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Con un par de tubos y unos mínimos conocimientos de metalurgia se puede fabricar un arma de fuego artesanal, para atracar o matar. No es algo nuevo, ni exclusivo de estos tiempos. En los registros históricos existen testimonios de que la resistencia francesa fabricaba sus propias armas para luchar contra la ocupación nazi, en 1940.

En nuestros días, en Barranquilla, las armas artesanales las usan sobre todo pandilleros y delincuentes comunes para defender sus fronteras imaginarias y cometer atracos, especialmente en buses. En lo corrido del año la Policía Metropolitana de Barranquilla ha incautado 493 armas artesanales. La mayoría reposa en bodegas de evidencias, ligadas a procesos judiciales.

La fabricación y uso de estas armas, a la luz de las estadísticas, es un fenómeno delincuencial exclusivo de los barrios del sur. La bandera la lleva Rebolo, con 93 armas incautadas; sigue 7 de Abril, 44; Centro, 38; Santo Domingo de Guzmán, 30, Carrizal, 30 y El Bosque, 30.

Al Laboratorio de Balística de la Policía, en la carrera 38 con calle 74, llegan algunas de estas armas.

Lo primero que nos explica el técnico que las recibe, quien pide reservar su nombre, es que las armas artesanales las fabrican desde cero, es decir, con materiales cotidianos y generalmente las hace un herrero, o 'alguien que tiene idea de metalurgia'.

Las armas ‘hechizas’, por el contrario, combinan piezas originales y artesanales. Por ejemplo, un arma con un cañón de un revólver Smith & Wesson montado sobre un cuerpo fabricado en un torno.

De este tipo, al laboratorio han llegado pistolas semiautomáticas y revólveres 'que estaban muy bien hechos, seguramente por una persona que tiene conocimientos de armería, además de metalurgia', afirma el perito.

Doble peligro

Uno de los frentes de batalla en la guerra contra la delincuencia es sacar de las calles las armas ilegales, o sealas ‘originales’ que se comercializan en el mercado negro, las artesanales y las hechizas.

La dificultad para acabar con las armas artesanales radica en la facilidad de su fabricación, incluso en internet es posible encontrar videos y tutoriales explicando cómo hacerlas.

Las autoridades han detectado y desmantelado talleres de armas artesanales, situados en los barrios populares con altos índices de delincuencia y problemática de pandillas.

'Su costo en las calles varía mucho, puede ser la simple ‘inversión’ que se haga en los materiales, si la persona sabe cómo fabricarlas, o tiene un amigo que la haga el favor; o el precio que cuadre con el herrero, que no superará los $50 mil', opina el técnico de la Policía. Explica luego que: 'Para fabricar un arma artesanal generalmente usan un tubo de metal como cañón y le montan un mecanismo de disparo simple, conformado por un resorte y otra pieza metálica con punta que funciona como percutor, que es la pieza que golpea el fulminante de la bala y desencadena el disparo'.

El riesgo

Al ser fabricadas sin tener en cuenta medidas, ni la resistencia de los materiales, siempre existe el riesgo de que un arma artesanal explote en las manos de quien la dispara y el peligro aumenta si usa munición de calibre medio o grande.

'Obviamente también son armas peligrosas para la ciudadanía porque son ilegales y las usan los delincuentes para cometer delitos', recalca el técnico de la Policía.

Las armas artesanales y hechizas incautadas por las autoridades son destruidas cuando concluyen los procesos judiciales que originaron su decomiso.

Mientras que las armas ilegales de fabricación industrial quedan a disposición de la industria militar para su fundición. Todo ciudadano puede y debe reportar las armas ilegales, artesanales, hechizas o industriales, a los numero 123 y 112 de la Policía.