El Caribe a través de la moda que narra Juan Pablo Socarrás
En cada una de sus colecciones, como la que presentó en Colombiamoda 2021, busca homenajear sus raíces caribeñas presentes en Barranquilla, Valledupar y el departamento de La Guajira.
Juan Pablo Socarrás no nació en el Caribe, pero se considera un costeño más. El diseñador bogotano lleva la Costa en sus venas, pues gran parte de su familia es de esta región de Colombia, a la que constantemente le está haciendo un homenaje a través de sus colecciones.
Su más reciente proyecto y con el que regresó a las pasarelas presenciales en Colombiamoda 2021 fue ‘Magdalena’. Con esta colección se encargó de liderar la pasarela final que dio cierre a la semana de la moda más importante del país. Esta entrega fue elaborada junto a 67 mujeres artesanas colombianas entre indígenas, afrodescendientes, desplazadas, víctimas de la violencia, emprendedoras e inmigrantes, que le dieron a sus diseños el toque de “hecho a mano”.
“Creo que nunca pensé en la magnitud de este proyecto ni de esta colección. Ha sido recibida muy bien a nivel nacional e internacional. ‘Magdalena’ ha sido una historia que ha impactado a la gente y que quieren comprarla. Quieren apoyar ‘Historias Hechas a Mano’. Para mí, sin duda, fue un gran cierre, un gran momento en mi vida junto a estas mujeres que tuvimos en Medellín”.
Con ellas también sacará próximamente una colección para el hogar que, siguiendo la línea de ‘Magdalena’, se inspiraron en cada uno de los lugares por los que recorre este importante río. Este proyecto también es un homenaje, sobre todo, a sus raíces, aquellas que vienen desde Mompox, por los orígenes de su abuela paterna, hasta Barranquilla por su familia materna y el amor que siente por esta ciudad.
“El hogar para mí siempre ha sido primordial y parte de mi trabajo. Cuando trabajé en Artesanías de Colombia siempre hice productos de hogar como manteles y cojines. Yo creo que como estudié Diseño Industrial como base, y después Diseño de Modas, eso me ha dado la oportunidad de ver oportunidades en los materiales y en los objetos para todos, entonces a mí el hogar me fascina”.
Aún así, no es la primera vez que involucra a esta población en sus diseños. Con más de 15 años de experiencia, este diseñador ha trabajado también con víctimas, desplazados, reinsertados, migrantes y poblaciones en extrema pobreza que le han permitido conocer “el 90 % de Colombia” a través de esta labor. Esto también lo logró gracias a su paso por Artesanías de Colombia, institución en la que trabajó por casi siete años y forjó su carrera y amor por el trabajo hecho a mano, con un trasfondo social al lado de las comunidades. Por eso dice que “no hay una propuesta de diseño sino se visita o conoce la cultura” de cerca.
Juan Pablo construye crónicas del Caribe a través de sus diseños. En cada una de sus colecciones reúne aquellas historias que escuchaba de sus abuelos y de aquellas personas mayores con las que se rodeaba. Aprendió a escucharlas, sobre todo cuando enfermó y vivió desde sus siete hasta sus 14 años con un cáncer maligno en la ingle que pudo superar y por el que tuvo que pasar mucho tiempo rodeado de adultos cuidándolo.
De esa experiencia el diseñador recuerda haber conocido que la mamá de Gabriel García Márquez vivió por un tiempo en la casa de sus bisabuelos y de la participación de uno de sus bisabuelos en la Guerra de los Mil Días en Villanueva, La Guajira.
“Esas historias han sido mis desfiles. Tengo una colección inspirada en Barranquilla, en mi tía abuela que se llamaba ‘La Nena’. A mí las marcas, las telas y todo me lo enseñaron desde muy pequeño en casa y la obsesión que tenía por dibujar todo el día, que en mi casa no me dejaban al ser una familia machista costeña, pero sí veía a la gente bien vestida y al final eso fue lo que aprendí. Mi bisabuela sabía coser y fue la que me enseñó una frase muy bonita: cuando hay una máquina no hay hambre”.
Lo que empezó como un eslogan: “No vendo productos, vendo historias hechas a mano”, ahora es “su razón de ser” como diseñador y el “brazo social” de Socarrás, su marca. De hecho, actualmente está constituido como un proyecto que ha contado con el acompañamiento de marcas como Samsung, Coca-Cola y de la Corporación Mundial de la Mujer Colombia.
“La misión me la dio una mujer barranquillera, mi mamá, que me dijo —Juan, tú naciste para hacer visibles a los invisibles y a eso es lo que te tienes que dedicar el resto de tu vida— y desde ahí tengo esta obsesión de volverlo el proyecto más impresionante de Colombia, Latinoamérica y, por qué no, del mundo”.
Con este proyecto, más allá del valor estético de sus prendas, sus colecciones cuentan con un trasfondo social y sostenible. En Colombiamoda presentó piezas elaboradas con telas recicladas y material PET con los que, desde marzo de este año, comenzó un camino para “alcanzar la sostenibilidad” que tanto necesita la industria de la moda para contribuir positivamente a la preservación del medio ambiente.
Juan Pablo siente una estrecha relación por esta ciudad que muchas veces ha visitado en sus vacaciones. A la capital del Atlántico le acredita aprender sobre moda gracias a sus abuelos y al observar a los adultos “perfectamente vestidos y planchados”, luciendo el lino y el algodón. Por eso, en sus colecciones resalta ese “Caribe ribereño de antaño y clásico” en el que la sobriedad y elegancia predominan.
Al crecer en una familia caribeña, Juan Pablo sueña con que en algún momento de su vida pueda mudarse a Barranquilla a una casa blanca en el barrio El Prado, “que tenga en el patio un palo de mango”, una bicicleta y pueda vestirse de lino “todos los días”.
