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Un joven sorprendido con un revólver y un reloj de Ausberto Rafael Gómez Amaya, asesinado hace nueve días en una cabaña, es el nuevo eslabón de la indagación sobre la disputa entre dos familias guajiras que causó una balacera en diciembre anterior en el norte de Barranquilla.

'Serán elementos materiales para continuar con la investigación de los homicidios que ha habido por la disputa entre estas familias', aseguró ayer el coronel Ramiro Castrillón Lara, comandante de la Policía Metropolitana.

La captura se produjo al mediodía del jueves, después de que un informante alertó al mediodía del jueves a las autoridades que 'dos de los partícipes del homicidio estaban reunidos cerca de la cancha de La Manga', indicó un investigador de la Fiscalía.

La Policía informó que solo capturó a uno de los sospechosos, Jonathan Javier Álvarez Jiménez, en la calle 85 con diagonal 15A de ese barrio, en el suroccidente de la ciudad. El otro escapó.

'Se le incauta un revólver calibre 38 marca Smith & Wesson, con seis balas, y un reloj marca Raymond Weil (avaluado en $12 millones)', indicó en un comunicado.

COINCIDENCIAS. Gómez, de 58 años, fue asesinado el pasado 29 de abril en una cabaña de Salinas del Rey, urbanización del municipio Juan de Acosta, en la banda costera del Atlántico.

Vecinos hallaron muerto a las 7:10 p.m. al comerciante, luego de que los alertara su escolta y conductor, Ezequiel Rafael Guzmán Vergara.

Por testimonios, investigadores de la Policía y la Fiscalía supieron que 'dos jóvenes y un adulto' llegaron en motos hacia las 6:30 a la entrada de la urbanización. Allí esperaron, hasta que una camioneta Ford 150 roja los recogió y llevó a la cabaña.

En el predio, los tres sujetos redujeron a Gómez y Guzmán. El comerciante murió por la herida que le causaron en el lado izquierdo del cuello, mientras Guzmán sobrevivió a las lesiones en la garganta, el hombro derecho, la mejilla y mano derechas.

La descripción de los homicidas coincide al menos con Álvarez: tiene 21 años y labora como mototaxista, según dijo a las autoridades.

'Se investiga la actuación y el vínculo que tuvo en el homicidio', agregó Castrillón en declaraciones que dio ayer en el comando de la Mebar.

ALERTAN POSIBLE PLAN. Las autoridades están en alerta por informaciones de inteligencia que señalan la muerte de Gómez, apodado Tío Negro o Negro Amaya, como la primera de un plan para vengar las muertes de Giany Daza Joiro y Nefer Barros Daza.

Los primos Daza murieron tras enfrentarse a tiros la noche del 8 de diciembre pasado con José y Víctor Gómez Amaya, hermanos de Ausberto, en el barrio Riomar, norte de Barranquilla.

Una pariente de los Daza aseguró incluso a la Fiscalía que Ausberto Gómez participó en el tiroteo, pero escapó antes de que llegaran más patrullas de la Policía, como EL HERALDO informó en su edición del 11 de diciembre.

Este diario conoció que las autoridades poseen 'información fehaciente que también van a atentar contra los otros hermanos capturados', y que los posibles 'autores intelectuales son miembros de la familia Daza'.

Una retaliación que nunca se descartó porque los Gómez la advirtieron. 'Están asustados, tanto es así que la familia (de Víctor) no ha llegado a su residencia por temor', dijo el abogado de José Rafael, apodado Cheo, en la audiencia en que un juez lo aseguró en la Penitenciaría de El Bosque.

Y su hermano, Víctor, cumple una detención domiciliaria en un apartamento luego de que junto con su familia 'se mudaron y dejaron esa casa abandonada', dijo una fuente. Pese a ello, la Policía mantiene un puesto de vigilancia y control cerca de la carrera 59B entre calles 86 y 90, donde hubo el tiroteo.