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“No encajé con el prototipo del diseñador aristocrático”

Raúl peñaranda dejó de ser botones para convertirse en un prestigioso diseñador en Nueva York.

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De botones de hotel a diseñador de modas. Así fue la escala profesional del caleño Raúl Peñaranda, que desde niño soñó con convertirse en un profesional de la aguja, aunque pareciera imposible. Su niñez la vivió en Cali, pero a causa de la violencia de aquella época su familia decidió buscar un mejor futuro en Venezuela, en donde permaneció durante su juventud.

En el país hermano empezó a trabajar en la industria hotelera como botones, pero recuerda que debido a la situación política del país también tuvo que marcharse  hacia Miami (Estados Unidos), en búsqueda de nuevas oportunidades. En tierra norteamericana continuó trabajando como botones y luego llegó a Nueva York, con el fin de seguir con ese mismo oficio que más tarde  le abrió las puertas de la moda.

“Desde chiquito yo siempre veía los comerciales de Dior y otras marcas, y le decía a mi mamá —mami yo voy a ser uno de esos— y en ese amor tan grande de mamá ella me decía —tú puedes ser lo que quieras mientras nunca pierdas la humildad y sepas que todos en la vida somos iguales—”, recuerda el diseñador.

Con esa humildad que su mamá siempre le recalcó que debía tener Raúl inició su carrera en la ciudad de la moda. Tuvo la dicha de trabajar con marcas icónicas y hoy día celebra el hecho de tener su propia marca que lleva su nombre y con la que ha estado presente por 11 años consecutivos en la Semana de la Moda de Nueva York.

Desde la Gran Manzana, entre risas y lágrimas, el diseñador habló con Gente Caribe de su crecimiento profesional, de sus proyectos a futuro y de lo orgulloso que está de poder homenajear sus raíces colombo-venezolanas en cada colección que diseña.

P.

¿Cómo nació ese gusto por la moda?

R.

Es algo que viene del núcleo familiar. Mi mamá era costurera y mi papá el entrenador de uno de los equipos más importantes de Colombia, El América de Cali. Yo fui el primer varón y mi papá decía —este es el futbolista— pero yo era más malo con el balón (risas). Yo veía a mi mamá hacer los vestidos para mis hermanas y unas camisetas para mí con tanto amor y pasión que de ahí nació todo. Desde pequeño quise que ese amor con que mi mamá hacía todo lo sintieran todas las mujeres del mundo.  

P.

¿Cómo pasó de botones a estar en las pasarelas más importantes del mundo?

R.

Yo sabía desde pequeño que tenía un destino dentro de los grandes de la moda. Al salir de una familia muy humilde, pero rica en valores lo único que podía hacer era ponerme en los sitios donde podía tener más oportunidades. Comencé como botones porque era el único lugar donde yo decía —Dios mío, tráeme algo conectado con la moda—. Cuando empecé de botones en Venezuela yo llevaba mis maletas y era con las ganas y la misma calidez de poder conocer a los clientes. De botones pasé a trabajar de conserje en Nueva York y allí se me presentó una oportunidad que me ha llevado hasta aquí.

P.

Sus diseños se han caracterizado por reflejar sus raíces, ¿por qué?

R.

Cuando tú de repente llegas a este nivel, y yo que tuve la dicha de trabajar con Óscar de la renta, Donna Karan, Tommy Hilfiger y Zac Posen, llega un momento de tu vida en Nueva York, que es uno de los lugares más importantes de la moda, donde piensas: “¿será que me tengo que lavar el cerebro y ser uno de ellos porque la moda me dice que tengo que actuar así o mejor lucho un poquito más y demuestro la belleza de mis raíces, de mi gente, de Colombia y de Venezuela? Y como yo soy un rebelde dije: —a mí nadie me va a cambiar— y aunque al inicio hubo muchos momentos difíciles, hoy digo que mis raíces y mi cultura es lo que me está abriendo las puertas de este mundo tan difícil, como es la moda a nivel internacional.

P.

¿En algún momento has sentido que no haces parte de la ‘sociedad’ de la moda?

R.

Desde el comienzo yo nunca encajé con el prototipo del diseñador aristocrático de alta costura. Mi piel es muy oscura y no lucía como ellos. Mi nombre es muy largo y decían: —Si Raúl quiere triunfar tenemos que cambiarle el nombre de Raúl Peñaranda a Raúl Peña—. Fueron cosas que me tocaron el corazón, pero nunca me destruyeron el espíritu (lágrimas). Muchas veces el éxito viene marcado con mucho dolor y en mi caso yo traté de no dejar que eso me llegara al alma, aunque son comentarios que nadie quiere escuchar. A veces en la vida no tienes el papel de regalo en el que la sociedad te dice que vas a ser aceptado, pero yo siempre digo que estoy contento con este papel de regalo llamado latino, colombiano o venezolano porque hoy estoy abriendo las puertas que anteriormente eran imposibles, y no lo estoy haciendo solo por mí, sino por todos los que vienen detrás.

P.

¿Qué lo inspiró a crear su última colección ‘Revivir’?

R.

Después de un año y medio de vivir algo tan terrible como la pandemia todos necesitábamos renacer o ser una mejor versión de nosotros mismos, necesitábamos ser más sensibles, tener más compasión y por eso con esta colección yo quería celebrar el renacer de Raúl Peñaranda y con mucho dolor homenajear a tantas vidas que se perdieron a nivel mundial. Revivir es tener presente que si tienes salud y puedes respirar, tienes un día más para poder hacer de tus sueños toda una realidad.

Así presentó Raúl Peñaranda su colección número 22, en la pasada Semana de la Moda de Nueva York (Estados Unidos). Cortesía Raúl Peñaranda
P.

¿Cómo se siente estar cumpliendo el sueño de niño?

R.

Todos los días el sueño se mantiene vivo. He sido muy dichoso de haber trabajado, aprendido lo bueno y lo malo, y de poder tener experiencias gratas en mi carrera que me han forjado como diseñador y como hombre. Añoro que toda esta experiencia pueda aportarla a las nuevas generaciones. Yo soy el más feliz cuando estoy con muchachos en un salón y puedo decirles — yo soy aquel muchachito que en Cali mucha gente pensaba que no tenía la oportunidad y hoy estoy aquí en Nueva York—. 

P.

¿Qué proyectos tiene a futuro?

R.

Ya tengo planes con mi nuevo CEO de expandir mi marca a nivel internacional. Va a venir mucho de Raúl Peñaranda y no solo tiendas, porque también estamos pensando en abrir en un futuro muy cercano, una fábrica en Cali para que las mujeres cabezas de hogar sean las manos de ángel que confeccionen nuestras colecciones.

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