Con una agilidad y una sincronización asombrosa, un grupo de jóvenes se dirige a la estación La Catedral del Transmetro, para ingresar sin pagar los pasajes. Algunos observan que no haya supervisores, mientras otro de ellos activa el botón de emergencia para abrir una de las puertas, por donde todos se cuelan en cuestión de segundos.
Esto ocurre en medio del agitado tráfico de las 6:30 p.m. del jueves, delante de muchos usuarios del sistema de transporte masivo, quienes se sorprenden al ver la peligrosa maniobra de los evasores, sobre todo cuando corren entre los vehículos para entrar a la estación por las puertas de abordaje y descenso de pasajeros.
Esta es una de las tres modalidades de evasión más comunes en el sistema. Otra de ellas, la más riesgosa, requiere de mucha velocidad y exactitud. Consiste en meterse a la estación justo en el momento en que los buses de Transmetro se estacionan y las puertas se abren para dejar y recoger usuarios.
Generalmente esta técnica es empleada por adolescentes y niños de contextura delgada, pues para lograr su objetivo deben pasar por un pequeño espacio entre el bus y la puerta, con el riesgo de que el vehículo los aprisione al arrancar.
La última modalidad, a diferencia de las dos anteriores, es practicada tanto por mujeres como por hombres, sin distingo de edad. Consiste en pasar por encima o por debajo del torniquete, e inclusive de medio lado, para no pagar los $1.600 que cuesta el pasaje de lunes a sábado (los domingos y festivos vale $1.700).
Falta de vigilancia. En un recorrido que hizo EL HERALDO por varias estaciones del Transmetro comprobó que, además de La Catedral, en Chiquinquirá y Esthercita Forero también evaden con frecuencia el sistema, en especial los estudiantes de la Institución Educativa Distrital José Eusebio Caro y del Icsa, respectivamente. En cinco minutos se contabilizó el ingreso de cerca de 40 menores, de manera irregular. Esto corresponde a unos 64 mil pesos.
Al mediodía del jueves un reportero gráfico de este medio captó a varios alumnos del colegio poniendo en práctica las distintas modalidades, a pesar de que había dos supervisores haciendo ronda en la estación, ubicada en la calle Murillo.
“Eso es lo mismo de todos los días, los muchachos se vuelan las barandas o se meten por las puertas. Y lo peor es que en algunas ocasiones cuando los supervisores se dan cuenta y los sacan de la estación, los ‘pelaos’ los insultan y hasta los amenazan con navajas”, cuenta un vendedor estacionario.
Sobre la evasión en el sistema, Transmetro ha señalado en reiteradas ocasiones que el problema persiste porque el concesionario encargado de los recaudos, R-SIT Barranquilla, ha incumplido con la obligación contractual de suministrar el servicio de vigilancia privada en todas las estaciones, por razones de tipo económico.
Para contrarrestar esta falencia, el sistema de transporte masivo indica que “en horas pico hemos designado personal de apoyo que nos ayuda a controlar algunas estaciones. Nos hemos reunido en dos ocasiones con las directivas del colegio José Eusebio Caro y del Icsa. El primero ha sido receptivo y se mostró preocupado al observar en videos de seguridad a algunos de sus estudiantes evadiendo. Con ellos estamos construyendo una estrategia conjunta para crear conciencia en los estudiantes”.
Por medio de un comunicado de prensa agrega que “las directivas del Icsa también fueron contactadas por nosotros. Inicialmente informaron que iban a tomar medidas, sin embargo, sus estudiantes no solo evaden sino que también protagonizan situaciones incómodas para los usuarios del sistema. En varias ocasiones les hemos llamado, pero no ha sido positiva la respuesta”.
Entre las estrategias que ha implementado Transmetro para controlar la evasión está la gestión del apoyo brindado por la Policía Metropolitana, que designó durante algunos meses a jóvenes patrulleros para que prestaran vigilancia en las estaciones.
“En este momento contamos con la colaboración de esta institución, cuyos policías han reaccionado rápidamente en situaciones complicadas. Los días en los que se realizan los partidos del Junior y de la Selección Colombia, contamos con un número importante de policías en las estaciones”.
Por último, anunció que se firmará un convenio con la Policía, gracias al apoyo de la Gobernación y la Alcaldía, para que los usuarios cuenten con el apoyo y acompañamiento permanente de los uniformados.
Inseguridad y vandalismo
La falta de vigilancia no solo se evidencia en la evasión del pago de los pasajes sino también en los actos de vandalismo y atracos que se cometen en las estaciones de Transmetro. El pasado 8 de agosto, cuatro estudiantes de la Institución Educativa Distrital para el Desarrollo Integral Nueva Granada fueron despojados de sus pertenencias por varios jóvenes que los intimidaron con armas blancas en la estación Atlántico, ubicada en la calle Murillo. El hurto quedó registrado en las cámaras de seguridad del sistema, pero ante la falta de vigilancia no hubo una reacción oportuna para frustrar el robo y capturar a los delincuentes.
Por Víctor Ovalle Gil
victor.ovalle@elheraldo.co