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A las 9 a.m. sonaron las campanas para avisarle a la comunidad que estaba dentro de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en el barrio Boston, que monseñor Jairo Jaramillo, Arzobispo Barranquilla, iba a iniciar la eucaristía por la celebración de la Virgen del Carmen.

Monseñor Jairo Jaramillo en la misa de 9:00 a.m.

Flores blancas y rojas engalanaban el centro de la mesa. El altar de la patrona de los conductores, ubicado en lo más alto de la capilla, estaba vestido de gala. Velas y más flores la rodeaban. A sus pies había un espacio para que los feligreses le pidieran sus bendiciones.

Al iniciar las alabanzas, el ambiente se llenó del olor del incienso que agitaba el prelado. Al fondo, en la calle, se escuchaban los totes que feligreses hacían explotar por la celebración.

Fervorosos de la virgen llevaron estampillas, rosarios e imágenes alusivas a la Virgen para mostrar su devoción.

Favores recibidos

Juan Carlos Insignares, ingeniero y devoto hace dos años, explica que con la mayoría de moradores de la urbanización Sol Real, en Soledad, hace una procesión por el casco viejo del Municipio. Cuenta que de la Virgen del Carmen 'he recibido favores de salud, trabajo, pero sobre todo su protección en mis viajes', Y agrega que: 'Siempre se siente uno protegido y respaldado por los favores que ella nos hace'.

Como Insignares, el conductor Leonardo Segura pasó la mañana, con su camioneta tipo van, en la puerta de la iglesia. En la parte superior del vehículo llevaba la Virgen, de la que su madre le enseñó a ser devoto. Afirma que uno de los favores recientes que recibió fue justamente la van. 'Se lo venía pidiendo hace años. Hace ocho días me entregaron la camioneta. Yo dije que tenía que venir con la camioneta a la fiesta de este año', expresa Segura, de 44 años.

Los fieles conductores

Mientras esto ocurría en el interior de la iglesia, cerca de la entrada principal, el hermano Fray Manuel Valencia se encargaba de atender todos los vehículos que eran llevados a recibir la ‘lluvia’ de bendiciones. Taxis, carros particulares, motos, camionetas e incluso una bicicleta fueron conducidos por sus propietarios hasta este punto.

Juan Miguel Borrero, dueño de la ‘burrita’, apareció vestido para la ocasión. Guayabera blanca y pantalón negro hacían juego con el casco rojo y el rosario del mismo color.

Borrero descendió de su bicicleta para poner en primera fila a su fiel compañera desde hace 43 años. En ella se visualiza a gran escala una imagen de la virgen que aseguró desde la ‘barra’. Además llevaba un velón. La curiosa bicicleta, asegura su propietario, lo ha acompañado en todo momento. En especial en días como hoy, donde le rinde 'todo mi amor a la patrona'.

'Hoy me levanté a las 5:00 a.m., escuché un cd en conmemoración a la Virgen y me vine para acá', explica el pensionado.

La tradición de bendecir los vehículos toma fuerza en la ciudad, atrayendo más feligreses a la parroquia. 'La gran fiesta que es devoción de los barranquilleros. Los conductores están acudiendo bastante. Es una romería de católicos', expresa el hermano Fray Manuel Valencia.

Al final la misa central, ofrecida por monseñor Jaramillo, el religioso se retiró no sin antes expresar sus palabras de aliento a los devotos de la Virgen del Carmen y a todos los presentes, a quienes invitó a 'construir la paz que necesita Colombia'.

'En este momento estamos llamados a construir un camino hacia la paz. Muy largo, muy dispendioso, pero gracias a Dios se callarán los fusiles. La paz, que es un don de Dios, es una tarea nuestra', expresó el Arzobispo Emérito antes de continuar su recorrido a los distintos Municipios del Atlántico donde también celebraban el día de la Virgen.

Procesión