a consensos.
Ningún mecanismo de participación ha servido nunca porque estaban hechos para que la gente no votara, con este plebiscito estamos garantizando que por lo menos vote el 40% o 50% del censo electoral. El umbral de cinco millones de votos es el piso, es la cuota inicial. Pero por ejemplo, si el ‘sí’ saca 4 millones, y el ‘no’ también, habiendo votado 8 millones de personas, el plebiscito no pasa, porque se necesitan 5 millones por el ‘sí’ para que quede habilitado. Si votamos 5 millones por el ‘sí’ y el ‘no’ saca 7 millones, no pasó el plebiscito. Entonces, si le digo a la gente que el mínimo es 5 millones, yo que quiero el ‘sí’ tengo que salir a buscar siete, y los que quieren el no tienen que salir a buscar ocho, entonces termina votando casi la mitad del censo electoral.
Asamblea Constituyente, último paso para el proceso de paz
El senador del Polo Iván Cepeda afirma que esta debe ser una consecuencia del fin del conflicto.
...Más que para refrendar, a mi modo de ver la constituyente se ha ido convirtiendo en una necesidad en el país, y creo que debería ser integrada como parte de los acuerdos siempre y cuando también haya un acuerdo nacional que garantice que esa constituyente se vaya a convertir en un factor de democracia y de reformas útiles para el país. Desde esa perspectiva creo yo que podría ser interesante.
La guerrilla propone este mecanismo, como lo ha planteado la Corte Constitucional y otros partidos políticos, porque perciben la necesidad de cambio y de reformas constitucionales a fondo. Ahora, por supuesto ese mecanismo tiene que entrar a operar una vez se logren los acuerdos de paz y se den una serie de cambios tendientes a que la guerrilla participe en política.
Si es producto de un acuerdo nacional que incluya incluso a los sectores que se han opuesto al proceso de paz, creo que sería una salida óptima a todo este proceso, pero si no se llega a este escenario ideal, de todas formas una reforma constitucional bien pensada puede ser muy útil para el país en este momento. Ahí lo que habría que discutir es si tenemos todos la misma idea de lo que debe ser una asamblea constituyente, pero el hecho de que sectores como el Centro Democrático y otros sectores del Partido Liberal y sectores del conservador, así como los magistrados de las distintas cortes coincidan con este planteamiento demuestra que hay la necesidad de buscar una reforma constitucional que resuelva determinados problemas de la institucionalidad y del sistema político colombiano.

Inconstitucional y tramposo
Alfredo Rangel, senador del Centro Democrático, presenta sus reparos frente al proyecto de plebiscito.
...En primer lugar es un mecanismo tramposo, induce al electorado a votar en favor o en contra de la paz cuando en realidad hay una enorme cantidad de temas que merecerían un discernimiento del elector para manifestarse en favor o en contra. Por ejemplo, darles impunidad a los responsables de crímenes atroces, si está en favor de que los responsables de crímenes de lesa humanidad sean elegibles a cargos de elección popular, si las Farc deben entregar o no sus armas o sus dineros del narcotráfico o su actividad criminal para reparar a las víctimas. Eso no lo puede hacer el elector cuando lo ponen a votar en aras de la paz por esta enorme cantidad de temas.
Consideramos que el planteamiento del Gobierno es absolutamente antidemocrático y antipopular porque pone a la gente frente al falso dilema entre paz y guerra, cuando la gente debería poder votar por cada uno de los componentes del acuerdo de paz.
Yo creo que si la Corte Constitucional actuara en derecho debería declarar inconstitucional el proyecto de plebiscito del Gobierno porque ha cambiado las reglas del juego para esta ocasión únicamente para esta ocasión, así que es un plebiscito con nombre propio que va en contravía de la doctrina de los constituyentes que señala que los plebiscitos deberían tener unos estándares de participación muy altos y el Gobierno ha bajado esos estándares.
Ya el Gobierno echó por la borda dos iniciativas aprobadas por el Congreso porque no les gustó a las Farc. Creo que con el plebiscito pasará lo mismo, el presidente lo echará por la borda después de haber entusiasmado a los colombianos. Lo mejor que le puede pasar a Santos es que la Corte tumbe el plebiscito porque así queda bien con todos.
Jamás una constituyente es para refrendar
El abogado y columnista Ramiro Bejarano afirma que una constituyente sería la peor forma de refrendación.
... Me parece que la constituyente no es un mecanismo de refrendación para unos acuerdos. Es un mecanismo para diseñarle un nuevo rumbo constitucional al país pero no para refrendar unos acuerdos de paz. El presidente se metió en un callejón muy complicado en eso de la refrendación que no era necesaria. Luigi Ferrajoli, el famoso pensador italo-francés ha dicho que la legitimidad de un acuerdo de paz viene por la sola circunstancia de que haya paz, eso es suficiente, yo coincido con esa opinión. Jamás debe pensarse en una constituyente para refrendar. La constituyente tiene por objeto empoderar a un organismo para que defina una nueva constitución y yo creo que ese no es el camino porque el acuerdo que se ha hecho con las Farc puede subsistir dentro de la actual Constitución, no hay ninguna necesidad de cambiarla para que los acuerdos de La Habana puedan implementarse.
El afán de la guerrilla de buscar una Asamblea Constituyente es tratar de interferir en el diseño de una nueva Constitución política en la que se barajen una cantidad de derechos y elementos. Por ejemplo, que en esa constitución se reglamente de manera diferente el tema del acceso a los medios de comunicación, el espectro electromagnético, la definición del poder político, la forma de cómo hacer una nueva justicia, y en todo esto ellos podrían participar.
Es como si ellos hubieran ganado la guerra y le hubiera impuesto a los vencidos la obligación de replantear el marco constitucional, pero no es así, las Farc no ganaron la guerra, y son ellos los que tendrían que someterse a vivir en el marco constitucional que hay ahora. Sería una victoria de las Farc imponer una constituyente.