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Los hay con una altura que superan los 8 metros, con aspectos, colores y olores diferentes. Pero todos tienen en común los más de 50 años que llevan adornando y ofreciendo sus beneficios a la ciudad: Se trata de los árboles más longevos de los que se tienen registro en Barranquilla.

Dar con ellos no es tan difícil, basta con recorrer la ciudad muy atentos para identificarlos. A la mayoría los denota sus cortezas visiblemente agrietadas, su gran altura, sus troncos gruesos y sus grandes volúmenes para dar sombra.

Según el inventario de árboles que realiza la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Barranquilla Verde y Triple A, son siete las especies más antiguas que existen en Barranquilla.

La primera especie encontrada se ubica en las cercanías del mercado de Barranquilla. Se trata de un árbol clemón, ubicado en la calle 30 con carrera 43. Moradores y vendedores dicen que tiene más 52 años 'dando sombra'. 'Yo heredé este puesto de mis padres y ellos me traían para acá cuando yo estaba pequeño y ya tengo 65 años', dijo Clemente Ortíz, vendedor de la zona.

En el parque almendra. En el parque Almendra fueron halladas cinco ceibas bongas que según moradores datan de 1965, sumando a una palma nolí, que es 'de la misma época'.

Carlos Zarte, habitante del barrio San Roque, dice que recuerda cuando sus abuelos le contaban que esos espacios eran propiedad Celio Villalba, dueño de cafetería almendra.

En la calle 30 con carrera 20, se encuentra una acacia de unos 50 años. Según el dueño de un kiosco, varios funcionarios 'han llegado para cortarlo', pero no han dejado.

En la calle 33 con carrera 6 barrio El Limón se encuentran dos bongas que datan desde la fundación del barrio en 1960.

'Han resistido el tiempo, nunca se han secado y muchos vecinos incluso les aplican vitaminas para mantenerlo sano. Sabemos la importancia representan para este sector estos árboles ', dice un vecino.

En el barrio La Unión, en la carrera 1 con calle 38B, se encuentra sembrado un árbol de caucho que, según vecinos, lleva 'más de 70 años', dando sombra a casi media cuadra de ese sector.

'Desde hace más de 60 años ese árbol está allí. Lo han ido podando con el tiempo porqué sus ramas se meten a las Terrazas de las casas', asegura una mujer, de forma tímida, desde el interior de una vivienda.

El otro árbol de caucho se halla en el centro del parque Los Andes. Los residentes dicen que tiene 60 años y fue sembrado por uno de los primeros habitantes del sector.

'Desde que llevo viniendo a este parque, hace más de 40 años, este árbol ha servido de sombra a los familiares de los llegan a jugar fútbol a este espacio', dijo Aníbal Rodríguez, vendedor en los alrededores del parque.

Las bongas del Prado

A un costado del Hotel El Prado están 17 bongas que, según registros, pueden llegar a tener más de 80 años.

De los 2.248 ejemplares de árboles adultos del Prado, Alto Prado y Bellavista, un total de 12 especies arbóreas son consideradas patrimonio por su edad, y por ser componentes de la imagen urbana del sector.

De hechos los árboles de este sector están amparados en el Plan Especial de Manejo y Protección, de esa zona tradicional de Barranquilla.

José Luis Romero, asesor de la ADI, señala que la última vez que se hizo intervención arbórea en Barranquilla fue en 1930. Desde entonces, los que aún se conservan datan de aquella época.

El funcionario asegura que llevan cerca de un año trabajando en el inventario y esperan dejarle al próximo Gobierno un informe del estado de cada uno de los árboles y la ubicación. Ya se contaron los árboles ubicados en la calle 30, Plaza de la Paz, Villa Santos, carrera 46 y bulevar de la 54. En esas zonas hay 19.600 árboles.

El director de la ADI, Alberto Salah, asegura que durante 2018 se sembraron 31.400 árboles dentro del programa Siembra Barraquilla, que están dentro del plan de desarrollo.

Una gran iniciativa

La historia de la ciudad destaca el papel de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla, que implementó una serie de proyectos cuyo objetivo era mostrar la imagen positiva de la ciudad. Por eso se llevó a cabo, a lo largo de varios años, jornadas de arborización y obras de pavimentación y alcantarillado. Así lo reseñan los historiadores Willian Chapman y Ángela Agudelo González, en su libro 'La Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla y el Código de Policía de 1931: Órganos y cuerpos reguladores de la salubridad e higiene de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX'.

Los historiadores destacan que la Sociedad quería convertir la ciudad en la cuna del progreso mediante la atracción de la inversión extranjera 'para dinamizar la economía local'.