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El proyecto de peatonalización del Centro de Barranquilla, el cual estaba pactado para entregar en enero de 2017, sigue siendo la tarea pendiente del Distrito en materia de espacio público. Mientras tanto, con lugares como el Gran Malecón y la remodelación de los parques buscan suplir las necesidades de la ciudadanía con respecto a este tema. 

Así, Barranquilla pasó de 0.85 metros cuadrados por persona en 2016, a 1.2 metros cuadrados, aproximadamente, en la actualidad, según los registros de la Secretaría Distrital de Control Urbano y Espacio Público.

Sin embargo, estas acciones han sido insuficientes, según manifiestan arquitectos como Alfredo Gómez, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos seccional Atlántico, y Manuel Moreno, decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte.

Sus apreciaciones se basan en el Decreto 1504 de 1998, por el cual se reglamenta el manejo del espacio público en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), en el que se anuncia en el artículo 14 que 'se considera como índice mínimo de espacio público efectivo (...) un mínimo de 15 metros cuadrados y por habitante'.

Precisamente este detalle se hace notorio en el ambiente cotidiano del Centro de Barranquilla, donde las ventas estacionarias sobre la vía y el sendero peatonal obstaculizan el andar de los transeúntes y vehículos que circulan por este sector de la ciudad.

De pronto, a las 9:30 de la mañana, el grito de un vendedor de frutas promocionando el centenar de manzanas rojas y verdes, que lleva en la carretilla por la mitad de la calle 33 entre carreras 43 y 44, se confunde con la desesperada solicitud de un conductor de vehículo particular por obtener el paso a través de la bocina del carro, el mismo que pasa a escasos milímetros de un caminante que debe hacer una pirueta para evitar ser arrollado.

'Me toca estar dándole tres y hasta cuatro vueltas al Centro con la carretilla para que no me quiten el negocio', manifiesta Jorge Orozco, de 49 años, quien agrega que no alcanzó a censarse en la última revisión que hizo el Distrito al conteo de vendedores, que terminó arrojando 9.160 inscritos en 2011.

Peatonalización del Centro

Uno de esos miles de censados es Nicolás Cervantes, quien ha sido incluido en los tres conteos históricos que ha hecho el Distrito, desde 1984, cuando se estacionó en la esquina de la carrera 43 con calle 33; el de 2005 y el de 2011.

El hombre de 65 años, quien tiene en su carretilla cubierta de corozos el código 3011 que le fue asignado tras ser censado, cuenta que el año pasado perdió '$3 millones cuando unos hombres que le sirven a Control Urbano me arrebataron el negocio, me regaron las frutas y me destruyeron la carretilla para montarla al camión que utilizaron en el operativo', dice Cervantes.