En días pasados registramos la lamentable muerte de un investigador del CTI, quien, por motivos que aún hoy se desconocen, decidió poner fin a su vida disparándose un tiro en el sitio de trabajo.
A raíz de este suicidio, los organismos de investigación han manejado diversas hipótesis, pero el hecho de no ser el único caso que se ha dado en los últimos años en ese organismo de la Fiscalía revela un problema de alto nivel de estrés por sobrecarga laboral. Esto fue corroborado por un dirigente sindical que denunció que existen funcionarios que tienen turnos continuos de hasta 30 horas.
Esta situación debe ser tomada muy en cuenta, pues las negativas reacciones psicosomáticas ante una extenuante recarga de trabajo constituyen un cuadro que se está dando en varias empresas públicas y privadas y en todos los niveles jerárquicos de las mismas.
Un conocido caso que se vivió a principios de marzo a nivel internacional fue el del presidente boliviano Evo Morales, quien fue internado varios días en una clínica por un síndrome de fatiga crónica debido a un ritmo de trabajo de 20 horas al día que le produjo un surmenage a raíz de un desorden en su horario de descanso y alimentación. A otros mandatarios el trajín les ha causado graves dolencias.
Este es un problema generalizado que, además de ir en contra de todas las normas del derecho laboral, inquieta desde hace algunos años a los expertos en salud ocupacional. Serios estudios indican que altos dirigentes, empresarios y gerentes de compañías son sometidos a gigantescas presiones y a toma de decisiones trascendentales que elevan sus niveles de ansiedad hasta el punto de afectarlos en su vida personal, laboral, familiar y social.
Esos niveles incontrolables de tensión y estrés suelen desembocar en graves enfermedades físicas, tales como úlceras gástricas, riesgos de infarto, afecciones diabéticas, del colon, cáncer y alteraciones psiquiátricas, tales como los brotes de irascibilidad y agresividad o trastorno bipolar que puede terminar en suicidio. Tales desequilibrios trascienden a la vida de pareja y familiar, en donde se presentan reacciones que conllevan a separaciones y conflictos.
Ejemplos de sobrecarga laboral en rangos inferiores pueden ser provocados por la asignación al trabajador de excesivas funciones y responsabilidades, horarios laborales abusivamente extendidos, la práctica de acoso o maltrato continuo por parte de los jefes y la exposición a condiciones ambientales desagradables y peligrosas para la salud.
En estos días de reflexión espiritual, el suicidio de este experimentado investigador de la Fiscalía, en caso de confirmarse como su principal causalidad la sobrecarga laboral, se convierte en una campanada de alerta para todos los que estamos vinculados al mundo del trabajo.
Aprovechemos estos días para hacer un alto en el camino, desacelerar el ritmo de nuestras vidas, descansar y dormir suficientemente, alimentarnos sanamente respetando horarios, hacer ejercicio, caminar, jugar y relajarnos respirando aire puro, dedicarles tiempo de calidad a nuestros seres queridos, y leer buenos libros. Una pausa ayuda a mejorar la salud física y mental.