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Madre de Katherine Martínez. El Heraldo
Judicial

“Una mujer trabajadora e incansable, esa era mi hija”

Yomaira Sarmiento, madre de Katherine Martínez, la cajera de un supermercado asesinada en febrero del año pasado en medio de un ataque a bala que no iba dirigido hacia ella, recordó con profunda tristeza los momentos que vivió a su lado.

Llorar todas las noches por su hija se ha convertido en algo rutinario para Yomaira Sarmiento, madre de Katherine Martínez Sarmiento, la cajera de una tienda Olímpica que falleció luego de resultar herida en un ataque a bala que iba dirigido contra Libardo Parra González, alias el Guajiro, muerto en el mismo negocio el pasado 10 de febrero de 2021.

Y es que tras haber pasado un año y cuatro meses, la progenitora no puede dejar de pensar en aquel fatídico día en el que un hombre ingresó al establecimiento, se acercó a la caja en la que se encontraba trabajando Katherine, disparó a la cabeza de Parra González, y en medio de la ráfaga de balas una de ellas ingresó en el estómago de la mujer, dejándola malherida.

A pesar de los esfuerzos de los galenos de la Clínica Bonnadona, donde fue trasladada, la empleada murió dos días después, causando conmoción en sus familiares y amigos. “Katherine era muy buena, era amable, sus amigos le decían la mamá, porque siempre estaba pendiente de ellos y de todos, realmente. Ahora las fechas especiales ya no las vivimos igual sin ella”, indicó su madre.

“Nunca pensé que a mi hija me la iban a matar. Ella era bastante trabajadora, incluso cuando quedaba sin empleo buscaba en algún otro lugar porque debía sacar adelante a sus dos hijos y pues también nos ayudaba a nosotros”.

‘Kathe’, como le decían de cariño, era madre soltera de dos hijos, la menor de cuatro hermanas, y criada en una casa donde el matriarcado, todavía, se vive en pleno, pues solo habitan mujeres. “Mi hija siempre me compraba los medicamentos. De hecho el día del crimen ella tenía unos papeles míos porque me iba a sacar una cita, a partir de su muerte me he complicado mucho más de la salud, yo sufro del corazón”.

El dolor no parte solo de la ausencia de Martínez, sino también de un sentimiento de “injusticia” en el caso: “Yo estuve en la Fiscalía a principio de año para preguntarle al fiscal cómo iba el proceso de mi hija, que me dijera, sin mentirme, si las personas habían sido capturadas, pero me dio un rotundo no, según él, porque había muchos casos de homicidios”.

Yomaira pidió apoyo por parte de las autoridades e incluso al lugar de trabajo donde ocurrió el crimen de Katherine: “Lo de mi hija no fue un accidente laboral, eso fue un asesinato, queremos que la empresa también se pronuncie al respecto y que nos ayude realmente (…) a la justicia colombiana le pido celeridad y más acompañamiento a nuestra familia”.

Su último día

Liliana Escalante Sarmiento, hermana de Katherine, recordó el último adiós de su hermana como si se lo hubiese dicho de manera reciente en la misma casa del barrio Buenos Aires, en la localidad Metropolitana de Barranquilla. “En la mañana de ese miércoles, ella me contó que tenía una fiesta el sábado, cumplía una amiga de su trabajo, entre risas le dije que no tomara mucho y que lo hiciera en un vaso aparte porque estábamos todavía en la pandemia”.

Martínez Sarmiento se puso a cocinar, se cambió de rapidez y almorzó: “Ella me dijo que le prestara $3 mil, que me los pagaba, cuando regresara me los daba”, dijo la mujer. Pero Katherine nunca regresó a casa.

“Ese día mi hermana entraba a las 2:30 de la tarde y se fue a la una. Yo fui la última persona de la que se despidió en la casa (…) como a las nueve de la noche llamaron a mi sobrina y le contaron lo que había pasado y que a mi hermana la tenían en la Clínica Bonnadona. De inmediato todos salimos corriendo para allá”, indicó Liliana.

A la cajera una bala le atravesó el estómago y otra le impactó en la mano. “A pesar de las cirugías y de horas de espera, ‘Kathe’ falleció la madrugada del viernes y dejó un profundo vacío en nuestro hogar”.

¿Quién era alias El Guajiro?

El ataque a bala que provocó la muerte de Katherine Martínez ocultaba un pasado delictivo, pero nada ligado a la mujer, sino a Libardo Parra González, quien fue acribillado de varios impactos de proyectil de arma de fuego en la cabeza en ese mismo atentado. Según las autoridades, Parra, también conocido como ‘el Guajiro’, era un ex miembro del Cartel de la Costa, hombre de confianza del extraditado Alberto Orlández Gamboa, alias el Caracol, y había regresado en 2015 al país después de pagar varios años de cárcel por tráfico de drogas en los Estados Unidos.

Al día siguiente del asesinato de Parra, tres hombres fueron acribillados en una casa en el barrio Nuevo Horizonte del municipio de Soledad. En las primeras versiones que se dieron a conocer en su momento, el inmueble donde se registró el caso era de la propiedad de un desmovilizado de las Autodefensas que, al parecer, presentaba una anotación por el delito de homicidio. Sin embargo, otra hipótesis manejada es que una de las víctimas era conocida como alias Comanche, quien era desmovilizado de las AUC, y, aparentemente, fue escolta del paramilitar Óscar Ospino Pacheco, alias Tolemaida, y de Jorge 40, y se habría convertido en un gatillero a sueldo en el municipio de Zona Bananera (Magdalena).

Este y otros crímenes ocurridos entre 2020 y 2021 tendrían como protagonistas a varios exmiembros del Cartel de la Costa, exparamilitares, sicarios de La Oficina de Envigado, Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, conocidos como ‘los Pachenca’, y el Clan del Golfo, quienes han convertido en un campo de batalla las calles de las principales capitales de la Costa Caribe, Barranquilla, Riohacha, Cartagena, Valledupar y Santa Marta, peleando por el control de las principales rutas de exportación de droga, las oficinas de cobro y las extorsiones.

Según se conoció, Libardo Parra, luego de cubrirle la espalda a Orlández Gamboa, quedó a cargo de la organización. Es por esto que las autoridades planearon una operación que terminó con su captura y la de su entonces esposa. Fue una operación que se desplegó en Santa Marta, Barranquilla, Montería y hasta Ocaña, Norte de Santander.

En el procedimiento, miembros de la Policía con apoyo de la DEA se encargaron de hacer por lo menos 40 allanamientos en diferentes lugares, pero encontraron a Parra González en su casa de la capital del Atlántico. Reportaron los medios de comunicación en su momento que en la casa del hombre encontraron armas, municiones y joyas avaluadas en más de 300 millones de pesos. La operación y captura ocurrieron en el año 2000.

Sin embargo, en agosto de 2006 fue nuevamente capturado, esta vez en Maracaibo (Venezuela). Las autoridades del vecino país lo pusieron a disposición del entonces DAS y posteriormente fue extraditado a Estados Unidos.

Se conoció que, en el momento del regreso de Parra a Colombia, la agencia antidrogas de EE. UU., la DEA, habría alertado a las autoridades colombianas que ‘el Guajiro’ buscó apoyo con ‘Los Pachenca’ y se reencontró con viejos socios del Cartel de la Costa, que también retornaron hace pocos años de extradición. Con ellos, al parecer, acordó recurrir a excobradores de la organización para recuperar propiedades y dinero. Todo esto culminó con su asesinato en medio de una aparente vendetta del Clan del Golfo.

Katherine Martínez, mujer asesinada. Cortesía
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