En honor a la memoria del empresario Ramiro Zuluaga Gómez, quien impulsó el renacer del centro de Barranquilla y murió en la madrugada de este jueves, EL HERALDO retoma un texto publicado por este diario en 2007 en el que se narra cómo este paisa lideró la recuperación del Paseo Bolívar.
Hace doce años Ramiro Zuluaga, un paisa andariego que visitaba con frecuencia la ciudad promoviendo la venta de relojes de marca, vislumbró lo que consideraba un filón comercial inexplotado en el Centro de Barranquilla, particularmente la zona del Paseo Bolívar.
Lo que más le llamaba la atención eran las viejas edificaciones convertidas en cloacas y refugio de indigentes y delincuencia, que diez años atrás concentraban la mayor actividad comercial y bancaria de la ciudad, pero que con la expansión urbanística hacia el norte se vinieron a menos inexorablemente.
La primera piedra para el arranque de esta exitosa empresa fue el Shopping Center calle Real, en pleno Paseo Bolívar (antigua sede del Banco Comercial Antioqueño) entre carreras 43 y 44, un centro comercial con 300 pequeños locales cuya base eran las asociaciones productivas.
Pero el comienzo de la ahora exitosa cadena comercial no fue una alfombra con pétalos de rosa. Con la idea en la cabeza y un crédito bancario en el bolsillo, Zuluaga buscó socios estratégicos en Barranquilla, pues creyó que era el escenario natural para conseguirlos. Sin embargo, tras una semana de promoción no encontró eco entre los comerciantes barranquilleros que al parecer tuvieron desconfianza en los sueños de este paisa oriundo de Granada, al suroriente de su Departamento.
En medio del desespero por la falta de apoyo, ya que el crédito bancario estaba corriendo, tuvo que devolverse a Medellín en busca de amigos e inversionistas. Allí sí fue escuchado, y a las pocas semanas ya estaban firmando las promesas de compra-venta.
Hoy este grupo de antioqueños que creyó en el Centro de Barranquilla como eje del comercio organizado, mueve el 80 por ciento de las actividades comerciales, genera 4 mil empleos directos y atrae diariamente a 300 mil visitantes entre potenciales compradores.
El camino que abrió Ramiro Zuluaga lo siguieron otros paisas como Guillermo Gómez, quien ya tenía experiencia en Montería con almacenes populares de cadena como ‘El palacio de la pantaleta’.
Aquí Gómez abrió en mayo de 1999 la ‘Surtidora de Confecciones’ en la carrera 41 con calle 35, en un inmueble en donde comercializaba calzado. A los cinco meses ya estaba inaugurando la sucursal de la calle 34 #43-32, antigua sede de un restaurante de comida china.
Los resultados fueron tan positivos que en mayo de 2002 se arriesgó a abrir el Hotel Paseo Colón —calle 34 entre carreras 41 y 43—, y el 29 de julio de 2004 el almacén ‘Estreno’ en la misma cuadra.
Pese a la recuperación vial, el sector mueve 300 mil visitantes diariamente.
La apertura de este último fue todo un show de modas y luces, con la presentación de la cotizada modelo de las pasarelas nacionales Carolina Cruz.
El entusiasmo de la que ha sido llamada la oleada paisa impulsó a empresas costeñas como Muebles Jamar, Cáñamo y Zodium, entre otras, a ampliar sus sedes y a compartir el creciente mercado que se reabría en el Paseo Bolívar. Hoy en día son abanderados no solo de la recuperación de edificios sino del empuje que ha tenido este sector de Barranquilla, muy similar al de la década de los sesenta y setenta cuando la gente bajaba masivamente al Centro de la ciudad a comprar la pinta de moda.
Con este renacer comercial vinieron entonces además Calzado Bucaramanga, Centro Comercial El Río, Metamorfosis, Rapeluche, El Hueco y el centro comercial Colombia, uno de los más grandes, con 300 locales.
