Haber denunciado irregularidades en la Universidad del Atlántico fue lo que, en opinión de su familia, le costó la vida al docente de la Universidad del Atlántico Lisandro Vargas Zapata, el 21 de febrero de 2001.
William Vargas Henríquez, hijo mayor del profesor asesinado a tiros, se pronunció de esta manera luego de conocer la información de prensa sobre una decisión del Juzgado Décimo Penal del Circuito Especializado de Bogotá que tiene relación con la investigación el homicidio.
La instancia judicial negó la solicitud de nulidad del escrito de acusación elevada por la defensa del ex comandante del Bloque Norte de las Autodefensas, Alberto Joaquín Silgado Arévalo, presunto autor del crimen.
El hijo del docente lamentó que siendo víctima del caso 'nunca' ha sido informado sobre las diligencias o decisiones que se toman al respecto.
Según el familiar, los pocos datos que conocen los parientes salieron de unas versiones libres que entregó en Justicia y Paz el exparamilitar Carlos Arturo Cuartas, alias Montería, quien dijo que Silgado Arévalo, alias Cabo Jair, había traído la orden de Jorge 40 de asesinar al profesor Vargas.
Vargas mencionó que a su padre lo nombraron vicerrector académico. 'Allí se empapó de muchas más irregularidades y siguió denunciando. Él ya sabía que lo iban a matar porque puso todas las deudas en cero'.
Sin embargo, para el familiar, las denuncias que hizo fueron en vano porque las investigaciones quedaron en nada y sobre su muerte no hay claridad de los autores intelectuales.
'Lo que pretendemos es que se haga justicia, no nos podemos quedar callados porque es que a los que mataron fue a los buenos y los malos se van a quedar sin justicia', manifestó el hijo mayor del profesor Vargas.

Lisandro Vargas Zapata.
El docente fue ultimado en una vivienda en el barrio Las Estrellas, de Barranquilla.
Sobre Silgado Arévalo, datos de la Fiscalía dan cuenta de que fue cabo primero del Ejército hasta 1996, cuando pidió la baja y se unió a las autodefensas. Luego se convirtió en el comandante militar del Bloque Norte, que lideraban Salvatore Mancuso y Jorge 40.
Persisten amenazas: ASPU. Para Walberto Torres Mármol, presidente de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios de la Universidad del Atlántico, Aspu, la decisión del Juzgado de Bogotá de negar la nulidad del escrito de acusación en contra del exparamilitar, es un paso hacia la búsqueda de la justicia.
De acuerdo con el dirigente sindical, no hubo violación al debido proceso de Silgado Arévalo como lo argumentó su abogado defensor.
Torres Mármol confía en que es el momento preciso para que se haga justicia y poder reivindicar la memoria del profesor Vargas.
Según el presidente de Aspu, las amenazas, persecuciones y hostigamientos en la Universidad del Atlántico persisten aún, especialmente cuando se registran marchas o cualquier otra actividad.
'Siempre aparecen grafitis, pasquines, nos envían correos electrónicos en los que nos advierten que nos quedemos, quietos, que nos callemos, que nos tienen en la mira y que saben quiénes somos'.
Entre las denuncias que hizo la directiva sindical y un grupo de estudiantes ante la Contraloría nacional y departamental, la Procuraduría y Fiscalía está el presunto desvío de 156 mil millones de pesos que estaban destinados para gastos de funcionamiento y para el pago de la nómina de pensionados.
Debido a esas denuncias, afirmó Torres, fueron asesinados los profesores Alfredo Castro Haydar, Jorge Adolfo Freyte Romero, César Daniel Rivera Riveros, Lizandro Vargas Zapata, Raúl Peña Robles, Luis Meza Almanza, Gustavo De Silvestri Saade y Demetrio Castro.
'En ese momento hicimos las denuncias, pero lo que nos preocupa de todo esto es que jamás tuvieron feliz término las investigaciones y sin embargo a nosotros nos metieron en una lista negra de la que empezaron a eliminar físicamente a compañeros'.