Una victoria de Inglaterra hoy frente a la entusiasta Panamá (en Nizhni Nóvgorod, 7 a.m.), en la segunda jornada del Grupo G, clasificaría virtualmente a los europeos para los octavos del Mundial.
Más allá del rival, la principal preocupación del seleccionador inglés Gareth Southgate son las lesiones de dos de las piezas clave de su sistema: Dele Alli y Raheem Sterling.
Ambos fueron sustituidos en la victoria contra Túnez (2-1) por problemas físicos y no han entrenado con normalidad en los últimos días, sobre todo el jugador de los Spurs.
En el caso de no ser de la partida, Loftus-Cheek ocuparía la plaza en el centro del campo junto a Lingaard y Henderson, y Rashford acompañaría en ataque a la gran estrella inglesa, Harry Kane, autor de los dos goles contra Túnez.
Southgate, que también está renqueante tras dislocarse un hombro haciendo jogging, tampoco se arriesgará a una lesión más importante teniendo en cuenta que, a priori, Panamá es el rival más débil de los tres que debe enfrentar Inglaterra.
Pero Southgate no se fía de la supuesta inferioridad de los panameños y ayer insistió en la necesidad de 'mantener la disciplina' ante los canaleros.
Los panameños siguen disfrutando de la experiencia de vivir el primer Mundial de su historia, pero una vez pasada la excitación y ansiedad por debutar en el torneo, no renuncian a nada.


