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Venta nocturna de todo tipo de drogas, incluyendo —cada vez más— a la temible heroína; carreras clandestinas de motocicletas en las madrugadas; vandalización de la infraestructura pública; costas en proceso de desaparición por la erosión marítima y con presencia de aguas negras debido al rebosado sistema de alcantarillado municipal.

Este panorama es habitual en las playas del municipio de Puerto Colombia, que también son convertidas en basureros durante los fines de semana por hordas de indisciplinados visitantes provenientes de Barranquilla en su mayor parte, entre quienes el sentido de pertenencia, la cultura del turismo sano y del respeto por el medio ambiente parecen inexistentes.

Los propietarios de casetas también denunciaron un dramático incremento en atracos a mano armada, tanto en la Avenida del Malecón como en las playas aledañas.

Todo ello ocurre bajo la inútil vigilancia de un costoso sistema policivo de video- vigilancia que, según algunos habitantes de Puerto Colombia entrevistados ayer, fue instalado en la Avenida del Malecón simplemente 'para guardar las apariencias'.

'Porque, si sirviera para algo, ya deberían haber cientos de personas procesadas, encarceladas, o al menos multadas por todas las irregularidades y la criminalidad que existe en estas playas', denunciaron ayer varios propietarios de negocios costeros, bajo estricta promesa de confidencialidad y anonimato, ya que están seguros de que sufrirían serias represalias en caso de ser revelada sus identidades.

Miedo a hablar. 'Todo el mundo por aquí tiene miedo de hablar, pero alguien tiene que hacerlo, aunque sea sin dar la cara', opinó otro denunciante. Asegura, además, que la única acción emprendida por las patrullas nocturnas policivas contra los abundantes violadores de la ley es la de quitarles 'la mordida' a cambio de permitirles delinquir en paz.

'Con todos estos problemas, ¿todavía les parece extraño que el turismo en Puerto Colombia nunca pase de ser una ‘vaina’ incipiente, con mucho potencial, pero que nunca se desarrolla?', inquirió el comerciante agobiado.

Otro más, responsabilizó de la muerte reciente por ahogamiento de dos bañistas a la falta de control que existe en horas de la noche en las playas de la cabecera municipal.

'La gente se está metiendo al mar de noche, borracha, sin autoridad que lo impida. Por eso se ahogan', comentó.

Vigilancia para prevenir el ahogamiento de bañistas, dicen que sí hay durante el horario diurno, pero aseguran que los socorristas no cuentan con tablas ni lancha, ni boyas ni equipos de telecomunicaciones.

'Mejor dicho, no tienen ni siquiera equipos de primeros auxilios'.

'Y No se ve nada'. 'Aquí, en este Municipio, lo que ha entrado es ‘plata duro’, y no han hecho nada', dice doña María, administradora durante más de treinta años del estadero y restaurante El Cheo, —ubicado en la calle que conduce desde la plaza central hasta la ruina del Muelle,—. Se refiere a la falta de inversiones decididas y estratégicas por parte de los gobiernos municipal y departamental para impulsar la creación de un turismo distinto al que invade desordenadamente las playas los fines de semana, convirtiéndolas invariablemente en un gran basurero a cielo abierto y dejándoles escasas utilidades a los propietarios de lugares de recreación y entretenimiento.

¿Megaproyectos? Megaproyectos como el de la recuperación de la ruina en que se ha convertido el Muelle de Puerto Colombia o el de la regeneración de la desaparecida Isla Verde, frente a la costa del municipio, le parecen embelecos que nunca se harán realidad, y mediante los cuales algunos avivatos desean 'forrarse los bolsillos'.

'Si no han podido hacer ni siquiera un sistema de espolones para proteger a las playas de las mareas, ¿cómo les puede uno creer cuando hablan de estas súper- obras?', añadió.

Para Víctor Cedeño Serge, exalcalde de Puerto Colombia y propietario del negocio turístico con mayor superficie en inmediaciones de las ruinas del Muelle de Puerto Colombia, lo que existe es una desidia oficial que ha llevado a la postración al renglón más importante de la economía local: el turismo.

'Si ya casi no tenemos playas', observó el exmandatario, señalando la falta de sentido común que existe detrás del hecho de que en Puerto las playas no sean conservadas 'como una tacita de plata'.

Obras hidráulicas insuficientes o inapropiadas, y las mareas, ponen en jaque a las playas de Puerto Colombia.