Salvando el planeta a través de la ‘Ecología Emocional’
La fundación Grupo Cohesión adelanta jornadas de limpieza en diferentes zonas del departamento del Atlántico con la ayuda de niños y jóvenes y asociaciones de pescadores, quienes aportan un granito de arena para el cuidado del medio ambiente.
Cada 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra, el cual fue aprobado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2009, a través de la resolución 64/196. A partir de esa fecha se busca concientizar y educar a los ciudadanos de la importancia del cuidado del medio ambiente y los riesgos que existen si se continúa con acciones contaminantes.
Precisamente, promovidos por el cuidado del medio ambiente y con el ánimo de contribuir a futuras generaciones, un grupo de barranquilleros decidió crear la Fundación Grupo Cohesión, con la cual por más de tres años han gestionado estrategias de impacto ambiental y desarrollo sostenible en diferentes comunidades del departamento del Atlántico.
Uno de los pilares de esta fundación que educa y apoya a niños, jóvenes y adultos es la ‘Ecología Emocional’; una herramienta que desarrollaron a raíz de la pandemia, en la que inicialmente se quiere trabajar e identificar las emociones.
“Con ella queremos identificar las emociones y desechar la basura mental, algunas acciones que no nos funcionan como seres humanos y que alguna forma no nos permiten avanzar y que dañan nuestra existencia con los ecosistemas; y al transformar a través de la Ecología Emocional lo que hacemos es que sus acciones repercutan en una mejor relación con el entorno. Además, antes de salir a salvar el mundo es importante trabajar en la salud mental”, explicó Johana Garcés Barraza, directora y fundadora de Grupo Cohesión.
De acuerdo con Garcés Barraza, con esta herramienta han logrado construir un tejido social consolidado con las que trabajan basándose en la ‘Ecología Emocional’; sobre ello, una de las comunidades que ha sido impactada es la que se encuentra sobre la ciénaga de Mallorquín.
“Hacemos un trabajo de recuperación del entorno natural en Mallorquín, donde ya tenemos tres años, estamos trabajando con organizaciones de pescadores y sus familias, específicamente en zonas de La Playita y la Cangrejera, en ellos hemos hecho ejercicios de reforestación y siembra de mangle”, indicó.
En las campañas retiran el residuo, limpian la zona y además, educan a las comunidades para evitar que se sigan generando focos de contaminación en el ambiente natural.
De momento hay 12 asociaciones de pescadores, integradas por los todos los miembros de la familias, representados en al menos 950 voluntarios, llamados ‘abejitas’ que ponen todo su esfuerzo y empeño para mantener un ecosistema mejor.
“La experiencia es espectacular porque ha sido un crecimiento tanto personal como profesional; hemos tenido la oportunidad de intervenir y hacer limpiezas, recuperación de entornos naturales y siembras. Aparte de eso generamos tejido social con todo lo que hacemos, es muy satisfactorio todo lo que creamos como colmena”, manifestó Karen Cubillos.
“Hemos construido un tejido de voluntariado que ha contribuido al departamento del Atlántico, no solo para comunidades vulnerables si no en todos los territorios. Recuperamos entornos naturales impactando positivamente y dejando una huella ambiental en nuestro ecosistema”, agregó Paola Pinto.
En la jornada más reciente lideraba por las ‘abejitas’ fueron recolectadas aproximadamente 2.7 toneladas de residuos, los cuales fueron destinados para asociaciones de recicladores.
Vale destacar que esta labor por el medio ambiente y la comunidad son realizadas una o dos veces al mes, y se desarrollan en Barranquilla y otros departamentos como Puerto Colombia, Piojó, Usiacurí y Galapa.
