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Ser Patrimonio Cultural y Musical de Barranquilla no ha servido de escudo para protegerse de los embates del coronavirus. Ese reconocimiento, ganado a pulso, de los estaderos La Estación, el Rancho Currambero y La Troja, tampoco les ha ayudado a recibir las ayudas del Gobierno que en reiteradas ocasiones el presidente Iván Duque o el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, han socializado con los colombianos.

Lo mismo pasa con otros negocios más nuevos, también de rumba y diversión, que abarcan otra esfera musical como Bourbon St, templo de los amantes del pop y el rock en la capital del Atlántico.

Todos los propietarios de estos establecimientos coincidieron en dos cosas: dependen de su ingenio y que la ciencia encuentre la vacuna contra la COVID-19 antes de fin de año.

Como lo ha anunciado el Gobierno, serán estos negocios de rumba los últimos en abrir, por el riesgo que representa el contacto directo entre las personas. Sin baile, goce y consumo de licor simplemente pierden su esencia y su fuente de mayores ingresos.