El Tribunal Superior de Santa Marta, a través de la Sala Quinta de Decisión Civil, decretó, como medida provisional, la suspensión inmediata de la intervención de un cerro al sur de El Rodadero, en donde se construye un edificio de 18 pisos, al ser considerado sitio sagrado de los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La medida fue adoptada por el alto tribunal, luego de estudiar una tutela promovida por el cabildo gobernador Kogi - Malayo, José de los Santos Sauna y la Fundación Misión Colombia, en la que reclama la vulneración de los derechos ancestrales y del territorio.
Están vinculados en calidad de demandados, el Ministerio del Interior (Dirección de Consultas previas) la Alcaldía de Santa Marta (Planeación), la Curaduría Urbana No 1 y las firmas Farallones SAS y Alianza Fiduciaria SA, dueñas de la obra.
La orden también detiene la adecuación del suelo y el relleno en piedras de la quebrada Bureche, ubicados en la carrera 1 con calle 20 del balneario.
El auto, con fecha 23 de mayo y firmado por el magistrado Cristian Salomón Xiques Romero, ordenó parar la obra mientras se de una resolución de fondo a la acción constitucional.
EL HERALDO conoció que mediante resolución No 520 del 21 de diciembre del 2016, la Curaduría Urbana No 1 de Santa Marta, otorgó 'licencia urbanística de construcción en las modalidades de demolición total y obra nueva' a la Sociedad Farallones S.A.S., representada por Rafael Joaquín Méndez.
El objeto de la solicitud consiste en el desarrollo del proyecto inmobiliario ‘Magenta’, el cual constará de 18 pisos de apartamentos y altillo.
Posición indígena
Es de anotar que el pasado 16 de marzo, los indígenas de la Sierra Nevada denunciaron la destrucción de uno de sus principales sitios sagrados de la llamada ‘Línea Negra’, ubicado en el costado sur de El Rodadero, el cual forma parte del territorio ancestral. Allí se construye el edificio Magenta, de 18 pisos.
El espacio en mención es denominado por los indígenas como Jaba Mameishkaka, e incluye un pequeño cerro costero rocoso que le han dado por nombre Jate Matuna, el cual comprende la totalidad de la desembocadura del río Gaira y sus lagunas costeras asociadas.
'La importancia de este sitio para los indígenas radica en que tiene la función de mantener el balance entre el calor y el agua. Con su destrucción se aumentarán más los efectos de las temperaturas elevadas, la sequía en Santa Marta y en toda la Sierra Nevada', precisó José de los Santos Sauna.
Sauna hizo ver, además, que la obra va en contravía de las normas vigentes para la protección de los recursos nacionales, que declaran protegidas las áreas de la línea costera, hasta 30 metros tierra adentro de la marea alta, y los bordes de los ríos y sus desembocaduras en el mar hasta 30-50 metros de lado y lado.
De acuerdo con los indígenas, la ‘Línea Negra’ une estratégicamente los sitios sagrados alrededor del mar en la parte baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, entre los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena. Es un cordón de protección cultural de los cuatro pueblos indígenas que habitan el macizo intertropical.