Lisbeth Miranda, la joven de 21 años que hasta hace pocos días conmovió a gran parte de la comunidad barranquillera por dar a luz a trillizos, hoy pasa un ‘trago amargo’ por cuenta de su pareja, Ray Andrés Yime, quien, al parecer, ha decidido alejarse del hogar.
Lisbeth cuenta que días antes del nacimiento de los bebés, Ray Andrés dejó de ser aquel joven enamorado que un día conoció en el Batallón Vergara y Velasco de Malambo.
Ya hospitalizada en el Niño Jesús —comenta la joven madre—, Ray Andrés solo iba por saber del estado de salud de los bebés, pero a mí ni siquiera me preguntaba cómo me sentía.
“Cuando nacieron Santiago Andrés, Sheidy Andrea y Shaidy Andrea, Ray cumplió con la obligación de todo padre: llevó pañales, leche y otras cosas que se necesitaban, pero a mí no me dijo nada. Cumple con la obligación de los niños, pero ahora no hay nada entre nosotros”, expresa Lisbeth, mientras sostiene en sus brazos al frágil y diminuto Santiago, el trillizo “mayor”, pues nació dos minutos antes que sus hermanitas.
Este fue el bebé que logró ser dado de alta desde el pasado martes, luego de permanecer unos 14 días en incubadora. La inexperta madre indica que los médicos del centro asistencial tomaron la decisión de darle salida al niño, gracias a que toleró la leche materna y adquirió peso rápidamente.
Roque Miranda, padre de Lisbeth, apunta que su casa en Mundo Feliz, Galapa, servirá de refugio para su hija y sus tres nietos, mientras la historia logra tener un desenlace bueno o, en el peor de los casos, se va al fondo del abismo.
“Desde el primero de mayo se vino para la casa. Aquí no es que vivamos holgados ni que haya mucho espacio, pero hay mucho amor para dar. Se queda hasta que se solucionen las cosas”, añade Roque.
La joven, que en algún momento de su vida se vio obligada a dejar sus estudios de auxiliar de enfermería por falta de recursos, hoy se acomoda en una cama sencilla, en el primer cuarto de la vivienda.
“Santi y yo nos acomodamos en una cama que nos armó mi mamá. Ella también le puso un toldo para evitar que los mosquitos nos piquen. Lo que no sé es qué voy a hacer cuando le den de alta a las niñas porque el espacio me quedaría pequeño”, explica Lisbeth.
Habla Ray Andrés. Desde su lugar de trabajo y a través de una llamada telefónica, Ray Andrés Yime, padre de los trillizos, comunicó que tenía planeado arrendar un apartamento para alojar a sus hijos, pero cuando se le trató de tocar el tema de su relación con Lisbeth, él respondió “se fue a vivir a donde la mamá y no hemos quedado en nada”.
Sobre una eventual separación, Ray dijo “no sabría qué decirte”.
Lisbeth seguirá en su casa esperando a sus pequeñas Sheidy y Shaidy, quienes no han podido dejar el hospital Niño Jesús, una por tener poco peso y la otra por una leve afección en los riñones. ¿Habrá final feliz?.
Por Kenji Doku
kenji.doku@elheraldo.com.co



