Carolina Benavides es una hija del Carnaval de Barranquilla de 1987. Cuando tuvo edad suficiente para entender que a los bebés no los traía la cigüeña de París, su madre le contó que fue concebida un sábado, después de una Batalla de Flores.
La creencia popular, esa que nace en cada esquina de barrio, asegura que en los meses de septiembre, octubre y noviembre nacen los niños y niñas procreados durante los precarnavales y los cuatro días de fiesta.
La Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo) estableció en un estudio que efectivamente el 30,05% de los nacimientos en la ciudad entre 2011 y 2014, se dieron en esos tres meses.
Fundesarrollo demuestra que la situación va más allá del chisme de barrio y las bromas. Juan Manuel Alvarado, economista encargado de la investigación, explica que durante el tiempo que tomaron como muestra, la secretaría distrital de Salud consignó 124.333 partos. De estos, 12.145, 12.761 y 12.465 se registraron en septiembre, octubre y noviembre, respectivamente.
Alvarado señala que los partos en la ciudad 'nueve meses después de los Carnavales están entre 1,14 a 1,22 por ciento más altos que los otros trimestres'.

Si se toma como muestra cualquier otro mes como febrero, en el que nacieron 7.812 infantes, esto corresponde al 6,2% del total, mientras que un mes como septiembre arroja un 9,7%, y octubre un 10,3%. Estas cifras establecen una clara tendencia de crecimiento en la natalidad durante los últimos meses del año.
Dato por edades. El estudio también arrojó otro dato que, para Alvarado, resulta determinante y sirve como base para afirmar que la explosión demográfica a finales de año es producto del Carnaval: los rangos de edades de las madres.
La investigación consigna que las cifras más elevadas van desde los 15 hasta los 30 años. La edad más crítica es de 20 a 24, en la que se presentaron 36.808 nacimientos, es decir, el 29,7%. Después le sigue con 30.729 el grupo poblacional de entre 25 y 29 años, lo que representa el 24,8%; por último, hubo 23.435 partos de adolescentes con edades entre 15 y 19, que se traduce en 18,9%.
'Esto indica que el 73,4% de los nacimientos en Barranquilla se están presentando en mujeres con edades en las que no se establece, generalmente, una planificación familiar ni programan un embarazo y menos que tienen en sus planes formar una familia', argumenta el investigador.
Pero para Fundesarrollo hay un rango de edades en el que se dan los nacimientos y que es aún más preocupante: 882 partos se presentaron en niñas entre 10 y 14 años.
'Es menos del 1% (0,7%), pero es alarmante que las niñas estén quedando embarazadas a una edad tan temprana', expresa.
La secretaría de Salud estableció que en 2014 unas 3.990 adolescentes, entre los 10 y los 19 años, parieron en Barranquilla. Eso es un 19% de los 21.000 nacimientos que hubo en la ciudad.
Alma Solano, secretaria de Salud, manifestó en una entrevista, el pasado 25 de septiembre, que hasta agosto de este año iban cerca de 16.000 partos registrados. De esos, 2.880 fueron de adolescentes (18%). La funcionaria insinuó que la cifra podría aumentar, porque todavía faltaban los nacimientos de 'meses bastante movidos como octubre, noviembre y diciembre'.
Mucho trabajo. Denis de la Cruz Ortega se considera 'una enfermera veterana' después de 32 años de experiencia. Ya no recuerda la cantidad de partos en los que ha ayudado y menos cuántos bebés han pasado por sus manos. Sin embargo, hay algo que sí tiene presente cuando llega el Carnaval y sale a disfrutarlo: cuando ve las parejas sabe que algunas terminarán en el Hospital Niño Jesús, asistiendo a controles prenatales y programando los futuros partos.
'Antes se veía menos movimiento, pero ahora no damos abasto', expresa De la Cruz mientras toma un descanso en una sala de espera, en el centro médico.
A su lado está Sandra Barros, profesional en la misma rama de la salud con 11 años de experiencia a cuestas. La mujer bromea con las futuras madres cantándoles 'todo el que nace en noviembre es hecho en los Carnavales, pues de febrero a noviembre hay nueve meses cabales. Si te nace nena, échale maicena; si te nace macho, búscale los cachos'.
La tonada fue compuesta por el cantautor costeño Dolcey Gutiérrez. El artista, con humor y picardía popular, muestra la realidad de la situación derivada del goce de las festividades sin protección y sin medir las consecuencias.
Una de las que asiste divertida a la interpretación improvisada es Yordana Egea, de 27 años.
La ama de casa acepta, sin reparos, que su pequeño Matías, a punto de nacer, fue concebido bajo el reinado de Cristina Felfle Fernández de Castro, la soberana del Carnaval de este año. 'Estaba celebrando con mi esposo. Tomamos mucho, tuvimos relaciones. La verdad no fue algo planeado y aquí está el resultado', comenta acariciándose la prominente barriga que parece a punto de estallar.
Preservando la ‘tradición’. En uno de los cuartos del centro de salud Liseth Torres, de 35 años, abraza a Jorge Mario, su primogénito de un día de nacido. Junto a ella está Jorge Pacheco, el padre de la criatura. El hombre de 51 años cuenta divertido que también cumple en noviembre y que fue procreado en el Carnaval.
'Esto es casi como preservar una tradición familiar –explica riendo– aunque nunca pensamos en ponerle Joselito'.
La nueva madre señala que para evitar que le ‘mamaran gallo’ decía que iba a nacer en diciembre, 'pero ahora tocará decir que se adelantó', asegura.
Campañas preventivas. El otro mes que muestra una cifra elevada es diciembre, con 12.034. El investigador Alvarado explica que es común en el país que en diciembre los índices sean más elevados 'porque las parejas adultas tienden a planificar y deciden que su bebé nazca en esa fecha porque llegan las primas (bonificación económica), las vacaciones y es una época llena de alegría'. Sin embargo, al mirar detenidamente Atlántico, el pico comienza a mostrarse desde septiembre.
'Esto solo prueba que las campañas de prevención deben iniciarse desde diciembre para que no se presente ese fuerte incremento de nacimientos en septiembre, octubre y noviembre', afirma el economista.
Carolina Benavides piensa que ser una hija del Carnaval tiene sus ventajas. 'Tal vez eso haya influido en que me guste bailar y disfrutar las fiestas. Pero la experiencia de mis padres me enseñó que debo cuidarme, para que en noviembre mi cumpleaños sea el único motivo para cantar el disco de Dolcey Gutiérrez', afirma.