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El orgullo reflejado en la voz de Donaldo Vásquez cuando se refiere al barrio en el que nació, creció y aún habita es inocultable. Han pasado 50 años desde la primera vez que pisó las calles de El Santuario y hoy asegura que, pese a las dificultades que puede experimentar el sector por distintas circunstancias, ha mostrado señales de crecimiento.

Siente que las cosas han mejorado un poco con el paso del tiempo, especialmente en temas esenciales como la cobertura educativa y la atención en salud. Sin embargo, considera que la creación de oportunidades de formación y laborales sería una iniciativa apropiada para los jóvenes de la zona.

'Queremos que haya una mayor inclusión de nuestro barrio en los planes de la administración distrital. La intención es que dentro del Plan de Desarrollo se implementen políticas sociales pensando en los jóvenes, generando oportunidades de estudio y trabajo para ellos', dijo en el cabildo abierto que se realizó ayer en el Nuevo Colegio Técnico del Santuario.

En medio de su intervención, solicitó que se fortalezca la Casa de Juventud que funciona hace más de diez años en el barrio. En esa dirección, indicó que el sitio debe tener mayor 'proyección' y que su infraestructura sea robustecida para albergar a un mayor número de beneficiarios para ocupar su tiempo libre.

Política de juventud

Leonard González vive a pocos metros del lugar donde se desarrolló la sexta jornada de participación colectiva para la construcción del Plan de Desarrollo 2016-2019, en la que se registraron 37 intervenciones de habitantes de la localidad Metropolitana.

El abogado, de 25 años, coincidió con Vásquez al expresar que uno de sus anhelos está relacionado con la expansión de proyectos de casas de juventud en la capital del Atlántico.

En su opinión, la ciudad requiere más escenarios de esa naturaleza y que se consoliden procesos de acompañamiento a jóvenes para generar estrategias de desarrollo que favorezcan su crecimiento personal.

'La meta es que, además de acompañamiento en capacitaciones, haya inversión para los grupos juveniles para poder desarrollar su misión a través de una participación activa en sus necesidades puntuales', dijo.

Juanis Cervantes, moradora del barrio Santa María, planteó que es indispensable que se promueva la capacitación juvenil, en especial para quienes hacen parte del conflicto. Su propuesta apunta a que sean incluidos en planes de emprendimiento y formación técnica que fomenten su inclusión en el ámbito productivo.

De la misma manera, sostuvo que sería 'muy bueno' si se les brinda la oportunidad de alcanzar un empleo que les permita sostener su hogar. Desde su punto de vista, la creación de microempresas constituye una alternativa para aclarar el panorama de quienes carecen de opciones en la vida.

'Espero que escuchen nuestro llamado para que baje el número de jóvenes involucrados en pandillas y conflictos. Hay jóvenes que no tienen nada que hacer y se dedican a consumir drogas y robar', añadió.

Reducir brecha social

Luego de escuchar la intervención de los participantes, el concejal Ernesto Aguilar manifestó que cada vez es más clara la necesidad de generar oportunidades para capacitar y vincular al campo laboral a quienes viven el conflicto.

El integrante del Partido Liberal expresó, así mismo, que la idea de impulsar la creación de casas culturales es una interesante opción para favorecer la 'armonía' en la ciudad. Aguilar aseveró que, desde su cargo, buscará refrendar el 'activismo juvenil' para que sus propuestas sus propuestas sean contempladas en la hoja de ruta que se construye.

'Lo importante es dar la palabra a los ciudadanos e interpretar sus necesidades. Ahora el reto es que las propuestas de la comunidad sean incluidas en el Plan de Desarrollo, eso es lo que pide la juventud, que tal vez son quienes más padecen el microtráfico y el conflicto entre pandillas', puntualizó.