Hace unos días se cerró en Valledupar una de las historias más escabrosas de este país tras el deceso en cautiverio de Luis Alfredo Garavito, conocido como ‘la Bestia’, por abusar y acabar con las vidas de más de 200 niños entre Colombia, Venezuela y Ecuador. Al tiempo, en Barranquilla y su área metropolitana, especialmente en los municipios de Soledad y Malambo, se abría la posibilidad de atrapar a otro individuo con una misma mente retorcida dedicado a abusar sexualmente a niñas y a mujeres, fingiendo ser un servicial mototaxista.
Así lo manifestó ayer un investigador de la Policía Metropolitana al referirse al caso del recién capturado Julio César González Navarro, conocido desde años atrás como el ‘Terror de la moto roja’, por el uso de un vehículo de esta característica para captar a sus víctimas en las salidas de centros comerciales del sur de la ciudad. Luego, tras ofrecerles el servicio de transporte informal, las terminaba llevando a una trocha entre Soledad y Malambo para accederlas carnalmente.
La historia de este individuo se remonta al primer semestre de 2017 cuando la Policía, con apoyo de investigadores de la Unidad Caivas de la Fiscalía, lo capturaron en el barrio Tayrona de Soledad en una motocicleta roja.
En ese entonces, con 27 años de edad, era señalado de acceder carnalmente a una niña gestora de paz, de 11 años, en el barrio La Candelaria de Soledad en abril de ese año. Pero además la Policía lo vinculaba con la violación de dos menores de 14 años. Y también, en ese momento, estaba ligado a cinco casos más en las que sus víctimas habían sido mujeres mayores de edad, una de ellas embarazada al momento de la agresión sexual.
'Se estima que el individuo llevaba alrededor de seis meses cometiendo agresiones sexuales; sin embargo, las autoridades esperan que con la captura, más víctimas denuncien y así establecer la cantidad de tiempo exacto que llevaba este hombre delinquiendo', señaló la autoridad hace cinco años.
El ‘Terror’ fue enviado entonces a audiencias preliminares y, al parecer, por motivos de seguridad, ordenaron su reclusión temporal en las carceletas de la Estación de Policía de Galapa, adonde se fugó en junio de 2017, solo dos meses después de su detención por el caso de la niña gestora de paz.
Apareció en Venezuela
El coronel Óscar Olarte, jefe de Servicios Especiales y de la Unidad de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Barraquilla, explicó que este individuo entró de manera ilegal a Venezuela en el mismo periodo de fuga y allí se cambió el nombre por Javier Antonio González Caro.
En medios del vecino país registran que bajo la nueva identidad el presunto depredador sexual habría usado el mismo método de atrapar a sus víctimas y aparentemente cometió algunos casos en la ciudad de Caracas, pero no se obtuvieron registros.
Su captura se dio en noviembre de 2022 en un populoso sector llamado el Bulevar de Catia, en la capital venezolana, y en este operativo intervinieron uniformados de la Policía Nacional Bolivariana.
González Navarro estuvo entonces algunos días en la sede del Saime del centro de Caracas hasta que fue deportado a Colombia.
A Barranquilla llega y, al parecer, es dejado a disposición de la Fiscalía. Lo increíble de esta historia es que hace 11 meses el sujeto que debía continuar con su proceso judicial por los múltiples abusos por los que se le señalaba quedó en libertad por vencimiento de términos y volvió a perderse.
Nueva alerta y confusión
En agosto de este 2023, a través de redes sociales, una joven de 22 años denunció haber sido víctima de un caso de violencia sexual en el que un hombre que se hizo pasar por mototaxista la condujo hasta una zona enmontada, entre Soledad y Galapa, para robarle sus pertenencias y, de acuerdo con su relato, trató de abusarla.