'Nuestra llegada coincidió con un abandono total del Centro. Nadie bajaba aquí y los pocos almacenes que funcionaban lo hacían hasta las 4 de la tarde por la inseguridad. Así las cosas, nadie daba un peso por estos inmuebles', dicen Gómez y Zuluaga.
Para incentivar a inversionistas, la Administración Distrital ofreció descuentos en el pago del Predial, pero para la dirigencia comercial se requiere además una efectiva reubicación de ventas ambulantes y estacionarias.
Consideran lesivas algunas medidas adoptadas como la aplicación del ‘Pico y placa’ para vehículos particulares y la restricción de motocicletas en el sector, a lo que se suman los trabajos de recuperación vial que ya cumplen un año. 'Eso nos ahuyenta los compradores y la prueba es que han disminuido los pagos con tarjetas de crédito', asegura Zuluaga.
Barranquilla —agrega— es la ciudad con más proyección del país porque ni Bogotá ni Medellín tienen el río Magdalena y el mar al lado. Es un polo de desarrollo clave y si se da el TLC será mucho mejor.
El pasado es fiel testigo del renacer comercial del sector.
¿Qué hace atractivo al Centro?
En opinión de los comerciantes, la mayor parte de los artículos que allí se vende viene directo de fábrica, como es el caso de los textiles, que proceden de Medellín o Juan de Acosta y Baranoa, para los casos de maquila.
Este panorama mejorará con las obras que ejecuta Edubar a través del impuesto de Valorización. 'Será el despegue de Barranquilla y lo que es mejor, de todo el movimiento comercial de la región porque aquí vienen mayoristas de Montería, Santa Marta, Sincelejo y Riohacha a comprar y a vender en esas ciudades'.
Para Zuluaga, lo mejor ha sido el resultado social, teniendo en cuenta que un alto porcentaje del comercio se integró mediante proyectos asociativos que hoy son totalmente exitosos.
A esta ola inversionista se sumó la presencia de las cooperativas Creafam y Coogranada que hoy en día benefician a cerca de 4 mil microempresarios, en su mayoría, dueños de locales, vendedores de pescado y dueños de chazas a quienes capacitan permanentemente y desembolsan pequeñas sumas de dinero para sus negocios sin muchos requisitos.
Sobre este renacer, la directora de Asocentro, Dina Luz Pardo, asegura que a un buen número de comerciantes costeños le ha faltado estar a la vanguardia del proceso.
'La administración debe establecer unas políticas obligatorias de generación de empleo, con incentivos a bordo, para que cualquier persona del interior que venga a instalarse en la ciudad tenga la prioridad de generar empleo aquí. De no ser así, estaríamos abocados cada día a tener más personas desempleadas, en la calle, en el rebusque diario y por consiguiente mayor ocupación del espacio público, lo que no nos daría una pauta para recuperar algún día estos espacios'.
Zona segura
Los paisas no solo le imprimieron un impulso comercial a la zona, sino que preocupados por la seguridad de las personas y sus empresas, lideraron la creación de la primera ‘Zona segura’ de Barranquilla que hoy cuenta con 140 afiliados, 126 radios de comunicación, agentes de policías con sus motos adquiridas por comerciantes, 80 alarmas sonoras, 35 alarmas de voz, 170 miembros egresados de las escuelas de seguridad ciudadana de la Policía Nacional y 80 integrantes de las redes de apoyo.
Carlos Jiménez, director ejecutivo de Fenalco Atlántico, resaltó el reconocimiento y apoyo de la colonia paisa, que de forma decidida y efectiva ha logrado reactivar el comercio y la convivencia en el Centro Histórico de Barranquilla. 'Es un valioso aporte y herencia para la ciudad'.
Adicionalmente, este auge comercial liderado por los paisas en el centro de la urbe, le abrió un espacio a personas desplazadas por la violencia, quienes encontraron en los centros comerciales del sector oportunidades de trabajo en ventas, vigilancia y servicios varios, entre otros. Con esta participación, aproximadamente 200 familias desplazadas derivan su sustento en estos empleos.