El Heraldo
Judicial

Fuga de presos: una problemática que ni los barrotes ha podido frenar

Las autoridades señalan que en lo que va de 2020 han recapturado a 177 personas.

La serie de beneficios procesales a los que han accedido las personas privadas de la libertad, como detenciones domiciliarias, excarcelaciones transitorias y libertades ordenadas por la justicia ordinaria, han permitido que el hacinamiento en las cárceles de la Costa se haya reducido en un 48% en lo que va de 2020.

Pero en medio de ese escenario hay otra situación que sigue preocupando a las autoridades y a la ciudadanía: la fuga de los privados de la libertad de los centros de detención; esos lugares con altos muros, cercos de seguridad, controles “rigurosos” y barrotes que no han podido ponerle control a esa situación.

Pese a que no hay una cifra exacta de las fugas en el departamento, las autoridades en el área metropolitana de Barranquilla reportan que, en lo que va de año, han recapturado a 97 personas, las cuales eran solicitadas por el delito de fuga de presos; mientras que en Atlántico se han recapturado  a 77 personas por este delito.

No obstante, una fuente judicial le indicó a este medio que el 70% de esas capturas son de personas que estaban detenidas en centros carcelarios o comisarías del departamento o bajo el beneficio de casa por cárcel; mientras que el otro 30% corresponde a personas que eran solicitadas por ese delito en otras ciudades del país.

A pesar de que las cifras de las recapturas superan los números de los reportes de los detenidos que se han fugado del centro de detención o de reclusión en lo que va de 2020, algunos de los casos no han pasado desapercibidos, pues, el ingenio, las herramientas y los lugares de donde se han dado los escapes han generado interrogantes entre  la población, debido a que señalan que en alguno de los casos “pudo haber una complicidad de las autoridades”.

El Código Penal colombiano, en su artículo 448, contempla el delito de fuga de presos y este se materializa cuando la persona legalmente privada de la libertad sale de su zona de custodia o se traslada sin notificar a la autoridad competente.  

Las más sonadas este año

Una salida al baño fue la aparente excusa que usaron Tommy Joel Zerpa Brito (‘Tommy Masacre’) y Carlos Andrés Morales Escobar para fugarse la noche del 18 de marzo de las instalaciones  de la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía, en su sede de La Pradera, cuando uno de los hombres le pidió al custodio que le permitiera ir al baño, pero cuando el uniformado abrió la puerta fue atacado por los dos detenidos, quienes partieron una puerta de vidrio y se fugaron.

La Policía indicó que esa noche el custodio no era solo para Tommy Zerpa, sino para todos los internos, y este no estaba armado, lo cual fue aprovechado por los dos internos para la fuga.

Tan solo dos meses después de la fuga de ‘Tommy Masacre’, se registró la de Daniel José Osorno Márquez, alias Pupileto. Ese ocurrió la noche del miércoles 20 de mayo, en la Penitenciaría El Bosque de Barranquilla.

‘Pupileto’, quien se encontraba pagando una condena por el delito de hurto calificado agravado, se fugó minutos antes de que los guardianes del Inpec realizaran el conteo de presos. Las autoridades nunca explicaron cómo se habría dado la fuga, solo se conoció que el joven se encontraba recluido en el pabellón D, donde están los llamados internos sociales.

Estaciones de Policía

Hacia las 2:00 de la madrugada del 1° de septiembre cuatro reclusos se fugaron de una de las celdas de la Estación de Policía Soledad 2000. Los detenidos abrieron un orificio en una de las paredes y por allí, se presume, escaparon.

El caso más reciente se registró el pasado  3 de noviembre, cuando dos presos se fugaron a las 4:00 de la mañana de la Estación de Policía El Bosque, ubicada en el suroccidente de Barranquilla.

Los prófugos de la justicia son Luis Ernesto Perdomo Callejas, de 20 años, alias Pichurria, el reconocido delincuente que ingresó a viviendas del barrio Recreo y defecaba sobre las prendas de sus víctimas tras llevarse los objetos de valor, y Jesús Colina Reyes, quien estaba detenido por porte ilegal de armas.

Según las autoridades, el escape de los dos hombres se dio cuando los custodios sacaron a un personal para que tomaran un baño. Fue ahí cuando aprovecharon los demás presos para abrir un hueco por el techo y que ‘Pichurria’ escapara junto con el otro reo con rumbo desconocido.

Un análisis

Para Janiel Melamed, director del Observatorio de Seguridad Ciudadana y experto en seguridad,  existen tres factores, a su criterio, por los que se da la fuga de presos de los centros de reclusión.

El primero tiene que ver con relación a la antigüedad de los establecimientos carcelarios. “Nuestras cárceles son viejas y por lo tanto en su diseño de infraestructura y su capacidad tecnológica están desactualizadas, es decir, que no tienen óptimos manejos  en los centros penitenciarios”.

En segundo lugar, expone Melamed, en las cárceles hoy día existen muchos espacios que “no cumplen” el proceso de resocialización. “Este punto es un factor importante, porque el fin último de estos espacios no es tener las personas encerradas, sino ofrecer unas herramientas que le permitan al privado de la libertad reinsertarse en la sociedad de manera plena y funcional, pero lo que encontramos son centros de especialización del crimen”.

Y por último, el experto  manifiesta que el nivel de hacinamiento y “los bajos recursos asignados” al sector penitenciario hacen que la corrupción en el interior de los establecimientos “sea una realidad” que impide “la correcta función de los encargados de la seguridad de estos sitios”.

El abogado Camilo Burbano, profesor de derecho penal y ex director nacional del Sistema Acusatorio coincide con el experto en seguridad en que las condiciones de infraestructura carcelaria, hoy en día, “no son las más correctas”.

“Yo creo que un problema importante en este tema es que no hay una correcta infraestructura carcelaria y, en segundo lugar, la cantidad suficiente de guardias del Inpec para la cantidad de presos que existe”, explica Burbano.

Para el abogado  esos dos puntos tienen su origen en el problema del hacinamiento, porque si no hay una correcta disposición de guardias para la cantidad de personas, además de la infraestructura, “no habrá un control adecuado” y facilita las condiciones para que haya una fuga.

Más cupos para acabar con el hacinamiento

El ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz Orejuela, el pasado 9 de octubre, anunció en Barranquilla la creación de 680 cupos carcelarios para el departamento del Atlántico.

“Para ayudar a solucionar el hacinamiento ofreceremos 510 cupos modulares, más 170 que suministrará la Gobernación”, dijo el titular de la cartera de Justicia al referirse a los avances del departamento en cuanto a infraestructura carcelaria.

El alto funcionario reiteró que lo que se pretende es hallar soluciones para el hacinamiento que afecta a las cárceles La Modelo, El Bosque y de Sabanalarga. “Actualmente se realiza una ampliación para aumentar cupos en El Bosque, que nos permitiría recluir allí unos 700 internos más”, indicó el alto funcionario.

Con respecto al proyecto de la cárcel de Candelaria, anunció que ya se realizaron los estudios correspondientes. “El próximo año se abrirá la licitación, se tramitarán los recursos y se iniciará la construcción e implementación. Así aportaremos más de 5.000 cupos al Sistema Penitenciario y Carcelario del país y beneficiaremos a todo el departamento”, confirmó.

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