Reducir la desigualdad en Colombia es un acto de justicia. Con su creación, el ministerio adquirió esa responsabilidad histórica. Quizás asumió demasiados frentes, no supo cómo abordarlos o quienes emprendieron la misión no contaron con garantías para ejecutarla. Es momento de pedirle a la vicepresidenta Márquez caminos expeditos o soluciones posibles ante el preocupante inmovilismo de su ministerio que amenaza con cronificarse o en convertir en fractura las fisuras visibles de quienes no toleran la frivolidad de usar el feminismo u otras causas de grupos vulnerables con sentido oportunista.
Editoriales
La recuperación ambiental se ha convertido para la ciudad en una línea estratégica de cada plan de desarrollo de los últimos cuatrienios y puntualmente el Distrito ha enfocado recursos y esfuerzos que la llevaron a convertirse en la primera biodiverciudad de Colombia. Por eso hoy cuenta con espacios como el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, la recuperada playa de Puerto Mocho y por supuesto el Gran Malecón, que representa una extensión de cinco kilómetros para estar cerca al río Magdalena y apreciarlo en toda su dimensión.
Después se quiso apagar un incendio con un fósforo. Las explicaciones que pudieron ofrecerse de manera personal y directa entre los implicados en el episodio se dieron, otra vez, a través de las mismas redes sociales que encendieron la polémica. Y ahí se vino más combustible a una discusión que terminó con un negocio vandalizado y cerrado, aquello de la justicia por mano propia. No hubo perdedores ni ganadores.
Ahora que la diplomacia global acelera a fondo sus gestiones para desactivar la belicosidad que se propaga en Oriente Medio como fuego en pasto seco, los países occidentales deben tratar de disuadir a Netanyahu de que ordene en estos momentos una respuesta al insólito ataque iraní, que no se descarta más adelante. De igual manera es imprescindible que la comunidad internacional intensifique sus buenos oficios para que el primer ministro acepte cuanto antes un alto el fuego en Gaza, donde la emergencia humanitaria se torna cada día más crítica.
En el primer trimestre de este 2024 nada ha cambiado. Las alertas y los llamados poco han servido para tomar acciones contundentes que minimizaran el impacto del fenómeno de El Niño en los embalses.
Nadie duda que la transición energética, un camino sin vuelta atrás en el que el sector del gas es protagonista por su capacidad instalada y fuentes por habilitar, debe asumirse como un propósito común, eso sí con realismo, orden y responsabilidad, para realmente saber aprovechar el incontestable potencial que tenemos, en particular en la región Caribe. La posibilidad de importar gas de Venezuela tendrá que materializarse con viabilidad operativa, económica y, sobre todo, jurídica, lo que por el momento no parece claro, porque depende de Estados Unidos