Fobias y agueros de los candidatos

La palabra fobia viene del griego fobos que significa miedo, y es definida por la Real Academia como un temor irracional compulsivo.

Aunque éstas pareciesen ajenas a la realidad de muchos, lo cierto es que son más comunes de lo que se cree, y van desde las más conocidas y fáciles de detectar como la aracnofobia (miedo a las arañas), hasta otras bastante raras y exóticas como son el caso de la venustrafobia (miedo a las mujeres hermosas), la xenoglofosobia (miedo a las lenguas extranjeras), la alodoxafobia (miedo a las opiniones), o la atazagorafobia (miedo a ser olvidado).

Aunque la gran mayoría de personas señalan no tener o no aceptan padecer de algunas de ellas, han sido motivo de investigaciones y múltiples trabajos al respecto. El Doctor en Psicología Arturo Bados López, ha publicado diversos artículos sobre la materia y dedicó un libro a la agarofobia (miedo a los lugares públicos) y a los ataques de pánico. En él explica que este tipo de trastorno representa entre el 50% y el 60% de la población fóbica estudiada en su práctica clínica, y que es, en la actualidad uno de los principales campos de investigación de la terapia cognitivo-conductual.

En mayo del año pasado la revista Foreign Policy publicó el perfil de 5 influyentes personalidades que padecían fobias, como el ex presidente de Estados Unidos George Bush quien es equinofóbico (sufre de miedo a los caballos); el hoy perseguido Muamar Gadafi, quien sufre de claustrofobia (miedo al encierro); el líder de Corea del Norte Kim Jong-II quien prefiere desplazarse siempre en tren antes que tomar un avión, debido a un accidente en 1976 en el que sufrió graves heridas; entre otros.

Siguiendo con nuestros reportajes para conocer un poco más sobre los candidatos a cargos de elección popular, EL HERALDO consultó a los aspirantes a la Gobernación del Atlántico y Alcaldía de Barranquilla sobre sus fobias, y además, si tienen algún agüero. Estas fueron sus respuestas:

En cuanto a las fobias no tengo ninguna en particular que pueda afectar mi diario vivir ni que influya en mi comportamiento. No creo en los agüeros, creo en un Dios que está por encima de cualquier cábala o amuleto. El comportamiento que a diario tenemos hacia el prójimo es lo que marca nuestras vidas, por eso creo en hacer el bien y hacerlo bien. Respeto profundamente las creencias de las personas, pero mi convicción es que hay un Dios creador y rector del universo a quien agradamos siendo útiles para que se haga su obra en la tierra.

En lo social y político no tengo fobias y agüeros. Me inquietan sobre manera las culebras venenosas, siento temor y respeto por Dios, tiendo a ser previsivo y analítico y acepto realidades como factor de comprensión y tolerancia.

'El que a Dios tiene nada le falta, sólo Dios le basta', así me enseñaron mis padres y con esa premisa crecí. No tengo fobias ni creo en agüeros. Creo en las fortalezas que he venido construyendo en casi 15 años de vida como administrador público. Creo en la evaluación de los funcionarios a través de sus resultados y que el trabajo en equipo con un buen liderazgo son la mejor predicción. Están dadas las condiciones para un gran salto social. Legó el momento de que el progreso le toque a todos.

Fobia a las cucarachas, sin entender aún la razón. No tengo agüeros, pero si acostumbro a diario, al despertar en la mañana, asomarme por la ventana, y abrir los brazos y manos y agradecer a Dios. Una costumbre interesante con los vecinos de mi cuadra, es que los 31 de diciembre despedimos el año, jugando un partido de bola de trapo, en las horas de la tarde.

No tengo agüeros, considero que las cosas pasan porque hay un orden natural de una superioridad, que identifica nuestras creencias y que hace las cosas posibles, vivo lo que viene pero nunca dejo de planear y de soñar porque eso hace parte de la evolución del ser humano. La fobia al encierro la he aprendido a dominar en los ascensores, porque hacen parte de la vida diaria. Ya no me asustan tanto.

Lo de las fobias nos pasa sin que tengamos una explicación. Una vez fui atacado por una víbora, y es algo que, cuando lo recuerdo, me da escalofríos, pero creo, que el ataque de ese animal fue producto de la fobia que, sin saberlo ya tenía. En cuanto a los agüeros, estoy plenamente convencido de que cuando se tiene a Dios en el alma y se vive siempre con él, estos presagios no existen. La confianza que tengo en Dios me da para salir todos los días de mi casa seguro de que cada paso que doy y cada situación que me sucede están bendecidos por Él.

Me aterran los espacios cerrados y morirme solo. Viajar más de 8 horas en avión es un calvario, si no voy dormido o borracho. Me aterra, dormir solo en un hotel. Por eso, cuando viajo, frecuento los mismos establecimientos donde me dan una habitación cerca de la Recepción. Duermo con la puerta abierta. Si no hay cuarto disponible, lo hago en el Lobby con los empleados de turno. Quizás, los casos de un compadre español apellidado Rodríguez y el de Miguel Ángel Gallo, que murieron solos en un hotel, explican este miedo. No tengo agüeros.

Considero que no sufro de fobias. En cuanto a los agüeros no, una plena confianza en Dios sí. Cuando se tiene plena fe en Dios y el dirige tu vida, no requieres de nada más.