Cuando Nicolás Samper desenreda el trasmallo que cuelga de una de las vigas de su casa, en el barrio Mesolandia de Malambo, lo hace sentado en una silla de plástico.
Evita fatigarse, pero al cabo de unos minutos posa la red sobre la ventana de su hogar. Con la mirada perdida entre la preocupación, advierte que su cansancio no es físico, sino moral por los seis días más duros de toda su vida. Seis días, afirma, en los que sus cinco hijos y esposa no desayunan a tiempo y las deudas se incrementaron porque la contaminación de la ciénaga de Mesolandia no le permite pescar.
El martes, a las cuatro de la tarde, este pescador de 50 años salió de su casa con el objetivo de capturar por los menos seis peces para su familia, pero ayer, a la seis de la mañana, volvió con las manos vacías.
'Los ‘pescaos’ se siguen muriendo. El bagre, bocachico, la cachama, todas las especies se han muerto. Antes esto aquí era una bendición, pero ahora es cada vez peor', comenta Samper, en la ventana de su casa, hecha de madera y bahareque. La construyó con sus manos hace 35 años, al igual que un centenar de habitantes del barrio.
En Mesolandia la mayoría de sus residentes son pescadores. Según Julio Martínez, presidente de la Asociación Independiente de Pescadores (Asipes) del sector, 250 hombres se dedican a la pesca en Mesolandia y unas 600 personas del barrio se benefician de ello. Esta es la tercera vez que la ciénaga padece mortandad de peces por los altos niveles de contaminación. La primera fue en junio de 2014 y la segunda en febrero de este año.
Ante la alerta amarilla que declaró el martes la alcaldía de Malambo por la tercera mortandad, el director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, Alberto Escolar, asegura que el fondo del problema de Mesolandia son las aguas servidas de Malambo.
'El 85% de la contaminación de la laguna viene de las aguas residuales domésticas del municipio. Este problema tiene más de 20 años y está asociado al saneamiento del mismo', afirma Escolar.
De acuerdo a los cálculos que tiene la corporación, 1.684.800 kg de sólidos suspendidos recibe el lago al año por parte de las descargas de aguas servidas de Malambo.
Desde 1995, asegura Escolar, se estableció un sistema de comunicación de la ciénaga con el río, abriendo unos canales que permiten el ingreso del agua de este a Mesolandia para oxigenarlo.
Pero esto no es una solución, solo es una medida amortiguadora. La que de verdad pondrá fin a este problema, afirma Escolar al igual que Samper desde la ventana, es sacar las aguas vertidas de la laguna.
'Se ve limpiecita, pero no lo está. Cuando llegué aquí la laguna estaba taponada de basuras. Eso era pedacito que se abría en el agua, pedacito donde pescábamos', recuerda el padre de familia, ahora con la mirada pérdida en los buenos momentos.
Trabajos. Hoy, por problemas de sedimentación, los canales de entrada se han ido taponando. Esto ha llevado a que el agua residual se concentre en la ciénaga y aumente la carga contaminante. El gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre, afirma que su despacho viene realizando trabajos de limpieza, excavación y adecuación de caños y del canal de oxigenación de la laguna. Las obras tienen un costo de $649 millones, de los cuales han sido ejecutados $154 millones.
'Las obras van bien. Hay un pequeño tramo en ejecución, que aún no se ha tramitado, pero mañana (hoy) a las 6:30 de la mañana lo reviso', explica Segebre.
La CRA afirma estar realizando un estudio de batimetría para saber realmente qué y dónde hay que intervenir la laguna para que le entre agua. Los resultados, indica Escolar, saldrán en las próximas dos semanas.
Mientras tanto, Nicolás Samper y los 249 pescadores del área deberán volver a desenredar sus trasmallos para intentar desenredar la crítica situación de sus hogares.
'Ya no queremos ni salir a pescar porque sabemos que vamos a perder el tiempo, pero es lo único que sabemos hacer. Los pescadores de Mesolandia quedamos con las manos en la cabeza y los pies en el aire', sentencia Samper mientras recoge la red.
Actores
La CRA explicó a EL HERALDO que existen procesos de investigación contra las cuatro empresas, ubicadas en el entorno, que tienen incidencia en el vertimiento de residuos. Informó que estas son Puro Pollo, Unigol, Parques Industriales y el Matadero Moderno de Soledad. 'Incluso el aeropuerto Ernesto Cortissoz también vierte basuras en la laguna de Mesolandia y tiene su propio proceso', este, explicó Escolar, no tiene un sistema de alcantarillado, sino una planta de tratamiento, la cual dispone directamente los residuos en el cuerpo de agua.