ONU lanza alerta ante auge de las drogas sintéticas: baratas, potentes e invisibles
Asia Oriental y del Sudeste sigue siendo el epicentro mundial de la producción, aunque también se indica que cada vez se detectan más laboratorios en América Latina y Europa.
El mercado de drogas sintéticas continúa creciendo en todo el mundo, con cifras récord en la incautación de metanfetamina y un número sin precedentes de nuevas sustancias psicoactivas (NSP), según alertó Naciones Unidas en un informe emitido en Viena.
A diferencia de los cultivos tradicionales de coca o amapola, que después se convierten en cocaína y heroína, las drogas sintéticas, como las metanfetaminas, el ‘éxtasis’ y los opioides sintéticos, no dependen del clima ni de tierras de cultivo, lo que las hace más fáciles de producir, recuerda el ‘Informe Mundial sobre Drogas 2025’.
Esta ventaja, combinada con bajos costos y altos márgenes de ganancia, ha impulsado una gran expansión de estas sustancias, especialmente en Asia y América del Norte.
“América del Norte y Asia Oriental y Sudoriental siguen siendo los mercados de metanfetamina más grandes y activos, representando cerca del 80 % de las 482 toneladas de metanfetamina incautadas a nivel mundial en 2023”, indica el informe.
Asia Oriental y del Sudeste sigue siendo el epicentro mundial de la producción, aunque también se indica que cada vez se detectan más laboratorios en América Latina y Europa.
La droga se manufactura en instalaciones clandestinas que pueden crearse y cambiar con rapidez, lo que dificulta su detección por parte de las autoridades.
Para fabricarlas se requieren precursores químicos, adquiridos en muchos casos bajo la fachada de actividades legales, lo que supone una dificultad añadida para rastrear la procedencia y el nivel de producción de estas drogas.
El informe destaca también el auge de los opioides sintéticos, encabezados por el fentanilo y sus análogos, que son al menos 50 veces más potentes que la heroína.
En Estados Unidos, señala el estudio, se registraron casi 48.500 muertes en 2024 vinculadas a opioides sintéticos como el fentanilo, mientras que en Canadá, en 2023, el fentanilo fue responsable de más de 7.000 muertes.
La enorme potencia de estas drogas las hace especialmente letales: dosis mínimas pueden resultar fatales y además pueden causar sobredosis si se adulteran con otras sustancias.
En general, el informe expresa preocupación por el aumento del tráfico ilegal de productos médicos entre 2015 y 2023, entre ellos la codeína, el tramadol, la ketamina, el fentanilo y la metadona.
Muchas de estas sustancias, a menudo falsificadas, suponen un importante riesgo para la salud y alimentan mercados en expansión, especialmente en Asia y África.
El estudio también aborda la situación del ‘captagón’, un estimulante sintético muy popular en Oriente Medio y que tenía su principal lugar de producción en Siria.
Después de la caída del régimen de Bachar al Asad el pasado diciembre se descubrieron grandes centros de producción de estas drogas, con millones de pastillas, según recuerda el informe.
Los últimos datos de la ONU indican que el tráfico de captagón persiste, aunque se desconoce si la droga proviene de reservas acumuladas o la producción continúa en otro lugar.
A la amenaza de las drogas sintéticas se suma la proliferación de nuevas sustancias psicoactivas (NSP), compuestos sintéticos que imitan los efectos de drogas ya conocidas.
En 2022 se notificaron más de 1.300 NSP diferentes en todo el mundo. Algunas de ellas son vendidas legalmente hasta que las autoridades las detectan, un vacío que grupos criminales usan.
El informe señala que en este auge de las drogas sintéticas están involucrados grupos criminales organizados, que han adoptado estructuras cada vez más descentralizadas y especializadas.
Esto les permite operar con mayor flexibilidad, adaptarse a nuevas regulaciones y utilizar plataformas digitales para distribuir las drogas, incluida la web profunda y aplicaciones de mensajería encriptada.
El informe alerta de que, frente a este fenómeno, las estrategias tradicionales de control de drogas, centradas en la erradicación de cultivos, resultan insuficientes.
Ante este contexto, la ONU aboga por reforzar la cooperación internacional, mejorar la detección temprana de sustancias emergentes y ampliar los servicios de salud pública.