No es fácil ser profesor”. Esa frase, dicha por el presidente Juan Manuel Santos, pone de relieve una verdad de a puño que nunca estará de más recordar. La pronunció el 24 de noviembre del año pasado durante la Noche de la Excelencia, en la que fue reconocido el colegio barranquillero Alexander Von Humboldt como el mejor entre los públicos de Colombia.
Ayer, durante su visita a Barranquilla, Santos volvió a exaltar al rector José Henao y a esa institución por ser la primera entre las oficiales de Colombia en el marco de la superación de las metas del Índice Sintético de Calidad Educativa, un programa para medir los avances en la educación en el país.
En 2015, el ranking de la revista Dinero también dio al colegio Alexander Von Humboldt como el mejor de Colombia, y en el programa ‘Ser pilo paga’ fueron becados 35 de los 60 estudiantes de grado once. Logros que corroboran el éxito de este modelo.
La Humboldt, como se conoce popularmente, es la muestra de que desde lo público se pueden lograr niveles superiores de excelencia. Ser profesor no es fácil, como lo dijo el presidente. Y justamente en la labor de detección del talento de los estudiantes por parte de los docentes de esa institución está gran parte del éxito del colegio. Ellos adecúan los currículos, agrupan los talentos y promueven las habilidades de los aprendices, tal como lo hacían desde que el Club Rotario creó esta institución buscando un lugar para acoger estudiantes con habilidades excepcionales.
La responsabilidad de guiar los procesos de enseñanza de grupos de niños o adolescentes merece del reconocimiento no solo de las instancias gubernamentales, sino de todos los estamentos de la sociedad. La exaltación a un trabajo bien hecho es necesaria, pero más allá de eso, también se requiere que los esfuerzos en la medición de la calidad sean continuos. Que sean políticas de Estado. Y, sobre todo, compartir experiencias pedagógicas entre las instituciones como mecanismo para irradiar el conocimiento didáctico en procura de aprovechar la experticia de quienes han innovado en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
En el listado de las primeras 20 instituciones públicas del país sobresale en el quinto puesto el Instituto Distrital para el Desarrollo Integral Nueva Granada, otro esfuerzo oficial que también demuestra que es posible brindar educación de calidad desde lo público.
El hecho de que el mejor colegio público de Colombia no esté en la capital del país le imprime mayor importancia al logro de la Humboldt. Desde la región también se pueden llevar a cabo ejemplos de excelencia, pero ante todo, de constancia. Los apoyos deben venir de las autoridades: oportunos, permanentes y pertinentes.