El Heraldo
En Pueblo Bello nunca se había visto una fila tan larga para acudir a las urnas. Joan Sebastian Reyes
Magdalena

La democracia escaló la Sierra Nevada

En Pueblo Bello, Cesar, que contó con un veedor internacional por riesgo electoral, los arhuacos acudieron masivamente a las urnas.

Pueblo Bello, Sierra Nevada. En la época de a Conquista, los indígenas de América libraron sangrientas luchas por mantener su independencia. Ahora, con una simple cédula, dicen que tienen la herramienta necesaria para mantener su autonomía y abrirse espacios que le permitan velar por su bienestar. Es lo que sucedió en el debate electoral de ayer en Pueblo Bello, Cesar, donde por primera vez, la comunidad arhuaca participó masivamente en las elecciones locales en este municipio enclavado en la Sierra Nevada.

Sin desconocer a los Mamos, ni a sus autoridades tradicionales, los nativos entendieron que es con la democracia como pueden acceder a las posiciones políticas del régimen estatal para buscarle solución a sus necesidades y a las de las demás comunidades. Por eso, desde sus resguardos en los corregimientos La Caja, La Honda, Minas de Iracal, Nuevo Colón y Nabusímake, bajaron más de 4.000 arhuacos a ejercer su derecho al voto.

Con su indumentaria propia y poporos, los indígenas armaron una larga fila en la que se mezclaban en menor cantidad colonos y campesinos en el Instituto Agrícola, único puesto habilitado para la jornada, con 29 mesas instaladas.

En esta población se dispuso de veeduría internacional por riesgo de trashumancia. Vino designado de la Misión de Observación Electoral, desde Francia, Bastián Bosa, quien señaló que “estamos aquí como observadores, sin tomar partido, haciendo el registro de posibles irregularidades que puedan cometerse”.

Jorge Páez, líder de la etnia, sostuvo que “Nos estamos haciendo sentir  cumpliendo con nuestro derecho y deber de participar en la democracia”. 

Aunque reconocen la autoridad de los Mamos, de los cabildos y gobernantes tradicionales, señalan que era hora que los indígenas tuvieran espacio en el poder político, de donde se direccionan los recursos, en busca de atender sus necesidades.

Los arhuacos también participaron con un candidato a la Alcaldía, Saúl Mindiola, alrededor del cual se sumaron fuerzas, pese a que muchos no entendían la tecnología, el manejo de los tarjetones y los detalles de esta práctica.

“Fue un trabajo intenso, socializar entre las comunidades este proceso, ir hasta los sitios más distantes para llevarles la pedagogía a nuestros hermanos”, dijo Javier Torres, otro líder.

Mindiola ocupaba anoche el segundo lugar en los resultados.

Torres señaló que Los Mamos entendieron y son conscientes los arhuacos tienen derechos y uno de ellos es elegir y ser elegido.

José Blanco, habitante de Pueblo Bello, señaló que nunca antes había visto una participación masiva de indígenas en las urnas.

Otro lugareño, Pablo Castellano, aseguró que “la aglomeración de arhuacos no se había visto antes de esta forma en unas elecciones. En el pasado éramos más la población no indígena la que votaba, y en este proceso ocurre lo contrario”.

La mayor dificultad se registró en la entrada del puesto de votación. Los indígenas debían colocar su huella en un lector biométrico para confirmar su identificación, esto desorientó a algunos, hubo congestión y muchos llegaron al cubículo sin saber cómo votar.

El potencial electoral de Pueblo Bello es de 15.068 ciudadanos, de los cuales se estima que cerca del 70% es población indígena.
 

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