Por espacio de dos horas, alrededor de 500 taxistas de Barranquilla causaron traumatismos en la movilidad de algunas de las principales vías del norte de la ciudad para rechazar el incremento del parque automotor del servicio público individual y pedir mayor control a la proliferación de camionetas blancas que están prestando servicio especial en algunos establecimientos como hoteles.
La protesta pacífica partió a las diez de la mañana del estadio de béisbol Tomás Arrieta, luego subió por la carrera 54 hasta la calle 64 y de allí tomó la carrera 58 hasta la calle 76.






