En junio de 1999, se llevó a cabo una gran marcha nacional para rechazar la violencia y para exigir a los grupos alzados en armas en Colombia que liberaran a todos los ciudadanos secuestrados con fines de presión política o de extorsión económica. El secuestro ha sido una de las fuentes regulares de financiamiento de estas organizaciones. La población barranquillera se unió a esta gran marcha, tal como lo hicieron otras veintiún ciudades en todo el territorio nacional. Con este fin, se programó una gran concentración en la Plaza de la Paz, frente a la Catedral Metropolitana, en donde miles de personas se aglomeraron para manifestar su más enérgico rechazo a los violentos.