La denunciante describió un ‘modus operandi’ similar al que la Fiscalía General le cargó a Gerson Enrique Salcedo Arias, conocido con el alias del ‘Abusador de la Moto Negra’ o ‘Moto Negra’, otro sujeto que, al igual que González Navarro, usaba el oficio para abusar sexualmente a mujeres.
Salcedo Arias había sido detenido en noviembre de 2021 por el CTI en Soledad y de González Navarro o el ‘Terror de la Moto Roja’, no se tenía información de su deportación y de su libertad a través de la figura de vencimiento de términos. Por eso se culpó al sujeto de la moto negra.
La afectada, en diálogo con este medio, aseguró el abusador le anunció tomar un atajo y que, incluso, la amenazó de muerte mientras la monitoreaba por el retrovisor de la moto que casualmente era de color negro. Ella tomó la carrera a las afueras de un centro comercial ubicado en la calle 30 con destino a su casa en Soledad, y minutos después, tras desviarse e impedir que la joven se lanzara del vehículo, el sujeto la llevó al lugar conocido como la trocha Sinaí.
'Eso pasó en la noche del viernes 28 de julio. Todo iba bien hasta que se desvió hacia la bomba que está en el rompoy donde están las letras de Soledad, ahí me dijo que iba a echar gasolina. En ese momento no sé pero le envié la ubicación en tiempo real a una amiga, yo en mi inocencia pensé que él iba a doblar más adelante y seguía la 30, pero no, siguió la Circunvalar y ahí fue donde sospeché muchos más', dijo.
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Ella le preguntó al hombre el por qué había tomado aquella ruta; sin embargo, este contestó que se dirigía al desvío del puente del barrio Siete de Abril, para así ir rumbo a Soledad. No obstante, el camino se volvía cada vez más oscuro.
'Se metió por Los Almendros y yo empiezo a sospechar, por lo que sigo mandando ubicación en tiempo real a unos amigos que vivían cerca de la zona y medio pude contar lo que pude. Intenté tirarme de la moto, porque vi que íbamos por un lugar que no conozco, pero me agarró duro de la pierna y empezó a amenazarme diciéndome que me iba a pegar un tiro y que me iba a dejar ahí tirada', añadió.
Una vez en aquella zona enmontada, el individuo la lanzó contra el suelo: 'Me quitó todo, la clave de mi celular, mis pertenencias, todo'.
'Intenté defenderme pero no pude, él me golpeó. Cuando quise agarrarle la placa de la moto, empezó a insultarme y decirme que no mirara, porque sino me golpeaba la cabeza. En el instante que se va yo alcanzo a levantarme, tenía mi jean todo roto de un lado, estaba sola', manifestó.
La mujer escuchó varias motocicletas a lo lejos, comenzó a gritar por auxilio. Eran los amigos a quienes les había compartido información, pero cuando ellos llegaron ya el presunto abusador no estaba.
'Yo había escuchado de casos similares antes en las noticias, pero en realidad nunca pensé que me pasaría a mí. Esto ha sido muy duro, me ha afectado de manera física y mental. Solo pido que se haga justicia', finalizó la víctima.
En su momento, EL HERALDO consultó a la Fiscalía por la medida de Gerson Salcedo Arias y se dijo que este cumplía con 'detención domiciliaria', pero que no se tenían registros o denuncias de nuevas actuaciones.
Vuelve a atacar
En la explicación sobre el procedimiento de la recaptura de Julio César González Navarro, el coronel Olarte y el investigador del caso confirmaron que ya reposaban desde agosto denuncias de varias víctimas que expresaron haber sido atacadas por este sujeto. Pero ahora, según los voceros de la Policía, el individuo usaba era una moto negra y frecuentaba sitios que en el pasado no tenía como espacios usados para trabajar.
La Policía además pidió que a través de reconocimiento fotográfico, mujeres que hayan sido víctimas de este sujeto se acerquen a la Fiscalía para vincular su denuncia a las más de 20 que ya tiene en su contra. Esperan que con estas ahora sí quede tras las rejas.
