Como si de una crónica de una tragedia anunciada se tratara, en el corregimiento de Tasajera la tristeza y el desconsuelo son la constante, tras la muerte de siete personas abrasadas por las llamas del camión cisterna, que explotó y dejó a otras 50 personas más heridas en la Troncal del Caribe.
Sumidos en la miseria, malos servicios públicos y un gran número de contagios por la COVID-19, la comunidad de Tasajera no sale de su asombro, ante la magnitud de lo ocurrido, causado por la terrible costumbre de saquear la carga de los vehículos que se accidentan.
'Esto no debió ocurrir, se les dijo que se alejaran, pero no atendían y eran tantos que era imposible controlarlos, es muy triste lo que pasó por lo menos siete familias están de luto, si no es que alguno de los que resultaron heridos se muera, Dios quiera que no', aseveró un patrullero de la Policía, quien pidió mantener su identidad en reserva.
Tras la explosión todo fue un caos, mientras que los bomberos llegados de Ciénaga comenzaban a combatir las llamas, los heridos fueron evacuados.
'Yo llevé a un pelao que no puede tener más de 25 años, con dos pimpinas para coger gasolina. Cuando llegamos ya había mucha gente y los policías les decían que se apartaran, pero nadie les hacia caso, en ese momento yo le dije al pelao que me cogió la carrera que lo esperaba más adelante. Hasta los policías se veían asustados y también se apartaron; no había terminado de bajar el paral cuando sentí la explosión y el calor que agarró a los que estaban cerca, hasta unas motos que no habían movido quedaron achicharradas', relató el mototaxista Guillermo Meléndez.
Mientras que siete de los que saqueaban el camión murieron casi en el acto, quedando reducidos a los huesos, los heridos se revolcaban en el suelo y corrían dando alaridos de dolor, siendo trasladados por las autoridades, motos y varias camionetas hasta el hospital San José de Puebloviejo, al igual que a la Policlínica y al Hospital San Cristóbal de Ciénaga, donde los estabilizaron, para ser remitidos en su mayoría a Santa Marta y Barranquilla.
Sin embargo, al no contar el departamento del Magdalena con unidades para quemados, los pacientes más graves tuvieron que ser remitidos a otros centros asistenciales.
Barranquilla recibió 11 pacientes remitidos para unidades de cuidados intensivos: dos en la Clínica Atenas, dos en la Clínica General del Norte y 3 pacientes para la Clínica Reina Catalina.
Adicionalmente dos de los heridos están siendo atendidos en Baranoa.
La red de salud del Distrito permanece atenta a la posible llegada de más personas a MiRed, para brindar el soporte en atención de salud.
Asimismo, la atención de estos pacientes se realiza en UCI independientes a COVID -19, puntualmente para los pabellones especiales de pacientes con quemaduras de alto grado.