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Es un hecho que estos majestuosos carnavales de Barranquilla, Capital Americana de la Cultura 2013, se han enriquecido profundamente con las contribuciones de las poblaciones ribereñas del Río de la Magdalena.

Aunque las celebraciones del Carnaval de Barranquilla se iniciaron en el siglo XVIII (su primera manifestación oficial fue en 1876) las científicas investigaciones de Nina Friedemann encontraron evidencias de que en esos mismos años se realizaban festejos menores en la depresión Momposina y en otras poblaciones a lo largo del Río Magdalena. En ellas se incorporaron influencias indígenas que se fusionaron con las tradiciones africanas y europeas, especialmente españolas, y que hoy llegan a nuestros carnavales como expresiones de danzas de tradición tales como los Coyongos, los Goleros, las Farotas, las Danzas de Indios, las Hilanderas, entre otros.

Es por eso que si hacemos un recorrido por esas fuentes que nutren el Carnaval de Barranquilla tenemos que reconocer las valiosas contribuciones que, a nivel de folclor y danzas, han hecho y siguen haciendo poblaciones tales como Mompox, Magangué, María la Baja, San José de Uré, Arroyohondo, Puerto Escondido, Talaigua, Talaigua Nuevo, cuna de la cultura anfibia, y otros municipios a lo largo del Río Magdalena en su tramo de la llanura Caribe.

Sus expresiones culturales siguen teniendo similitudes a las de sus padres y sus abuelos en lo que respecta a sus alegorías a animales, sus sencillos cantos ancestrales de los bogas, sus danzas, letanías y disfraces en las que explicitan, a través de inteligentes mensajes, ya sea su sorpresa ante las manifestaciones de la naturaleza o la inconformidad ante situaciones que se presentan en su microespacio territorial.

Es precisamente que, como reconocimiento a la influencia de esas culturas ribereñas, en el Carnaval de Barranquilla se han ido programando en los últimos años significativos eventos que tributan la trascendencia que tiene el Río de la Magdalena en el pasado, presente y futuro de nuestra urbe y el de nuestro carnaval.

En primer lugar, como una mezcla de las festividades del Carnaval y el disfrute en el Río Magdalena, se realiza la Gran Guacherna Fluvial que en este 2013 cumplió 15 años de existencia. La Avenida del Río este año se estrenó como escenario ideal para observar el paso de la Guacherna Fluvial organizada por la Acción Social Naval y que, partiendo del barrio Las Flores, se lleva a cabo sobre amplios planchones y embarcaciones en donde los asistentes gozan de música de papayera y millo, y degustan variedad de platos y bebidas.

Otro tributo muy especial a esa caudalosa arteria fluvial es la celebración de la Noche de Río que suscita la emocionada presencia de cada vez más asistentes entre turistas y barranquilleros. La Noche del Río se ha constituido en un escenario cumbre inmejorable para exaltar y recuperar la música, la danza y el folclor de un legado cultural ribereño arraigado por más de tres siglos en el corazón del Caribe.

También cabe destacar que durante los carnavales no sólo se reconoce el acervo cultural y folclórico de los municipios ribereños sino que, antecediendo a la Noche del Río, se desarrolla un Foro anual organizado por el Parque Cultural del Caribe, EL HERALDO y La Universidad Simón Bolívar. En este año un grupo de expertos reflexionaron acerca de su situación actual y los proyectos que existen para recuperar en la era del TLC la navegabilidad en esta arteria fluvial a partir de su infraestructura portuaria, todo esto en el marco de la propuesta del Gobierno de convertirla en la magna vía del transporte nacional.

En síntesis, debemos fortalecer año tras año todos estos maravillosos eventos que humildemente reconocen las auténticas y sencillas fuentes provenientes de las orillas del Magdalena que alimentan el Patrimonio cultural del Carnaval de Barranquilla, pues nos recuerdan nuestra identidad y autóctonas raíces al transmitir de una generación a otra las genuinas tradiciones de nuestro terruño.